Parte 8 "Croissants y algo más"

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Con Marinnette

Era Domingo pero me paré de mañana, había ajustado mi alarma para hacer deberes antes de que Adrien llegara a la casa. Al abrir mis ojos Chat Noir ya no estaba
ahí. Creo que me estaba acostumbrando a que él desapareciera, sólo que esperaba que en alguna de esas veces que lo hiciera no fuera para siempre.
Suspiré, me sentía bien, feliz. Y busqué a Tikki con la mirada, pero no aparecía.

Mari: ¿Tikki? ¿¡Tikki?! -Pregunté levantándome y esperando a que ella respondiera, empezando a buscarla entre las sábanas.
Tikki: ¡Marinnette! ¡Buenos días! .-Me dijo Tikki entrando desde la ventana. ¿Pero qué hacía ella afuera?, me saludó con cariño y sin entender la miré.
Mari: ¡Me espantas, Tikki! ¿En dónde estabas? ¿Por qué vienes de afuera? -Le pregunté mirando hacia la ventana. Ella sólo rió y me negó. Estaba más contenta de lo normal, bueno, aunque en realidad, ¿Tikki no podía ser más tierna?

Tikki: Tranquila Marinnette, está todo bien, sólo que se está haciendo tarde, deberías apurarte.

Tenía razón, así que lo primero que haría sería tomarme una ducha, desayunar y empezar con todos los deberes que me tocaban. Avancé así al baño cuando
me detuve pensando en la noche anterior, me giré y miré que Tikki me observaba desde mi lugar.

Mari: Tikki... ¿qué pasó con Chat Noir?

Ella miró a otro lado y negó suavemente con la cabeza.- Sentí su presencia cuando llegó pero no sentí cuando se fue, me quedé dormida Marinnette,pero descuida que seguro él está bien, es un gato fuerte.

Asentí, podía tener razón. Así que sin más, me apuré. Ayudé a mi papá con los panes, luego a mi mamá con la casa, y ordené mi habitación. No había terminado de sacar todas fotos, eran pocas y podían pasar desapercebidas, pero recordé aquella vez que subió a mi cuarto para jugar y casi muero al ver que se había quedado un portaretrato, si no fuera por Tikki hubiera muerto. Reí suavemente por el recuerdo y guardé las fotos en el cajón de mi tocador. Me miré en el espejo, tal vez podría lucir diferente hoy. Me agarré mejor el cabello en las coletas e hice un moño largo con unos listones rosas. Busqué una falda blisada del mismo color y me quedaba hasta las rodillas, y una blusa blanca con encaje de color rosa carne. No estaba muy segura de mi opción, es más, ni siquiera sabía por que me había animado. Tenía algo de tiempo así que me puse a trabajar en algunos dibujos basados en la información que habíamos sacado el día anterior. Había sacado mis acuarelas, y mis lapices y el papel fabriano para pintar ahí. La idea del universo, las estrellas y todo me emocionabaera un tema intersante y se me hacía mágico.
Tikki solo pasaba por mis hombros para ver las pinturas, y me ayudó incluso con algunas tonalidades.

Tikki: ¿Sabes Marinnette? ¡Ahora que lo pienso! ¡Yo podría ayudarles con algo que nunca encontrarán en ningún libro! .-Me dijo estirando sus cortos brazos
y mirándome con una amplia sonrisa y sus ojos brillosos.

Le asentí y ella empezó a contarme miles de historias de nuestros antepasados cuando investigaban y se preguntaban sobre el gran mundo a fuera del nuestro, de sus misterios y relucientes estrellas que adornaban la noche. Escribí todas las palabras clave y sonreí victoriosa, ¡Era maravilloso! Incluso la historia se comprendía mejor con lo que me había contado, no podía esperar para mostrarle a Adrien, estábamos haciendo un estupendo trabajo.

Mamá: ¡Marinnette! ¡Baja a comer algo!

Adrien estaba por llegar y mi mamá pensaba en comer. Negué pero decidí bajar mejor para explicarle. Al llegar miré a Adrien sentado con tres platos alrededor suyo.
Sonreía ampliamente y estaba mi papá sentado en su lugar y mi madre terminaba de servir, ¡Ya lo entendía!

Adrien: ¡Hola Marinnette!, huele estupendo señora Cheng. -Dijo Adrien volteando a ver a mi mamá que me invitaba a sentarme. Los acompañé, y estaba justo enfrente
de Adrien.

Él parecía feliz, se llenaba la boca, elegantemente con todo lo que podía, mientras mi padre le contaba sobre la panadería e historias graciosas..sobre mí.
No lo negaba, incluso yo me reía, pero, al ver a Adrien tan contento, y reír, era algo inexplicable, a pesar de ser una persona buena, y amable, escucharle carcajear o hacer una expresión corporal tan intensa no era muy común. Él me miró y sonrió bajando la vista después a su plato, ya terminado. A mí todavía me faltaba.

Papá: ¡Hay una gran noticia Adrien!
Adrien: .-Los miró confuso y permaneció mirando a mis padres-. ¿Qué ocurre, señor?
Mamá: Por tu visita.. hicimos tiramissú de chocolate, ¡Espero te guste! .-Le dijo mi madre sacando el postre. Me quedé estupefacta, ¡Ni por mí hacía eso! ¡Y era uno de mis postres favoritos! Hice un puchero-. Usted no jovencita, hasta que se acabe todo.

Suspiré. Y miré un tenedor invadir mi espacio. Alcé mi vista y era Adrien robándome un poco de comida. Me guiñó el ojo y sonreí para apurarme a terminar mi plato, sonriendo al ver que lo había logrado. Mamá le sirvió en una copa el tiramisú, y Adrien tomó la cuchara para probarlo.

Adrien: Esto está delicioso, yo.. ¡Ah! -Dijo mientras comía del tiramissú con cierta prisa. Mis padres rieron suavemente y yo también.

Mamá: ¡Eso es fabuloso! Iré por los demás vasos. - Yo te ayudo. -Le agregó mi papá que levantaba los platos y los llevaba a la cocina.

Adrien seguía entretenido con su tiramissú, se veía tierno en realidad. Alzó su vista a mí, y reí al ver que tenía embarrado un poco el chocolate. Tomé la servilleta y se la pasé con delicadeza, y recordé a Chat la noche anterior. Su semblante cambió y se encogió de hombros en su lugar. Mamá me sirvió y yo me reincorporé a mi asiento para empezar a comer el postre en silencio. Podía sentir la mirada de Adrien de reojo, y las mejilas me ardieron cada vez más.

Mari: Adrien, ¿subimos a trabajar? -Le pregunté al sentirme incómoda por las miradas de mis padres. Él hizo puchero y observó su postre. Sonreí y asentí parándome tomando el mío-. Puedes subirlo. -Agregué para subir las escaleras y llegar a mi habitación, escuchando a Adrien ir detrás de mí.


Adrien: Es el mejor tiramissú de la vida, enserio.

Nos acomodamos para trabajar, y le mostré en lo que había avanzado con las pinturas, explicándole lo que Tikki justo me había contado.

Adrien: ¡Es impresionante! ¿De dónde lo sacaste?
Mari: Ya sabes, tengo contactos..

Él sonrió divertido y asintió para mostrarme la información que había sacado durante el día, y de las cuáles me preguntaba de cuál y cuál ilustraríamos. Fuimos separando y ordenando el trabajo. El tiempo se iba rápido. Empezamos a capturar y redactar el trabajo para ir imprimiendo, de eso se encargaría Adrien. ¡El proyecto estaba casi listo! Sólo teníamos que terminar de ordenar, enumerar y elegir cosas como fuentes, tintas, y la pasta. Me contó que su padre nos podría ayudar a encontrar a alguien que nos facilitara la imprenta, sonaba agradable, pero sobretodo Adrien se notaba animado, no como ayer, brillaba incluso aún más.

Él hizo su cabello hacia atrás mientras pensaba en una decisión que teníamos que tomar y luego me miró. Sonreí nerviosa, y él empezó a reír negando.

Adrien: Es el modelo que hay en mí. -Se atrevió a bromear.

Guardamos los papeles, y le entregué la memoria flash ("usb" conocido coloquialmente) en donde habíamos capturado la información. La guardó en su mochila y  después de eso nos miramos, ¿qué procedía?
Él sobó su cuello y yo tomé mis manos mirando el piso, creo que eso era todo. Solté un suspiro..., cuando me sacó de mis pensamientos.

Adrien: Marinnette, ¿quieres ir a una cita conmigo?

Di un grito internamente, acababa de crear el hoyo de mi propia tumba, no, es más, ya estaba muerta y enterrada.

Debajo de ese fuerte disfraz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora