Capítulo final.

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[Rylie en multimedia. Aparición: primeros capítulos]  


Pero fue justo en ese momento cuando algo sucedió de pronto. Una explosión detonó en el primer piso e hizo que todos en aquella habitación perdiesen la audición por unos segundos en los que no fueron capaces de escuchar más que un chillido largo y agudo. 

Sólo bastaron algunos segundos para que a continuación, varios gritos empezaran a escucharse por todo el lugar. Gritos desgarradores que fueron acrecentándose con el pasar del tiempo. Estaban asesinando a todos los infectados ahí abajo, como si se tratase de un simple deseo concedido por arte de magia. 

Una explosión volvió a denotar junto a otra, esta vez el sonido fue mucho más soportable que antes. Mientras tanto, los gritos en forma de órdenes se acercaban cada vez más. Poco a poco, hasta que un grupo de diez soldados apareció en la habitación. Cada uno de ellos llevaba una máscara de gas y una Metralleta sobre el hombro, que apuntaba en dirección al grupo.

La mirada nerviosa de Justin recayó en Brook de inmediato, quien se giró para mirarlo también. El muchacho pasó a colocarse instintivamente delante de ella, mientras que con habilidad recargaba el Fusil de asalto silenciosamente, aunque ni siquiera supiese muy bien si tenía oportunidad de idear un plan esta vez. 

—¡De rodillas!—gritó uno de los soldados, apuntando el arma y la linterna de luz blanca hacia Brook y los demás. 

—¡No disparen!—gritó Bea, cubriéndose los ojos ante la intensidad del aparato. El fulgor de la luz era demasiado potente.—¡Por favor, no disparen! ¡No estamos infectados! 

Otro de los soldados, aparentemente el líder, quien llevaba un traje diferente al de los demás, hizo una señal con las manos a otro que le devolvió el gesto y que se encargó de informar por medio de un radio:—Agente Rylie, los tenemos. Repito, los tenemos, cambio.—vociferó por el dispositivo.

  —¿Qué está pasando?—preguntó Bea de pronto, girando la cabeza para mirar a los demás. En especial a Justin y a Brook, quienes permanecían callados ante todo lo que estaba sucediendo. 

—¡Te lo dije!— gritó la adolescente, al lado de su padre—¡Te dije que no debíamos confiar en ella!

—¿Quiénes demonios son ustedes?—preguntó el padre de la chica lleno de agresividad y la mirada endemoniada, acercándose a Brook con intensiones violentas.—¡Maldición! ¡¿Quién demonios son ustedes!?

—No te atrevas a tocarla—las palabras graves y determinantes de Justin, acompañadas de aquella mirada dura y fría como el hielo, fueron suficientes para hacer que aquel hombre retrocediera varios pasos hacia atrás.

Aquello alarmó a todos los soldados presentes. 

—¡Suelta el arma, Bieber!—le ordenaron a gritos. Pero el chico no se amedrentó ante aquella petición. Más bien, cogió bien el Fusil entre sus manos.—¡Suelta el maldito Fusil o voy a matarlos a todos uno por uno!—sentenció el soldado, esta vez apuntando en dirección a Bea. La mujer se quedó petrificada al ver la punta del cañón de la Ametralladora frente a sus narices. 

Fue entonces cuando Brook intervino colocándose en frente de Justin. Este tragó saliva y dejó caer el Fusil a unos cuantos metros de donde se encontraba.     

—Se acabó—dijo ella a continuación—¿Me quieren a mí? Aquí me tienen...

—Brook...—farfulló Justin, en modo de protesta—¿Qué estás haciendo?—le preguntó intentando cogerla por los brazos, pero uno de los soldados se adelantó a golpearle por el cuello, haciendo que cayera de rodillas sobre el suelo y no tuviera ninguna otra opción más que permanecer ahí. Un par de hombres le cogieron por los brazos y otro de ellos le proporcionó un golpe con la Ametralladora en el rostro. 

Antidote | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora