Vapor ✓ ⋆ Jasper Hale

03| MISTERIOS

CAPÍTULO TRES: misterios.

—Así que, aquí estamos.— dijo ella, mientras le daba una mirada a la fachada de la casa de sus tíos. Había revisado su teléfono celular mientras Jasper la llevaba a su casa, rápidamente se dio cuenta de que en algún momento, su batería había caído muerta. Estaba segura de que tendría decenas de llamadas pérdidas de sus tíos, más una buena cantidad de mensajes.

Las luces permanecían encendidas dentro de la casa, un claro indicio en que ellos aún continuaban por allí. Estarían listos para verla llegar y echarle la bronca del siglo, pero teniendo en cuenta de que apenas unos minutos atrás se había salvado de ser asesinada y muy probablemente violada, estaba feliz de haber llegado. Podría admitir por primera vez, en todas las semanas que estaba viviendo allí, que se alegraba de estar de vuelta en la casa. Aguantar sus regaños sería mucho mejor que estar en las calles, sola. Recordó la navaja en su garganta, la presión que habían tenido sobre su cuerpo. El olor a drogas y alcohol que ellos desprendían. Sintió su piel erizarse, así que borró esos pensamientos en el fondo de su mente. Parpadeó para ocultar sus ojos lagrimosos.

Necesitaba un abrazo, no un regaño. Pero no lo diría en voz alta.

Jasper Hale estacionó su carro justo frente de su casa, mientras Willa lo observaba de reojo. Bajo la iluminación que brindaba la luna, él se veía aún más hermoso, incluso en todos los ángulos. Él tenía una belleza absolutamente magnética. Su cabello rubio, su suave piel, sus facciones. Todo de él la invitaba a querer acercarse un poco. Incluso, después de un evento traumático como el que había pasado unos minutos atrás, se preguntaba cómo sería chocar sus labios con los suyos. Aún le parecía ilógico pensar en él como un vampiro, su propia cabeza le decía que aquello era imposible y carecía de sensatez. Sin embargo, sus sentidos le mostraban y aseguraban que él se veía igual de tentador que el mismo Diablo. Podía usar todos esos mismos atributos para asesinar hombres y mujeres a su antojo.

Aún no sabía si los Cullen en verdad estaban involucrados en los asesinatos, no sabía si eran unos vampiros. De hecho, desconocía muchas más cosas de las que sabía. Pero la única cosa que esperaba con certeza, era que ellos no fuesen lo que estaba pensando que eran. Había tenido suficientes decepciones en sus diecisiete años de vida.

—Déjame abrirte.— él murmuró y luego salió del auto rápidamente, mucho antes de que pudiese decir que no necesitaba ser todo caballeroso cuando se trataba de ella. Él llegó a su lado en un santiamén y abrió su puerta. Willa salió con una pequeña sonrisa en su boca, pensando en que realmente él se veía como un Príncipe Azul. Lastima que ella no era precisamente lo que se llamaría un personaje de Disney.
Estaban cerca y a pesar de la poca iluminación de las calles, pudo notar que sus ojos habían cambiado una vez más.

—Supongo que debo despedirme.— murmuró, tambaleándose sobre sus pies, bajo la atenta mirada de él Hale.

—Creo que sería lo correcto.— él levantó una de sus cejas y ella se dijo a si misma que debía marcharse antes de empeorar todo, antes de que sus tíos descubrieran que estaba saliendo del auto de un chico. O que se atreviese a besar a Jasper.