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*POV Lauren

Al inicio no me sentí muy cómoda entre los amigos de Camila, confieso que hasta un poco remplazada. Siento envidia de ellos porque pueden ser personas normales, por hacerla sonreír siempre y principalmente por no necesitar ningún tipo de droga para eso. Para divertirse.

Carolina: escucha una cosa Harry, si tu maldita mano baja más de lo que debe de mi cintura va a parar en tu cara. –le avisó cuando iban a ensayar una escena de beso.-

-si yo entrara al teatro, puedo besarte también? –le susurré a Camila, quien carcajeó.-

Camila: depende, primero tienes que dejar de ser una principiante. –me vio- para actuar como los grandes, como yo, es necesario ser grande. –se puso seria. Pero luego no aguantó la risa.-

Simone: estás tomada? –bromeó, viniendo hasta nosotras.-

Harry: SILENCIO AHI. –gritó.- préstennos atención.

Simone: ustedes se están preparando para esa maldita escena hace media hora. –volteó los ojos.- ya me aprendí su dialogo.

Camila: dos votos para Simone. –sonrió.-

Carolina: no aprecian el arte. –lanzó sus cabellos hacia atrás.-

-ih, es mal de amigos esa maña? –bromeé, llevándome un codazo de Camila.-

Simone: agárrala pronto Harry. –dijo impaciente.- pero que aburrido.

Harry: ok, a la de tres...-avisó.-...estás lista? –Carol asintió.- uno...dos...tres...

Y la beso, finalmente. Aplaudimos de forma escandalosa. Fue más un leve beso, solamente para representarlo. Los dos se dieron la mano e hicieron su reverencia hacia el público.

Simone: la próxima escena es la nuestra. –se levantó, mientras le decía eso a Camila.-

Camila: por Dios, hasta olvidé mi diálogo. –dio un vistazo a su libreto.- ah, si, ya recuerdo.

Y entre risas y bromas ellos ensayaron. Digamos que hubieron más risas y bromas que ensayo.

Camila: te cayeron bien? –preguntó, cuando todos ya se habían ido.-

-son buenas personas. –admití.- pero aun no me llevo con el playboy, lo siento.

Camila: una cosa a la vez. –sonrió, alborotando mi cabello.-

-pues si, quién sabe un día!? –me encogí de hombros.-

En el fondo estaba sintiéndome mal por anoche. Los amigos de Camila son personas extremadamente simpáticas. Mientras los míos...

Pasé la noche pensando en si eso es verdad, si está correcto dejarla aproximarse tanto, mientras no sé si mañana la lastimaré nuevamente. Mi corazón se contrae por el hecho de pensar que puedo quitar la sonrisa que vi en su rostro toda la tarde de hoy.

Dormí poco, me levanté temprano, cuando Taylor estaba saliendo a su caminata.

-puedo ir contigo? –pregunté, mirándola.-

Ella me vio sorprendida. Pero luego asintió. Comenzamos en silencio.

-me puedes ayudar con algo? –pateé una piedrilla que había en el camino, mientras hablaba.-

Taylor: manda. –me dijo para continuar.-

-crees que puedo ser la chica correcta para Camila? –levanté la mirada.-

Taylor: vaya...-soltó el aire.-...que pregunta. –me miró.- la Lauren drogada no, definitivamente no puede. –negó con su cabeza.- ahora, aquella Lauren que yo amo, claramente si.

-y cómo es la Lauren que amas? –pregunté.-

Taylor: mi protectora. –sonrió de lado, dejando de caminar.- la que jugaba conmigo en la plaza y siempre quería robar mi helado. –sus labios temblaban, señal de que iba a llorar.- la hermana mayor que iba por ahí presumiendo tener. –respiró profundo.- mi mejor amiga, la que me daba consejos y me tomaba en sus brazos cuando caía. –secó una lagrima que fue derramada.- la que sabe cuidar, sabe amar, sonreír...-suspiró.- esa Lauren es la persona adecuada que ella quiere.

Mis ojos también estaban bañados en lagrimas, sin poder resistirme la tomé en un abrazo. Uno que hace mucho tiempo no pasaba. El abrazo que tanto extrañé.

El abrazo de mi hermana.

Nos alejamos después de un tiempo, Taylor secó las lagrimas en la manga de su camisa.

Taylor: rayos, odio llorar en público. –reclamó.-

-hey pequeña, tú no cambias nunca. –apreté su nariz, mientras ella esquivaba, como siempre lo hace.-

Taylor: confieso que extrañé eso. –sonrió.- recuerdas cuando éramos más pequeñas y venías con aquella broma de tengo tu nariz y yo comenzaba a llorar? –recordó, riendo.-

-y corrías hacia mamá y comenzabas a quejarte por yo estar tomando tus cosas. –completé, riendo con ella.- sí, recuerdo.

Seguimos caminando y trayendo de regreso cosas del pasado, con un brillo nostálgico en la mirada y la certeza de que extraño mucho tener momentos así con mi hermana. Sin discusiones.

Taylor: nuestra familia necesita de un gran remedio para acabar con las heridas. –comentó, mientras estábamos sentadas en una soda, desayunando.-

-no, Tay...-negué con la cabeza.-...nuestra familia necesitaba de una estudiante de intercambio para unirnos nuevamente.

EL INTERCAMBIO -CAMREN-Where stories live. Discover now