Capítulo 1

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La encontré en la cocina, en el mismo sitio donde siempre dejaba las llaves, junto a una margarita que empezaba a marchitarse. Incluso en las despedidas su alma de poeta no carecía de defecto alguno, incluso podría decirse que tenía un encanto peculiar para terminar de la mejor manera posible conmigo. Releí la carta hasta memorizar las líneas más importantes, respirando lento y con calma mientras trataba de preparar un desayuno decente. Puse la leche a calentar y el pan en el tostador, se sentía tan vacío ese departamento sin él... Era domingo, era costumbre recibir el desayuno en la cama y quedarse en pijamas todo el día, abrasándolo con dulzura, deseando que el lunes no nos separara. Pero de repente, me di la vuelta y vi que la realidad era otra. Sus cosas ya no estaban, el desayuno no era para dos, los abrazos ya no serían para mi y el lunes vendría con más prisa para coronar el todo. Sali al balcón para ver qué me reservaba el mediodía, no esperaba demasiado ya que 1) la vista daba justo hacia a la Avenida y 2) eran comienzos de otoño, dejando así de lado los días soleados, para remplazarlos por vientos y lluvias. Mi pijama no era del todo abrigadora, pero soy tan terca que decidí quedarme ahí un buen rato, repasando el "por qué" no podía dejar de pensar en el, cuando se supone que yo era quien menos sufría con las rupturas. Luego recordé la leche, así que hice mi camino de vuelta a la cocina y apagué el fogón. Había hervido demás, y por andar soñando despierta, terminé quemándome la lengua. ¡Ese chico me estaba haciendo pedazos y ni siquiera estaba ahí! Es decir, tenía presente que el amor en estos días era pasajero, que todo llegaba a un fin y que entre el y yo, nada muy serio pasaba. Pero, esto era diferente, el era diferente. Por primera vez una relación me estaba causando un daño mayor del necesario, y debo admitir que he salido con muchos chicos... Usualmente al terminar se hacía el dicho "duelo", compuesto de unas cinco partes, de las cuales sólo dos hacia yo 1) comer dulces con exageración, olvidándose de la horrible dieta que debía llevar 2) llorando en los brazos de mi mejor amiga Lisa, mientras ella me sostenía el bote de basura para tirar todos los pañuelos manchados de pestañina corrida. Después de tres días de este proceso, llegaba la rutina y el comportamiento normal, dejando volar las memorias, enfocándose en otras cosas. El amor dejo de ser algo significativo par mi con el paso del tiempo, no quiero decir con esto que no gustaban las pruebas de afecto o ser el centro de atención en el universo de una persona, pero los haba visto llegar tan rápido por la puerta delantera, y se iban con la misma prisa por la de atrás; se largaban arrasando con todo, y no quería sólo sentarme a ver como me destruían, demostraría que las princesas a veces no necesitan cuento para vivir felices por siempre. Todas mis relaciones han sido únicas, no puedo comparar porque todas dotaron de cosas que dejaban sin palabras. Aún sigo sin entender el motivo por el cual rompí con muchos de ellos. En realidad no sé si mis expectativas son muy altas o tengo un carácter horrible para su gusto, pero ya no podía darme el lujo de seguir perdiendo... hace un año ya había terminado la Universidad, tenía un empleo miserable y una rutina miserable, no podía tener una vida AMOROSA igual!
Sigo en contacto con todos mis ex, no soy el tipo de chica que creé que debe odiar a su antigua pareja sólo porque no funcione como quería, al fin y al cabo no me causan problemas y me ayudan la mayoría de veces. Ahora que lo pensaba más a fondo, la única razón por la que me gustaba el departamento era porque cuando l años llegado a mi vida o había iluminado con todo lo que traía dentro, su inspiración, si aroma a manzanilla, y la poesía que ahora estaba escrita en cada pared. Recordé que cuando tome el departamento, lo detestaba, tenis un olor a queso rancio, tenía una pintura muy desgastada, pero la urgencia de irme de la casa de mi familia de acogida era suficiente excusa para adaptarme a aquel lugar. Había llegado a Boston con el único propósito de terminar mis estudios en una universidad prestigiosa con una beca completa, pero la idea de tener que convivir con una familia que era alérgica a prácticamente todo lo que yo comía, era desastroso. Sin darme cuenta la leche se había enfriado ya mientras me había perdido en mis pensamientos, la bebí de un sorbo, y me fui a la habitación, aún podía quedarme en pijama todo el día y dormir hasta más tarde. Aunque cuando mi espalda sintió el colchón, y mi mirada vio el techo lila, sentí que el tiempo de detenía, que las paredes se cerraban, que la cama de hundía y que el techo estaba cada vez as cerca de colapsar. Todo se desmoronaba a mi alrededor sin darme yo cuenta... ese departamento al que solía llamar casa, ya no sería más un "hogar" sin el junto a mi. Jem oficialmente me había roto el corazón.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Oct 22, 2016 ⏰

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