¿Y el idiota que me enamoró?

Capítulo 2: Pesadilla del pasado

[ADVERTENCIA: CAPÍTULO CON ESCENAS DE VIOLENCIA Y LENGUAJE VULGAR. SIGUES LEYENDO BAJO TU CONCENTIMENTO]

―¿Qué tal hoy le fue a mi pequeño? ―le pregunto acomodando su mochila, mientras seguimos caminando.

―Uhm, bien, supongo ―responde con tristeza.

―¿Supones? ¿Por qué, bebé? ―tomo su mano, y me detengo junto a él, en el paso de cebra para poder cruzar.

―Unos niños... Me dicen que soy raro ―murmura cabizbajo ―Mamá, ¿Qué es "ser un nerd"? ―con su manito libre hace comillas con sus dedos ―¿Es malo?.

―Ser nerd... es ser alguien inteligente...

―¿¡Entonces por qué no me quieren!? ―me interrumpe ―¡Soy raro!... Ellos me dicen raro ―solloza eso ultimo ya más calmado.

―Mi pequeño, tú no eres raro, eres común cómo otro niño de tu edad, sólo que con habilidades especiales. Y te llaman "Nerd" porque están celosos de ti, mi amor, están celosos de que tú seas muchísimo más inteligente que ellos ―aseguro regalándole una sonrisa.

―¿En serio, mamá? ―pregunta con un brillo en los ojos. Cómo amo su sonrisita.

―Sí, muy en serio. ¿Quieres algún dulce? ―asiente. Nos acercamos al negocio que estaba a unos metros más allá, y al final terminé comprando dulces para ambos.

Seguimos el trayecto a casa compartiendo experiencias mías de cuando era alumna y de él. Admito que odie como nunca antes a esos niños que molestan a mi pequeño. Y no encuentran nada mejor que atacar a sus defectos físicos.

Obviamente Justin al paso del tiempo ha cambiado. Su masa corporal ha aumentado ¡cómo ha todo niño le pasa!, sigue de la misma estatura desde hace meses y meses atrás, ¡pero es sólo un niño!.

―Hola, Charlotte, cuanto te extrañé ―dice con ternura, abrazando a su hermanita ―Má, ¿cuándo Char irá junto conmigo al kínder?.

―Aún quedan algunos años, Jus.

―Cuando entremos al insti voy a alejar a todos esos tontos que quieran lastimar a mi hermanita. Tontos, no sabrán con quien se meten. Yo te voy a cuidar, Char. Te lo prometo, palabra de hermano mayor ―Justin alza su dedo meñique hacía Charlotte, pero ella lo agarra y ríe.

―¡Llegué familia! ―grita Austin desde la entrada ―¿Me extrañaron? ―y llega a la sala, quitándose la corbata ―¿Qué tal tu día hoy, Jus?.

―Regular ―murmura sin mirarle.

―Ah que bien, ¿Y a mí pequeñita, como le fue? ―pregunta cercandose a Charlotte y besarle las mejillas repetidas veces. Charlotte se queja pero Austin sigue.

―Ya déjala. Sacó tu mal humor.

―No, tiene TÚ mal humor ―corrige ―Hola―me besa, poniendo sus manos en mis mejillas.

―Hola ―me separo.

―¿Qué ocurre?.

―Estoy algo cansada. Charlotte estuvo llorando toda la tarde, y eso me agotó...

―Ve a dormir, ¿va?. Yo me preocupo de los chicos. Descansa ―besando por última vez mi frente, se aleja y va con los pequeños.

Subo los escalones lentamente, y a pasos del mismo modo, llegó a la habitación que comparto con Austin. Tomo las cobijas, me dejo caer en la cama, y me cubro.

Me levanté algo tensa, me senté en la orilla de la cama y moví suavemente mi cuello de un lado a otro, tratando de destensarlo. Caminé hasta la puerta, una vez allí avancé hasta las escaleras, bostezando.