N O V E N O día; Our song.

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Charlotte se subió las medias de rejilla. Seguido, su bodi negro sin mangas. Acompañado de un cinturón de bajo pecho color plata con la hebilla negra. Un chaleco, igual, negro. Y sus queridos botines que la habían acompañado en tantísimos eventos. La maquilladora y la peluquera hicieron el resto. Se miró al espejo. Era modesta, pero se encontraba guapa. Y las criticas le daban, ahora más que nunca, igual. Se vestía como quería, se peinaba como quería y hacía lo que quería. No lo que la gente quería que hiciera. No era como ese tipo de estrellas superficiales y falsas. Alguien la rodeó por detrás. Cruzaron miradas.

- Hola mi amor. – sonrió, inclinando la cabeza para que Justin la pudiera besar.

- Hola... - él aprovechó el vestuario de Charlotte  para darle una cachetada en el culo.

- ¡Ai! – se quejó.

- Mmmh... ¿Así que otro espectáculo en Good Morning America y no me avisas?

- Es solo un evento más. – contestó, cariñosa. – Además, tengo que aprovechar el tiempo que me queda...

- ¿Otra vez con eso? – Justin pareció enfadado.

Alguien entró en el camerino.

- Charlotte, treinta segundos.

Ella le dio un rápido beso a Justin y se fue corriendo.

- Espera ¿Qué canción cantarás?

- Ya lo verás. – le guiñó el ojo y salió corriendo hacia el escenario.

Justin se quedó en el backstage. Apoyado en una de las cortinas interiores, observaba como Charlotte hacía su culminante presentación, saliendo de una plataforma enorme. Y preciosa, como solo ella sabía serlo. Justin repasó todo sus movimientos. Ella se plantó frente al público, una marea de gente, que chillaban a la vez y desiguales, a coro, su nombre, o simples gritos.

- Buenos días. – saludó Charlotte – antes de empezar... - el piano ya se escuchaba des de fondo. – Quiero decirles... - Dedicó una mirada a Justin, justo donde él estaba – que esta canción se la dedico a la persona más importante de mi vida. – suspiró, y ahora el tono de la música subió un poco y ella susurró, lo suficiente como para que él lo pudiera escuchar – Justin.

La letra de Stay empezó a salir de sus cuerdas vocales. La gente la aclamaba, los fans la idolatraban, parecía brillar como nunca. Y ella, ella, Charlotte, perfecta princesa, le ponía la pasión que siempre le ponía cuando daba un concierto. Pero ahora con más emoción.

Sus ojos se cristalizaron, con cada estrofa a la que avanzaba. Porque aquella letra expresaba lo que sentía de verdad, como lo había pasado sin él, su respuesta hacia la letra de Justin, pues ellos siempre habían hablado mediante las canciones. Enamorados, sabían que nunca habían perdido el contacto, el cariño, aquella chispa que los unía.

Sabían que algún día retornarían a estar juntos. Sabían que estaban hechos el uno para el otro.

La gente balanceaba los brazos al compas de la natural voz de Charlotte. Y lo hacía prácticamente perfecto, en vivo, aquella potente voz. Cuando la canción disminuyó por el final y solo se sentían los últimos susurros de Charlotte al ritmo del piano, la multitud de público pareció volverse loca. Aplausos retumbaron en todo el espacio. Ella volvió a recuperar el sentido, la orientación, se colocó bien algún mechón.

- Gracias. – saludó. – Y antes de irme, quería comunicarles algo, a todos los fans, sea aquí, que estén en el maravilloso público en este momento, o sea en casa.

Se aclaró la garganta. Justin negó con la cabeza y se pasó la mano por el pelo, nervioso, suponiendo lo que iba a hacer.

- No lo hagas. – murmuró.

- Quería decirles que... bueno hace unos días como sabrán...

Justin no podía dejar que comunicara a sus fans que dentro de ocho días podía morir por el trauma que se había desarrollado en ella. Salió corriendo, como nunca había hecho, se encontró en medio del escenario, junto a Charlotte. Ahora era el centro de atención. El publicó pareció ponerse de acuerdo para callar.

- Eh... - murmuró el presentador - ¡Y aquí nuestro invitado especial! ¡Un aplauso para Justin Bieber!

En 16 dias (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora