CAPITULO III

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Mamá que lindo está quedando tu bordado;-dijo la niña, acercándose a su madre con la rueda de bordar en sus tiernas manitas.
-pero el mío está tan feo. - Dijo con voz triste.
Mientras mostraba el suyo para que su madre pudiera verlo.

La mujer miro a la jovencita de cabellos dorados  y una mágica belleza, con mucha ternura.
Diciéndole.
-No digas eso mi princesa.
-El tuyo es el mejor.

La joven señora se encontraba apoltronada en su cómodo sillón, con la rueda de bordado entre sus manos.    

Ellas tenían una conexión muy especial, no sólo como madre e hija,  se trataba de algo más espiritual, tal vez porque desde qué fue concebida todo fue tan trágico y tan confuso para todos.

Nadie podía explicar cómo fue que Adelaida quedó embarazada, sin tener relación con hombre alguno, incluso sus padres no entendían del todo lo que sucedió.

El señor Town Watt él padre de Adelaida no estaba mucho tiempo con ellas, pero sabía muy bien como su esposa cuidaba de su hija, nunca dudó ni por un instante de lo que su mujer le decía, los empleados de la casa eran solamente mujeres.

La joven no salía a solas,  lo hacía con sus padres o acompañada de una de las empleadas,  solo en muy pocas ocasiones.

Una qué otra salida al mercado del pueblo y dos visitas a las ruinas del antiguo templo.

A fin de cuentas solo llevaban poco tiempo viendo en la India, y para la familia no resultaba tan fácil relacionarse ya que no quedaban muchas familias Inglesas en el pueblo además el señor Town se ausentaba mucho por negocios. 
Lo qué fue inimaginable para ellos qué todo lo que resultó de aquella aparentemente enfermedad y de una larga depresión fuera la llegada de una vida, que en realidad nadie supo cómo fue concebida. 

Nadie a podido sacarle a la joven Adelaida él nombre del padre de su hija quizás ni ella pueda entender qué sucedido.

La empleada qué la acompañaba en la única salida que la Adelaida hiciera sin la compañía de sus padres, fue interrogada hasta el cansancio por la señora Mery Watt, hasta  que la empleada Asura decidió marcharse para siempre.

Después de repetir la misma historia por días, de que nada había pasado, que  fue sólo un pequeño percance y qué no tuvo ninguna consecuencia.

Los padres de Adelaida trataban de tomar alguna decisión sobre sí debían regresarse a Londres o no, pero la señora Mery convenció a su marido qué sería mejor quedarse hasta saber qué pasaría y si naciera la criatura o no y dé esa forma podrían evitar qué su hija fuera repudiada, llegado él momento ya tomarían la mejor decisión.

En eso quedó el tema y los padres de Adelaida trataron de qué se sintiera segura y dejaron de presionarla, mientras crecía su barriga se mantuvieron alejados dé todas las personas qué los conocían. , según ellos para evitarle a su hija la deshonra.

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Ya sé qué no es muy largo esté capítulo pero no puedo alterar lo que ya está escrito, pero no se preocupen qué les prometo subir el próximo más rápido, gracias por sus votos y no olviden sus comentarios.

La vida de Adelaide. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora