Todo el frío dentro...

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Cambiaría de ciudad si  me llevara consigo, cierra la puerta antes de que el invierno deje entrar el frío por favor, que ya casi ni respiro dentro de la habitación. 

Él era como un trueno que recorre el cielo acariciando en las noches más oscuras, me hacía volar entre el medio frío y temor; le extraño, le necesito, pero hay dos tipos de amor, el que puedes amar y el que nunca podrías. Soy la roca, él la granada; yo me siento, inerte, él me busca y luego explota, no recuerdo si me hizo daño, tampoco recuerdo si lo hice.

Ahora, de pie me pregunto si mi amor es lo suficientemente fuerte para hacer que él se quede...

Me responden las luces traseras del transporte, brillando a través del cristal de la ventana.

Dijo "quiero verte de nuevo, el amor no se ha terminado pero estoy atrapado en el frío, tal vez mañana sea mejor, ¿puedo llamarte entonces?". Le mencioné lo errante que era, que nunca cambiaría su alma gitana que no tiene la culpa, que ha decidido dejarme, amarme y dejarme y que yo, sólo he nacido para huir cuando mi alma se deshace y mis sentidos toman distintos caminos; soy también, alguien errante de amor firme que sueña con su cálido pecho. 

En un área de servicio para camiones a las afueras su ciudad, la noche se hizo negra como el café que bebía, y en los ojos de la multitud, veo la misma vieja luz brillando, pensando en su ciudad y del amor que debo dejar atrás. Él no va a cambiar nunca, pero él lo haría mucho mejor que yo, le necesito, al igual que los corazones de piedra, y granadas de mano, él y yo no somos el mismo amor, habría mucho que cambiaría...

Está atrapado en el frío, no soy ni el mínimo fuego que arde para salvarlo, no puedo salvarme. Bueno, las cenizas sobre la nieve son un camino sinuoso, se siente como cuando se está en el departamento de objetos perdidos, sería mi propio amante, pero quizá sólo sea un fugitivo que da vueltas y vueltas y que ama, pero le dejo y me deja; no le quiero, le amo y le necesito. Fui  quien le llamó a casi media noche y que no recibe una llamada de vuelta y le hubiese llamado "cariño" pero el nudo en la garganta se convirtió en un tapón que me ahogaba mientras escuchaba su voz a través de la distancia, otra vez.

Como trueno recorriendo los cielos, ésta vez, no era para iluminar mi ciudad, sólo para iluminarse a sí mismo.

La verdad es que quiero verle de nuevo, puedo oler su perfume a través de estos pinos susurrantes, mientras la nieve sigue cayendo, ya no soy más que un fantasma que espera al viento, ahora soy quien está atrapada en el frío, tal vez mañana sea mejor, eso dijo él, ¿podría llamarle entonces? Porque soy alguien errante y quizá tampoco cambie nunca, he nacido para rendirme y marcharme... 

Una vez resuelto todo el polvo, nos elevaremos lejos de los pinos y de la fría nieve, fuera de la tierra, te llevaré a un millón de kilómetros, no te dejaré caer, porque hay un montón de fuerza dentro de la debilidad. Sé, amor mío, que pronto estaremos juntos y la verdad, no puedo esperar hasta entonces.

Toda mi soledad, tirada por la borda, cuando me necesite, te mantendré a salvo.   


Pero al final sólo somos dos personas destinados a chocar.

Culpemos a Diciembre porque duele recordarlo.

En un clima muy fríoWhere stories live. Discover now