CACHOS DE MI ALMA

Cansancio

Mamá quería hacerse la dura, yo quería hacerme el duro y papá... Papá posiblemente era la persona que más estaba sufriendo. El amor de su vida iba dejarle para siempre, y encima tenía que trabajar doce horas en una profesión que no era la suya para poder pagar la hipoteca, facturas y demás. Él sabía que no iba a poder cuidar de mí todo lo que debía y que encima no podía contar con la ayuda de su familia porque hacia años que se habían peleado. Ni siquiera habían ido a ver a mamá.

- ¡Vamos que ya está preparada la comida Hugo! - dijo Carmen

- ¡ Voy! ¡Estoy terminando de lavarme las manos! - dijo Hugo

Son las diez de la noche. El sonido siempre característico del motor de la Renault se apaga. Ha venido Carlos del trabajo, ahora empieza el infierno. Saluda a Yogui y Ámbar. Antes de entrar baja la cabeza y respira hondo. Tiene que aparentar cansancio y a la vez fortaleza, no agotamiento e impotencia. Una voz le llena de alegría lo suficiente como para sonreír.

- ¡ Papá! ¡Papá! ¿Eres tú? ¡Papá! - exclamó Hugo

- Sí, hijo. Ya he llegado. ¿Cómo estás? - dijo Carlos

- Bien. Estoy repasando un poco literatura. Mañana tengo un examen. - dijo sin ganas Hugo, no le gustaba nada lengua

- Ya sabes que eres un campeón. Aunque no te guste lengua piensa que tienes que sacar buenas calificaciones para entrar a medicina, incluso en esta asignatura. - dijo tranquilizante Carlos

- Tienes toda la razón papá... - dijo pensativo y volviéndose al libro Hugo

Papá se puso a cenar. Mamá estaba ya acostada, los numerosos tranquilizantes que se había tomado hoy la habían dejado zombi. Yo había terminado ya de estudiar, así que cogí el móvil para ver Whatsapp. Lo primero que hice fue buscar su contacto, el de Celia. Su última conexión era de hace cinco minutos. Seguro que había estado hablando con Sergio. Empecé a escribir un texto... " Oye princesa. Sé que estamos mal desde hace un mes. Pero es que no puedo vivir sin tus besos, tus caricias y tus abrazos. No entiendo el por qué dejaste de hablarme... Me hablabas genial, solo cosas bonitas. Pero del día a la mañana, no me respondías. Quiero saber qué pasa por tu cabecita para que hagas esto. Por favor contéstame preciosa. Te quiero. " 

De repente papá me llamó chillando, mamá no podía respirar. Teníamos que llamar a la ambulancia. "No te puedes ir todavía mamá" Pensé. Todavía no mamá...