Capítulo 2. El mejor regalo -MuraHimu-

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-Por favoooor!- el que Himuro hubiera alargado tanto la palabra con voz de en verdad pedir ayuda y mirar a Kagami con esos ojos enormes, le hacía pensar al pelirrojo que en verdad era importante, aun asi...

-pero... por qué tengo que faltar al entrenamiento por esto?-pregunto sin interesarle realmente el hecho de que también tendría que faltar a clases

-entiende hermano, hoy es su cumpleaños y Atsushi es... bueno él es... mi persona especial- comento entre sonrojado y feliz

-es...pecial?- pregunto confundido y el moreno puso los ojos en blanco

-ya sabes, como el chico fantasma para ti!

-Kuroko?...ah!- Los Ojos de Kagami parecieron iluminarse al entender- ya sé! Él es...tu sombra!-dijo feliz y Himuro se dio por vencido

-solo ayúdame y ya- finalizo evitando que el pelirrojo entrara a su escuela

-Perfecto!- grito feliz Himuro una vez que cerro por completo la caja- bueno, ahora me voy tengo que regresar antes de que termine el entrenamiento de la tarde- tomo la caja con cuidado y luego salió rápido por la puerta sin esperar que su hermano dijera algo, pero este lo detuvo

-oye!...sabes? solo quería decirte que... bueno, el gigante es ...pues muy grande para ser tu sombra

-eh?

-si, o sea él no pasara desapercibido por nadie

.ay, Taiga... te lo diré solo porque eres mi hermano... no se trata del baloncesto! Yo estoy enamorado de Atsushi de la misma forma que tu de ese chico! Por dios, abre los o él los abrirá primero eh- así que ahora si salió corriendo rumbo a la estación

-yo...estoy enamorado de Kuroko?- se preguntó Kagami en la puerta ahora él completamente sonrojado

Como era posible que el tren estuviera tan lleno, es decir, a kilómetros se notaba que Himuro tenia una increíble condición física, solo bastaba con mirar ese cuerpo, y sus brazos, dignos de un jugador tan talentoso estaban muuuuy bien trabajados, pero siendo honestos, el haber pasado todo el recorrido con los brazos arriba para cuidar de que la caja no se aplastara no se comparaba con ninguno de sus entrenamientos. Cuando al fin llego a su parada se sintió aliviado y se hizo paso hasta la puerta, sin embargo, una vez que salió sintió que la vida se le iba cuando al tratar de bajar los brazos por lo entumidos que los sentía la caja casi termina en el suelo, así que gracias al cielo tenia buenos reflejos y lo había evitado.

Al llegar a Yosen se dio cuenta que lo más seguro era que el entrenamiento ya hubiera terminado, así que decidió encontrar a Atsushi en los dormitorios, subía las escaleras pensado en como arreglar la caja que al final parecía algo maltratada cuando al dar la vuelta en el descanso de las escaleras sintió como chocaba contra alguien

-oh! Lo siento mucho- dijo con voz dulce la bella chica de cabello largo y una linda sonrisa que desapareció y fue cambiada por una cara de espanto al mirar el cuerpo casi contorsionado de Himuro para evitar que la caja cayera por las escaleras

-Muro-chin, estas bien?- el nombrado por costumbre giró lo mas rápido que pudo pero no alcanzo a encontrarse con los ojos violeta ya que cerro los propios al escuchar el sonido de su caja caer al suelo...ahora si quería llorar.

Caminaban por el pasillo rumbo al dormitorio de Atsushi, este último cargando varias bolsas de dulces que sus compañeros de equipo le había regalo; Himuro suspiro, aun no estaba todo perdido, cargo con una sola mano la caja y la que tenía libre comenzó a acercarla al menor, desde hacía un par de meses la relación entre ellos había cambiado, de pronto se encontraron besándose y a ninguno pareció molestarle, asi que se besaban y abrazaban en cada oportunidad, aunque realmente nunca habían aclarado nada; aun así ese momento le parecía el oportuno a Himuro para tomarse de las manos, sus dedos comenzaron a rozarse, un poco más y...

Feliz Cumpleaños!Where stories live. Discover now