Vive conmigo... Solo conmigo

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Los días de Lucie habían pasado desde que él se fue, su vida había vuelto a la rutina, le había enviado varios "buenas noches" pero había sido en vano, no tenía respuesta, salió del departamento mientras atendía una llamada los dueños de la editorial le habían dado las felicitaciones por el libro y el apoyo mismo de divulgar el nombre, el libro se publicaba en unos días y estaba un poco muy desilusionada por no poder haberlo hecho con su inspiración, pero que más daba, las horas pasaban y entre manuscritos y cotilleos su horario de trabajo de cumplía, no se dedicaba a pensar en él o se desconcentraría del trabajo, suspiro ya en su departamento por ganas de un poco de vino, la verdad tenía ganas de mucho pero la puerta hizo apartar las manos de la botella, se acercó a la puerta y se encontró con la sorpresa de ser el vecino del frente. Uno nuevo por cierto.

— ¿Tienes azúcar?

Una excusa verdaderamente tonta pero la pequeña taza en sus manos y su sonrisa de vergüenza le hizo asentir a Lucie.

— Claro... Pasa.

Sin esperarlo se adentró a la cocina con una mueca de tristeza, esperaba que fuera Kai y no el vecino, cuando volteo para entregar la taza llena le vio con la botella de vino en las manos y una sonrisa.

— ¿Una copa? La verdad siempre me querido probar este vino. — Bufó el vecino con una sonrisa en sus labios.

— Claro, deja tomo dos copas.

Lucie extendió las copas sentándose en el taburete, la sonrisa del vecino se había extendido y sirvió en las copas aquella sustancia, después de algunas las risas comenzaban a aumentar y lo que salían de sus bocas eran puras tonteras.

Kai muchas veces veía sus mensajes a pesar de que eran los mismos, simplemente los veía, recordando lo de esa noche y casi el término de ambos. Pasaron días, días en los que se acomodó en su nuevo trabajo, ningún problema, además todos hostiles hacia él. Pero eso no era todo la Universidad lo absorbió más para cuando le avisaron que comenzarían con unas prácticas en hospitales públicos. Todo iba y seguirá en picada, su disponibilidad se reduce notablemente pero al momento de sus pensamientos, se halla con una ventana de unos minutos lo suficiente para dar término a la relación. Si, está siendo cobarde e inmaduro, pero a base de los escases de tiempo no perdurarán.

No contestes...no lo hagas. —Murmuró con el móvil en su oreja escuchando el sonido de la espera, detenimiento lastimero, debía hacerlo estar seguro completamente que es lo mejor para ambos, y así acabar de una vez por todas ese sentimiento, ese recuerdo de sus besos.

El teléfono de Lucie sonó y con una sonrisa callo a James el vecino que no paraba de reír, claro es lo que ella pensaba que sería por los efectos del vino.

— Lucie al habla — Musitó levantándose y buscando algo para comer en el refrigerador, beber con el estómago vacío sabe a la perfección que no debe hacerlo pero ella se saltó ese paso, ahora solo trata de ocultar su borrachera.

El contador de los segundos comenzó en el inicio dando el mismo indicio que ella contesto. No fuera nada si no hubiese escuchado el bullicio de las risas, talvez solo sea una celebración del libro, pensó sentándose sobre una banca abrazando su cuerpo por el aire frío de la noche.

Lucie... Soy Kai... ¿Podemos hablar?

Si...si sshhhh — Puso su dedo entre sus labios para que James, su vecino, cerrará la boca — ¿Puedes venir aquí? No puedo salir.

Para el próximo periodo cuenta con una clase de no con mucha relevancia. Por ende tomo sus cosas y se encaminó a la salida del campus Universitario.

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