Especias

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Esto surgió en un día cuando nada en tu cabeza parece funcionar.

Advertencia: Contenido shonen-ai y yaoi (¿+16?).

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece todos son propiedad de Kōhei Horikoshi.

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Especias

Sus cinco sentidos se abren cuando están juntos.

Y hace tiempo que no lo estaban.

Los olores, los sabores, las texturas, los sonidos y las palabras, se unen en un encuentro sublime, deleitándolos en ese pequeño instante en que sus preocupaciones y miedos desaparecen, donde sólo están ellos, donde nadie más los puede ver, donde lo único importante es lo que sienten.

Se encuentran en la oscuridad de aquella habitación, en un momento que no planificaron, cuando sus emociones se apoderaron de ellos sin su permiso. El culpable de aquello, son las palabras dichas sin pensar, los ojos que pedían deseosos entregarse y la necesidad de poseer con rudeza al ser que tenían enfrente.

Tan pronto como entran en contacto ya nada se puede detener, no hay agua que los pueda apagar ni viento que los pueda separar. Los años de espera fueron añejando espléndidamente los sentimientos que tienen en su interior, convirtiéndolos en el más exquisito vino de pasiones descontroladas.

No saben cómo terminaron ahí, pues no lo pueden recordar; ni les importa. A pesar de la delicada situación que los agobia, no pueden detenerse, lo único que saben es que sus cuerpos demandan ser saciados en ese instante, saciados con el mejor aperitivo que pudiesen comer en sus vidas.

Y aquel tentempié, no es nadie más que aquella persona que conocen de toda la vida, aquel que de una u otra forma estuvo ahí siempre y que fue ganando un espacio muy importante en su corazón.

Para Katsuki, es un suplicio saberlo, más no se puede resistir o mejor dicho no quiere. Aunque su orgullo este en juego.

Katsuki lo sabe.

Sabe que Izuku es un pequeño frasco de finas especias naturales.

De las cuales nunca se cansa, y desea consumir para siempre.

Porque al probarlo, su ser se llena de sensaciones intensas, unas que nunca antes experimentó. Su lengua, estalla de placer al degustar esos labios de azúcar; dulces, suaves y con una textura que no le gusta abandonar, porque le transmiten cariño, porque le transmiten gentileza y porque le transmiten alegría. Todas las cualidades de las que rebosar el dueño de esos labios. Ese que le hace enfadar con solo abrir su boca o simplemente pararse frente a él, pero que desesperadamente desea.

Esos labios, que hace suyos una y otra vez, porque le pertenecen. Así que los prueba, los muerde y los besa hasta que arden tras un simple contacto, más no se arrepiente, porque le encantan y porque lo quiere todo para él.

Izuku tiene una cara angelical que sólo muestra temor ante lo que está pasando, no entiende porque está sucediendo, no lo merece; pero no se resiste, ya que lo que ha deseado por tanto tiempo y por fin se está haciendo realidad.

Para Katsuki, esos gestos son una tortura, le enojan, le excitan y lo vuelven desquiciado. Le hacen perder la razón. Y más, cuando los ojos de esmeralda no paran de derramar lágrimas, esas pequeñas perlas saladas que retira con su lengua pues no quiere que ni una sola gota se malgaste. El sabor es tan esplendido, que no puede ser desperdiciado; por eso, quiere guardar a Izuku dentro de una alacena contenida de desprecio y egoísmo, para que nadie lo pueda alcanzar, donde sólo él tiene la llave y es el único con derecho a tomarlo.

Especias (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora