Capitulo 40

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Fede: -Y vos me hiciste comerme tu cabello- la tomé de la cintura para levantarla y acomodarnos pero justo, justo en ese instante la puerta se abrió.

Era ___(TN)

TN: -Los odio a ambos- se fue.

Perrie y yo nos levantamos inmediatamente.

Perrie: -____(TN)- fue tras ella.
Yo no lo hice, no tenía nada que explicarle. Me senté en la cama y me puse a pensar todas las cosas que pasaban.

Narras vos

Esperaba todo de Federico, pero nunca de Perrie. Mi mejor amiga desde que nací.

Perrie: -____(TN) Debo explicarte.

TN: -Hazlo, porfavor. Me niego a creer esto de vos.

Perrie: -Me quedé a dormir en la habitación de Fede por la pelea que tuvimos, como ves estábamos en el suelo porque él durmió en su cama yo en el suelo. ¡Al revés! Él en el suelo, yo en su cama y tú sabes que yo me caigo de la cama y caí justo con él, te juro que apenas pasaba, sólo fueron segundos estaba a punto de levantarme cuando tú llegaste, no pienses que yo trataba de hacer...

TN: -¡Está bien! Te creo, lo creo porque eres tú quien me lo dice, la única en quien confío.

Perrie: -Gracias...y ...hablando de confiar...Le dije a Federico todo lo que nos dijiste ayer.

TN: -¿Qué cosa de ayer?

Perrie: -Que le mentiste y te vengarás de él.

TN: -¡¡¡Qué!!! Por que hiciste eso.

Perrie: -Debía detener esa locura, enserio.

TN: -¡No puedo creerlo! ¡Me traicionaste!

Perrie: -Yo no quería que ninguno de los dos sufriera.

TN: -¡Pero como pudiste hacer eso! ¡Me fallaste! Confié en ti contándote mis secretos y tú corres a contárselos al mundo.

Perrie: -Era lo mejor.

TN: -Ahora no sé si creerte lo que acabo de ver- me retiré.

Me vestí y bajé a desayunar, aunque sólo hice una masa con mi desayuno, me senté apartada de todo el mundo. Estaba molesta, decepcionada y adolorida. Luego vi que la puerta de la entrada se abrió y entró Fede, lo primero que hizo luego de levantar la mirada fue verme con una mirada seria y débil, se notaba el dolor en sus ojos.

Y ahí nos encontrábamos, el uno con el otro teniendo el contacto visual más fuerte de la vida. En nuestras miradas se encontraban exactamente los mismos sentimientos; coraje, decepción, tristeza, depresión, dolor, amor, pasión. Por un segundo olvidé el resto de personas que estaban ahí. Era como un reflector de dolor que sólo nos apuntaba a nosotros dos, nuestros ojos comenzaron a aguarse, quedamos paralizados viéndonos el uno al otro, pensando en todo y en nada a la vez, sintiendo todo y nada a la vez, deseando todo y nada a la vez, esperando todo y nada a la vez, queriendo hacer tantas cosas pero no hacer nada. Toda mi fuerza, todo el ego y el orgullo que había creado durante mi vida se fue al demonio, en ese momento por primera vez lo que menos pensé fue en cosas materiales. Deseaba estar en una isla desierta con él y amarnos hasta el amanecer, olvidarme del mundo, pero sabía que eso ya no se podía. Fede caminó hacia mí, nuestras vistas no se despegaban, más bien se intensificaba conforme nos acercábamos, yo me levanté y quedamos a sólo centímetros uno del otro. Sentí su mano rozar la mía y tomarla, se volteó y caminamos tomados de la mano fuera del comedor. Me llevó de nuevo a aquél pasillo prohibido al que me había llevado cuando recién había venido al internado. Miramos hacia las montañas y luego a nosotros, nuestras miradas volvieron a chocar.

Niña Mal | Fede Vigevani y TuWhere stories live. Discover now