Telepatía Parte II

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Cuando llegaron los padres del joven accidentado rápidamente se dirigieron a pedir informes, pero no los dejaron pasar a la habitación del joven, después de que les contaron los acontecimientos, los padres se acercaron a los chicos y les dieron las gracias a todos por haber ayudado a salvar la vida de su hijo; uno de los chicos les dijo a los padres que los héroes habían sido Carlos y Kevin, que a los que les deberían agradecer era a ellos. Sin dudar los padres les agradecieron y el papá prometió darles una recompensa a todos por sus acciones desinteresadas, la cual no era un problema para él pues era un hombre rico.

—No es necesario. —comento Carlos— solo hicimos lo que debíamos hacer.—

—Así es —dijo Kevin— 
para nosotros es suficiente recompensa el ver que su hijo ya se encuentra fuera de peligro.—

A Kevin y a Carlos nunca les intereso el dinero, en cambio la familia de Alfredo (los Vékerson), siempre fueron muy materialistas.

Los Vékerson eran una familia de ricos que tenían ascendencia inglesa y mexicana, por parte del papá  de Alfredo se podía decir que venían de Inglaterra pero hacía ya mucho tiempo que sus antepasados radicaban en México, en cambio su mama tenia raíces meramente mexicanas. Su fortuna había sido heredada por los antepasados del señor Vékerson quienes tenían una fábrica de licores, la cual había pasado de generación en generación hasta pertenecer al señor Vékerson y su familia.

Un par de meses después del accidente, Alfredo Vekerson se encontraba mejor, ya podía hablar y caminar sin mucho problema, por lo que era hora de reunirse con sus salvadores.
Carlos y Kevin se encontraban entrenando en el gimnasio cuándo Carlos escuchó sonar su teléfono, entonces se dirigió hacia el estante donde se encontraba su mochila y saca de ella el teléfono para contestar.

Después de un par de minutos Carlos cuelga el teléfono y le cuenta a Kevin sobre lo sucedido; Alfredo se había comunicado con Carlos para reunirse con ellos, él estaba muy interesado en conocer a sus salvadores, por otro lado Kevin también quería conocerlo y hacerle unas cuantas preguntas.

Cuando por fin llegó la hora de conocerse, Kevin se encontraba muy nervioso, pues tenía el presentimiento de que Alfredo no era un chico ordinario. Fue en una cafetería no muy lejos de la casa de Kevin donde se reencontraron; Alfredo llegó en una camioneta muy lujosa manejada por un chofer contratado, el chofer ayudó a bajar una silla de ruedas, en la que después de bajarse con un poco de esfuerzo se acomodó Alfredo.
Tenía dificultades para Caminar, por eso usaba la silla, al parecer tenía una pierna rota y en su cuello traía un collarín. Después de acomodarse perfectamente en la silla de ruedas Alfredo le pidió al chofer que se retirara y que estuviera al pendiente de su teléfono porque le marcaría cuando se desocupara para que volviera a recogerlo. Los chicos observaban sentados en la cafetería y esperaban a que Alfredo se acercara.
Cuando Alfredo llegó a la mesa donde se encontraban sus héroes, los saludó de mano y agradeció la Hazaña.

—Gracias por salvarme chicos, realmente pensé que ustedes eran un poco mayores pero veo que aún son unos niños, pero eso me da más gusto, es bueno saber que todavía hay gente buena en esta ciudad, y el hecho de que sean más chicos de lo que pensé, les da un poco más de mérito por su valor.—

—No tienes que agradecer Alfredo, nos alegra haber ayudado—dijo Kevin.

—Sí, además el mérito es todo tuyo, sobrevivir a un accidente de esa magnitud es un gran logro. —dijo Carlos.

—¡tonterías! —dijo Alfredo— pero dejémonos de cursilerías y empecemos a hablar de lo que realmente nos interesa, por que supongo que ustedes al igual que yo, vienen a eso.—

Una expresión de sorpresa se dibujó en la cara de Kevin y Carlos.

—¡Vamos, no se queden callados!, hagan las preguntas que vinieron a hacerme —dijo Alfredo— se lo que estás pensando Carlitos, te preguntas ¿Cómo es que logre hablarles cuando estaba en el coche si ya tenía quebrada la tráquea? ¿No es así?, pero curiosamente no puedo saber lo que tú estás pensando Kevin, También yo quiero respuestas.—

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