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 Era el viaje más raro que había hecho en mi corta vida.

El amigo de Millie que nos había traído estaba manejando, mientras aumentaba el ritmo de la velocidad de acuerdo a la música que Jason ponía desde su celular. Millie estaba en medio, entre su primo y yo, y a mi lado, mirando por la ventanilla estaba la muerte.

-¿Les parece si elijo The Beatles?- Dijo Jason mientras tecleaba en su celular para cambiar la música.

-Pusiste The Beatles todo el camino, me parece que eso ya te da igual-Lo burló Millie.

-Me acuerdo de John Lennon y George, ellos fueron grandes almas-Me dijo la muerte.

Estábamos por llegar al centro de Buenos Aires, faltaban pocos minutos de recorrido. Nos encontrábamos en una ruta, por suerte había poco tráfico, además como estaba lloviendo era raro encontrarse con autos.

-¿Vas a volver a Villa Traful, el fin de semana que viene?-Me preguntó Millie algo seria.

-Michael dijo que iba a pagarme un pasaje de avión hasta allá, si cumple les voy a mandar muchas fotos desde allá- Traté de bromear.

-Es tan triste cuando dejan el nido- Dijo Jason con una voz melodramática, fingiendo que lágrimas bajaban por sus mejillas.

Millie me agarró la mano.

Lo que sucedió después, pasó como si estuviera en cámara lenta.

Millie se acercó a mí.

Como si fuera a decirme un secreto.

O para besarme.

O solo para hacer otro de sus chistes.

Pero después solo sentí dolor.

Un dolor que me dejo ciego.

Gritos.

Más gritos.

Que no terminaban nunca.

Y duraban una eternidad.

Sentí mi cabeza golpear contra algo.

Y mi pierna hacerse añicos.

Dolor por todas partes, rodeándome.

Hasta que se fue calmando poco a poco.

Y sentí mi cuerpo adormecerse.

-Odio los días lluviosos para salir a pasear-Fue lo último que escuché.

Amigo de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora