Prólogo

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Cuando Beyond Birthday cometió su tercer asesinato intentó hacer un experimento. Quería ver si era posible que un ser humano muriese de hemorragia interna sin que se le rompiera ningún órgano. Así que drogó a su víctima para que cayera inconsciente, la ató y procedió a golpear su brazo izquierdo metódicamente asegurándose de que la piel no se rompiera. Esperaba causar suficiente hemorragia como para provocar una muerte por pérdida de sangre, pero, tristemente su experimento terminó en un fracaso. La sangre se congestionó en el brazo y éste se volvió de un tono rojo purpúreo pero la víctima no murió. Simplemente se agitó, se convulsionó y permaneció con vida. Beyond Birthday había estado convencido de que la pérdida de sangre provocada sería suficiente para matar a alguien, pero aparentemente se había equivocado. En lo que a él concernía, el método para asesinar tenía un puntaje muy bajo en la escala de diversión, y no fue más que un experimento interesante. Realmente no le importaba si tenía éxito o no. Beyond Birthday simplemente se encogió de hombros y sacó un cuchillo...

No, no, no, no, no.

No éste estilo, no ésta voz narrativa; no podría mantener este arrogante tono durante toda la narración. Mientras más lo intente, más me aburriré y más floja se volverá la escritura. Para ponerlo en términos que Holden Caulfield (uno de los idiotas literarios más famosos de la historia) usaría, detallar lo que Beyond Birthday hizo y pensó no va de acuerdo a lo que quiero (incluso si, en mi posición, siento mucha compasión por él). Explicar interamente sus asesinatos en oraciones cuidadosamente construidas no incrementa de ninguna manera el valor de estas notas. Esto no es un reporte, ni es una novela. Incluso si llegara a convertirse en una de esas, yo no sería feliz. Odio usar una frase tan poco original, pero creo que para el momento en que alguien pose los ojos sobre estas palabras, yo ya no estaré vivo.

Difícilmente tendría que recordarle al lector sobre la épica batalla entre el mejor detective del siglo, L, y ese grotesco asesino, Kira. El instrumento que utilizaba para asesinar era un poco más fantástico que una guillotina (por ejemplo), pero todo lo que Kira logró fue otro reino de terror producto de un modo de pensar patéticamente infantil. Mirando hacia atrás, sólo puedo pensar que los dioses de la victoria le sonrieron a Kira para su propio y vano entretenimiento. Quizá estos dioses realmente querían un mundo bañado en sangre lleno de traición y acusaciones falsas. Quizá el episodio entero existe como una lección para enseñarnos la diferencia entre el Todopoderoso y los shinigami. ¿Quién sabe? Yo no tengo intención de desperdiciar más tiempo pensando en esta negativa serie de eventos.

Al demonio con Kira.

El que importa para mi es L.

L.

El mejor detective del siglo. Considerando sus sorprendentes habilidades mentales, L murió una muerte injusta y fuera de tiempo. Sólo en el récord público, resolvió más de 3,500 crímenes difíciles, y envió a tres veces ese número de degenerados a prisión. Él tenía un poder increíble, era capaz de movilizar a cada agencia de investigación en el mundo entero, y era generosamente aplaudido por sus esfuerzos. Y con todo, nunca mostró su rostro. Quiero anotar sus palabras con tanta exactitud como me sea posible. Y quiero dejarlas para que alguien las encuentre. Como alguien a quien le fue dada la oportunidad de seguir sus pasos... Bueno, quizá no pude sucederlo, pero quiero dejar esto detrás.

Así que lo que estás leyendo ahora son mis notas sobre L. Es un mensaje de muerte, no mío, y no dirigido al mundo. La persona que muy probablemente leerá esto primero es ese idiota cabezota de Near. Pero si ese es el caso, no le diré que rompa o queme estas páginas. Si le causa dolor descubrir que yo sabía cosas sobre L que él no, entonces está muy bien. También existe la probabilidad de que Kira lea esto... y espero que lo haga. Si estas notas le dicen al asesino, quien tan sólo sobrevivió con la ayuda de una libreta asesina sobrenatural y un shinigami imbécil, que él no era, bajo ninguna circunstancia, digno siquiera de la mugre bajo los zapatos de L, entonces habrán logrado su cometido.

Yo soy uno de los pocos que llegaron a conocer a L como L. Cuándo y cómo lo conocí... este es el recuerdo más valioso que tengo, y no lo escribiré aquí, pero en esa ocasión L me contó tres historias de sus hazañas, y el episodio relacionado con Beyond Birthday fue una de ellas. Si dejo de pretender y simplemente me refiero a él como El Caso del Asesino en Serie BB de Los Angeles, entonces imagino que muchos de ustedes habrán oído de él. Obviamente, nunca salió a la luz que L (y más aún, la Casa de Wammy, que me crió hasta los quince años) estaban profundamente conectados a aquel asunto, pero, de hecho, lo estaban. L, por principio, nunca se involucraba en un caso a menos que hubiese más de diez víctimas o un millón de dólares en riesgo, y esta es la verdadera razón por la que él se involucró tardía pero agresivamente en este pequeño caso, que sólo llegó a tener tres o cuatro víctimas. Ya explicaré más adelante, en las páginas que siguen, pero por esta razón, el caso de los Asesinatos de BB en Los Angeles fue un evento definitorio para L, para mí, e incluso para Kira. Fue un evento monumental para todos nosotros.

¿Por qué?

Porque este caso fue en el que L se presentó a sí mismo por primera vez como Ryuzaki.

Así que saltémonos todas las tediosas descripciones sobre lo que Beyond Birthday pensó, o cómo asesinó a su tercera víctima, ya que no tengo ningún interés en eso, y ya que estamos en ello, saltémonos la segunda y primera víctima, no hagamos ningún esfuerzo en fijarnos en los primeros asesinatos, y ajustemos las manecillas del reloj a la mañana del día después, el brillante momento en el que el detective más grande del siglo, L, comenzó a investigar el caso. Oh, casi lo olvido. En caso de que alguien más que el cabezón de Near o el ingenuo asesino esté leyendo éstas notas, entonces debo por lo menos tener la mínima cortesía de presentarme, aquí al final del prólogo. Yo soy su narrador, su navegador, su contador de historias. Para alguien que no sea esos dos, mi identidad probablemente no importe, pero yo soy segundón del viejo mundo, el mejor vestido que murió como un perro, Mihael Keehl. Una vez me llamé a mi mismo Mello y fui llamado con ese nombre, pero eso fue hace mucho.

Buenos recuerdos y pesadillas.

El caso del asesino BB en Los AngelesWhere stories live. Discover now