Llego Abraham a mi cuarto, se acerco a mi, puso su mano en la mía (la cogió) y me dijo: "Despierta, bella durmiente"
En eso, me "desperté", le sonreí y lo vi ahí sentado a mi lado. En ese momento, al ver como sus ojos brillaban aunque estuviéramos a poca luz (las cortinas estaban cerradas, unos cuantos rayos entraban) sentí un deseo inmenso de besarle! El deseo era mas fuerte que yo, en mi cabeza yo decía: "No lo hagas, tranquila, mantén tus deseos guardados para otro momento", así que, de repente, sentí como mi cuerpo se levanto y se acerco directamente hacia el quedando cara a cara. Literalmente me senté a su lado (quedábamos viéndonos frente a frente)
-Abraham... yo..... yo.....- le dije al solo ver sus ojos y labios por supuesto!
-No digas nada...- me dijo al oído
Yo sabia lo que pasaría, ese beso que al parecer ambos ansiábamos, pero decidí darle un giro a su respuesta al cambiar de tema. Lentamente puse mi cabeza en su hombro en forma de tristeza.
-Donde esta mi madre? A que hora es su vuelo?- le dije con lagrimas saliendo de mis ojos
-Esta allá afuera con Jacobo, pero venga no llores...- me dijo mientras hacia que levantara mi mirada y me sacaba las lagrimas con su dedo gordo
-Como quieres que no llore Abraham, pero... se que estará bien así que, déjalo- le dije
-Vale, vale, pero ya no quiero verte así, tu eres una princesa y las princesas traviesas como tu no lloran, mas aun, ellas reinan en el corazón de sus madres lo cual es importante, como tu!- me dijo mientras yo abrazaba mis piernas (aun sentada en la cama) con una sonrisa
-Gracias por todo lo que me dices- le abrace -te quiero mucho, amigo- le dije al oído
-Amigo...?- me dijo susurrando con voz de decepción
-Que dijiste?- le dije (yo sabia perfectamente lo que me había dicho solamente que le dije eso para hacerme la disimulada y para dejar un poco las cosas claras)
-Nada, no os preocupéis- me dijo separándose de mi -mejor vayámonos que Jacobo ya ha de estar molesto por no haberte llevado, vamos!- me dijo tomándome de la mano y corríamos por el pasillo
Cuando llegamos a donde estaban mi madre y Jacobo, vimos que las maletas ya estaban siendo introducidas al coche, lo cual hacia que mi corazón se retorciera...
-Mama, porque te vas tan rápido?- le dije entre un gigantesco llanto
-Hija, lo siento pero tengo que arreglar unas cosas pendientes por allá- me dijo -que daría por seguir aquí contigo pero no puedo, el deber me llama-
Nos dimos el abrazo y tuvimos que decirnos adiós. Ese fue un momento doloroso para mi pero con suerte contuve mis lagrimas. Dicen que es mejor decirle a alguien que te guarde en su corazón porque ese es el lugar en el que siempre estarás presente y nunca podrás olvidar fácilmente... y eso fue lo que había en el corazón de mi madre y el mio.
Abraham puso sus brazos alrededor de mi cintura por detrás dándome un dulce abrazo, yo de igual manera le abrace (sus brazos).....