Continuación...

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Las chicas seguían con sus vidas en donde las habían dejado hasta donde se acordaban y Serena, Serena solo era sufrimiento. Acostada en esa gran cama pero que no era ni la mitad de cómoda que la de Darien cuando dormía a su lado, no sabía por lo que él estaba pasando.

Mientras ella sufría y sufría, el papacito del rey Endimión también estaba como ella, desolado. Entrando a la habitación que se había convertido en su tormento, se acercó y le hablo sin consuelo.

—Neo reina Serena, mi amada reina....

Sin apartar la mirada de su rostro, se inclinó ante ella y suspiro con pesar. Estaba cansado de ver su palacio en ruinas; estaba harto de estar en esa forma de fantasma en donde no podía hacer nada pero sobre todo estaba cansado, de estar lejos de ella. Los días a su lado y también con su pequeña y tierna hija, habían sido los mejores de su vida.

—contéstame, contéstame por favor mi amada reina ¡te lo ruego! Te necesito ahora más que nunca ¿sabes? Creo que me he descuidado y debido a eso, nuestra hija ha desaparecido. Además necesito que despiertes, me mires a los ojos y me digas ¿fuiste tú verdad? Si, tuviste que haber sido tú. Fuiste tú quien salvo a sailor moon y a los demás. Cuando estuvieron aquí me dijeron que notaron tu presencia. Pero, hay algo que no entiendo ¿Cómo pudiste activar el cristal de plata del pasado? Se supone que en el estado que estas no puedes hacer nada y mucho menos, activar el cristal en el futuro.

En un mar de confusión, angustia y sufrimiento estaba el rey. Se llenó de esperanza y fe con lo que las chicas le dijeron pero cuando se acercaba a esa urna y no veía ninguna reacción suya ante sus palabras, se derrumbaba.

—mi reina, mi Neo reina, pensé que estabas despierta. Ayúdame. En este estado no puedo hacer nada. ¡nada! te necesito y te extraño horrores ¿Cuándo despertaras? ¡¿Cuándo?! –se apoyó en su urna con desesperación—esto ya debes saberlo pero igual, me sirve desahogarme contigo. Estoy desesperado porque nuestro planeta cada día se debilita más. Sailor moon, Tuxedo Mask y sobre todo nuestra hija mi amor, se encuentran en un gran peligro. Mi reina, mi hermosa reina, ¡¿Por qué no me contestas?!

—Mi rey, —se acercó meticulosamente Diana—debe conservar la calma. Tenga un poco más de paciencia.

— ¿Diana...?

— Tranquilícese. Llegado su momento la reina reaccionara para sacarnos del peligro que nos amenaza; tal y como lo hizo con sailor moon su majestad.

—Tal vez pero...

—La reina cura sus heridas en el cristal de plata. —le sonrió—Quiere estar completamente preparada para el último combate, tranquilo. Según me dijeron mis padres, si todavía duerme es porque aún es muy pronto.

—si ellos lo dijeron es porque así debe ser. Pero aun así, yo....

—No pierda la calma mi rey—se le acercó más y sonrió—mis padres y yo no somos los únicos que estamos preocupados por usted, también lo está sailor Plut.

—¿sailor Plut?

—sí, ella me dijo un día que yo seré la guardiana de la pequeña dama así como mis padres lo fueron de la Neo reina. Todos estamos muy preocupados por ustedes pero trate de mantener la calma. Le prometo que traeremos a la pequeña dama de vuelta sana y salva. Todo se resolverá, ya lo verá.

—Gracias Diana—le sonrió más tranquilo—eso espero. Quiero que nuestro planeta vuelva a ser lo que era.

Dejando de lado a un papacito rey que empezaba a sentirse mejor gracias a las palabras de una dulce gatita llamada Diana, volvemos con las chicas y al tiempo presente. Ellas, cada una en lo suyo, se percataron de algo sumamente extraño y peligroso, el cielo se puso de un color rojo carmesí que no era normal.

MI VERSIÓN DEL MANGAWhere stories live. Discover now