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Después de aquel encuentro, en donde casi se deja llevar por sus deseos, JB saltó la reja. Todo lo que había logrado se fue al carajo por ese percance, se había olvidado de cuan placentero era castigar al castaño.
Era un verdadero cobarde al huir de su situación y tratar de tapar el sol con un dedo, pero no se atrevía a enfrentar sus miedos por consecuencias de terminar con el corazón roto.
"El amor es una mierda." Pensó mientras subía al autobús.
Llamó a Chin, preguntándole si su casa estaba disponible para quedarse allí un rato. Agradeció internamente que su amigo le diera una respuesta positiva y sintió un alivio en su pecho.
Llegó al barrio y bajó del autobús, caminando a la casa de Chin. Al llegar sacó las llaves bajo el tapete de la entrada y abrió la puerta. Esta casa se estaba volviendo su guarida secreta.
Esperó hasta la tarde y su amigo llegó. Se saludaron, compartieron unas cervezas y comenzaron a hablar. Seung y DongSun venían en camino así que los estaban esperando.
— ¿Qué tal la escuela? ¿Una mierda? —. Preguntó Chin, recostado en la mitad del sofá ya que JaeBum estaba igual pero del otro lado.
— No sabes cuánto. Solo por ustedes me iría de allí, es muy aburrido. —. Contestó, dándole un sorbo a su trago.
— De seguro hay algo interesante allí... O tal vez alguien. —. Le dijo en un tono juguetón y el pelinegro no pudo evitar reír. Claramente aquello había sido una insinuación.
— ¿A qué te refieres?
— Sé que JinYoung y tú no son nada, pero joder, hacían una bonita pareja. Nunca te había visto tan feliz con alguien. —. JB suplicaba internamente que se callara, porque al escuchar esas palabras le nacía el arrepentimiento por ser un imbécil. — ¿Te gusta mucho, verdad?
— Por ese motivo lo dejé. —. Respondió, confesando la verdadera razón de su distanciamiento con el castaño. — Sabes que... Yo no soy esa clase de chicos.
— ¿Es por eso que Seung te miraba con una cara de orco el otro día? —. El pelinegro asintió de inmediato y Chin lo imitó, dando a entender que ya comprendía todo. —   Lo que sea que él te haya dicho, hazle caso. No dejes ir la oportunidad de ser feliz con alguien por ser el chico malo y sin sentimientos todo el cuento. Piensa en Seung, sigue pateando culos estando con DongSun, aunque menos que antes. El amor no es tan horrible como piensas, en serio.
— ¿Todos quieren hacerme sentir como una basura? —. Preguntó divertido y ambos rieron. — Solo... no sé. No vale la pena, ¿sabes? JinYoung me odia e intentar algo con él a estas alturas es un intento de suicidio. — A ti siempre te ha importado una mierda lo que llegase a pasar. Im JaeBum siempre consigue lo que quiere y tú quieres a ese chico. —. Chin tenía un muy buen punto. Se quedaron en silencio por unos largos minutos. Luego retomó la palabra. — Además JinYoung me agrada, por primera vez me cae bien uno de tus chicos.
Se escuchó que golpeaban la puerta desde afuera y JaeBum se levantó. Apenas abrió la puerta fue recibido por un fuerte abrazo por parte del rubio ama selfies.
— ¡Panquesito, volviste! —. DongSun lo mantuvo abrazado, feliz por su presencia. A veces parecía mucho menor de lo que en realidad era. — Me alegra verte.
— Mi novio te abraza más a ti que a mí. —. Comentó Seung desde afuera, algo celoso.
— Que celoso, Seungie~ Lo abrazo porque lo echaba de menos. —. Le sacó la lengua a su novio y se soltó del pelinegro.
— No es mi culpa por ser tan irresistible. —. Dijo JB y los tres ríen. Seung entró y chocaron puños como forma de saludo. — Sientanse cómodos, están como en su casa.
— No les diga eso. —. Le regañó Chin, apareciendo de la cocina con dos cervezas y se las entregó a los recién llegados. — Que se montan una fiesta ahora mismo.
— No es mala idea. —. Dijo el rubio y se rió cuando su amigo lo miró con mala cara. — Oh, vamos. Hace tiempo que no salimos a una fiesta y yo sé que quieres celebrar.
— Sí, pero no en mi casa porque me castran.
— Pff, que aburrido. —. DongSun se sentó en el sofá y miró a JaeBum. — ¿Qué te trae por aquí, panquesito?
— Bueno... —. Hizo una mueca, pensativo. No sabía si decirle la verdad, porque no quería tocar de nuevo el tema. — Solo vine a pasar el rato.
— No te creo. —. Le dijo el rubio, con tanta seriedad que le asustó. ¿Acaso tenía un sensor para saber cuándo mentía y cuándo no? — En serio, ¿qué te pasó?
— JinYoung, eso fue lo que me pasó...
Le contó la historia, tratando de hacerla lo más corta posible que DongSun, con su alma de chismoso, le pedía detalles por lo que le terminó contando todo. Como esperó, recibió una mirada de desaprobación pero no se esperaba un golpe en la frente.
— ¿Qué fue eso? —. Preguntó, impactado por aquella reacción de su amigo.
— Un golpe por imbécil. Agradece que no te di un puñetazo en el rostro, pero que sepas que las ganas no me faltan. —. Le advirtió con molestia y JB sabía que iba en serio, por eso no hizo ninguna clase de comentarios. —  ¿Sabes que JinYoung fue el único con quién me he sacado selfies buenas?
— ¿Y yo? —. Cuestionó Seung, haciendo un puchero.
— Tu también, amor, y ustedes. Pero saben a qué me refiero. —. Dijo de vuelta y sacó su celular, buscando algo en él y se los mostró. — Miren ese par de bellezas, ¿entienden mis sentimientos?
JaeBum miró el celular del rubio y se le encogió el corazón. Era foto de su amigo con JinYoung en la fiesta, ambos salían bien y el castaño se veía tan feliz. Extrañaba verlo sonreír de esa manera.
— JB, yo adoro a ese chico, en serio. El duraznito y tú eran una pareja de otro universo, no tanto como Seung y yo, pero tú entiendes.
— Sé que todos los adoran, incluso yo lo hago. Pero no puedo, nunca he experimentado esta clase de sentimientos antes. —. El pelinegro suspiró, sofocado por la situación. — Tengo miedo, ¿saben? De terminar mal con todo esto, ablandarme. Además JinYoung me odia, no vale la pena tratar.
— Hey, el amor no es malo, panquesito. —. Le acarició la espalda, con el objetivo de darle algo de apoyo. — Es parte de la vida y debes experimentarlo y disfrutarlo. Todos sufrimos por culpa del amor, es inevitable, pero es parte de crecer y esas caídas nos enseñan como mantenernos de pie frente a nuevas dificultades que presentan. JinYoung es un buen chico y se notaba que le gustabas, siempre le brillaban los ojos cada vez que te veía.
JB sentía que le daría un colapso mental, la situación estaba pudiendo con él. El tema quedó de lado pero DongSun quedó preocupado, no le gustaba verlo así.

(...)

Tocó la campana y JinYoung tomó sus cosas, dispuesto a irse a casa. Debía llegar temprano ya que tenía un examen mañana y necesitaba estudiar. Salió junto a los otros estudiantes de la escuela y se encontró con una inesperada sorpresa.
— Hola, duraznito. —. Lo saludó DongSun, con una amplia sonrisa.
— Hola, ¿qué haces aquí? —. Le dijo de vuelta y se acercó. Le sorprendía verlo pero igualmente le alegraba, el rubio era muy agradable.
— Venía a verte, debemos hablar. —. El rostro de JinYoung cambió a uno de incertidumbre. ¿Hablar? ¿De qué? — ¿Quieres un helado?
— Eh, claro.
Caminaron hacia la heladería más cercana, hablando de temas triviales ya que DongSun prefería hablar sobre el tema por el que ha venido luego.
El rubio compró los helados y se sentaron en las sillas que estaban fuera al local.
— Entonces... ¿De qué querías hablar conmigo? —. Preguntó JinYoung luego de minutos de silencio.
— Es sobre JaeBum. —. Le respondió DongSun, lamiendo su helado. El menor le miró confundido, como si no supiera de quien hablara. — JB.
— Oh... ¿Qué pasa con ese imbécil? —. Preguntó con molestia, colocando una mala cara por el tema de conversación.
— Wow, de verdad lo odias. —. Dijo el rubio, sorprendido de que JB realmente tuviera razón. — Mira, sé todo lo que está pasando. De que te trata como la mierda y viceversa, en resumen, toda la historia.
— ¿Entonces...?
— JaeBum no es un chico malo, por más que se muestre de esa manera. La muerte de su madre lo ha cambiado y usa esa faceta para no mostrar el dolor de su pérdida. —. Comenzó a explicarle. — No lo odies, te lo suplico. Trata de comprenderlo, es un chico que ha cometido muchos errores por escapar de sus problemas. Él sabe que lo odias y, a pesar de que lo saques de quicio y te pueda llegar a considerar un estorbo, no te odia en lo más mínimo.
— ¿Entonces qué siente por mí para que me haga la vida imposible?
— No puedo decírtelo, pero él está sufriendo por ese sentimiento.

Daddy ; BNiorWhere stories live. Discover now