Capítulo Segundo

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Cristina entró sin tocar a la habitación de María del Carmen, su rabia no se había aplacado. Encontró a su hija llorando sobre su cama. 

- Se puede saber en que estabas pensando al andar recalcándote casi al aire libre donde cualquiera pudo verte, portándote como una golfa?

- Ya mamá... Escúchame - María del Carmen sollozaba - yo amo a Carlos Manuel, y quise... Bueno... Seria capaz de entregarme a el. 

- Que tonta eres!... De verdad piensas que el te ama? - Los ojos verdes de Cristina lanzaban llamas y su voz era áspera - de verdad piensas que Carlos Manuel Rivero es un caballero andante que va a hacer realidad todos tus sueños? Deja de ser tan ilusa! Madura! 

- No se por qué odias tanto a esa familia, pero Carlos Manuel no tiene la culpa, el me ama sinceramente, y así no quieras mamá... Vamos a estar juntos. 

Cristina se acercó peligrosamente a su hija y se quedo frente a ella, la valentía de María del Carmen iba mermando al sentir la furia de su madre en cada palabra. 

- Escúchame bien María del Carmen, si insistes en desafiarme te juro que haré lo que esté a mi alcance para hacértelo pagar, a ti y a Carlos Manuel Rivero, vas a conocer una Cristina que no te gustará. 

- de todas formas la Cristina que conozco tampoco me gusta - Cristina la abofeteó por segunda vez en la noche! - María del Carmen se tomó la mejilla para aliviar el dolor mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas. 

- Tu no sabes nada!... Nada! Deberías agradecerme el que quiera protegerte de ese hombre. 

- No puede agradecerte que quieras alejarme de Carlos Manuel. Lo amo... No recuerdas lo que es amar? - una risa irónica y llena de dolor salió de Cristina 

- Tu no sabes el daño que puede hacer amar!... Esta conversación se termina aquí. Ya estás advertida María del Carmen. - Cristina salió y tiró la puerta al salir, esa fue la noche mas amarga para María del Carmen, aunque muchas de sus noches en el internado a la cual su madre la había enviado habían sido lúgubres y en soledad. 

Plaza del Pueblo 

Federico observaba la fiesta con marcado interés, buscando la culpable de esa inquietud que ahora sentía, pero no la encontró, Hector tampoco aparecía, apretó los puños, ignorando las conversaciones del grupo, ¿se habría ido de allí con ella? ¿Estaria disfrutando de los placeres de tener a Cristina? Su respiración empezó a acelerarse al tiempo que una opresión en el pecho se encargaba de amenazarle. Sus dientes se apretaron con fuerza y su cuerpo se tensó. Maldita Cristina, siempre era así cuando se trataba de ella. Dejarla de ver era la única opción para que el pudiese vivir sin esa necesidad que lo acuciaba cuando estaba cerca, cuando la veía y la sentía. Era un idiota! En ese momento ella estaba revolcándose con Hector o quien sabe quien, y el estaba ahí, necesitandola. Aun inmerso en sus pensamientos se dio cuenta que su hijo se mostraba cabizbajo., pidió disculpas y se deshizo del brazo de su mujer, se acerco a el y le palmeó el hombro. 

- Que sucede hijo? 

- Nada papá... 

- Te conozco Carlos Manuel, y creo que puedes confiar en mi - su hijo respiró hondo 

- La señora Cristina se llevó a María del Carmen - Federico frunció el ceño, no entendiendo muy bien a su hijo. Pero de alguna manera aliviado que la razón de la desaparición de Cristina fuese su hija. 

- Que hay con eso? 

- Nos encontró besándonos - Federico lo miró asombrado, desconocía una relación entre su hijo y la hija de Cristina. 

"Pasión Dolorosa"Where stories live. Discover now