Capitulo 1.- Costumbre de diario

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Despierto, me siento, bostezo, pongo mis pantuflas y me levanto como cualquier otro sábado. Me acerco al espejo y veo mi cabello esponjado como cada mañana que me levanto. Solo me miro de nuevo, agarro un mechón y me río de mi propio desastre.

—¡Kayla! ¡Ya levántate! ¡El desayuno está listo! —mi madre grita desde abajo.

—¡Ya estoy despierta! ¡No necesitas gritar! —le grito.

—Entonces tampoco grites tú. —dice con tono más suave y audible.

—Bien. Enseguida bajo. —dicho esto, agarro una blusa negra y un short de mezclilla, me quito mis pijamas y me pongo mi ropa. Agarro mis vans blancos, me los pongo y me dirijo al baño que está a lado de mi habitación.

Cuando estoy a punto de abrir la puerta del baño llega mi hermano corriendo, ya había abierto la puerta pero el entro primero y lo cerro frente de mí y burlándose.

—¡Ya verás hijo de mi madre! —le grito enojada.

—Na naa ne na naaa.  —canta mi hermano felizmente en el baño.

Mejor no hago caso y me voy abajo, que al cabo nomas iba al baño a peinarme. Llego al comedor donde ya está el desayuno listo, unos deliciosos muffins para ir directo a mi estómago. Me siento en la silla, agarro unos de los muffins que hay en el plato y antes de que lo metiera a mi boca...

—Bueno, pensé que te ibas arreglar para comer tu pan con huevo, jamón y queso. —me dice la voz de mi madre antes de que pudiera morder mi delicioso muffin.

—¡¿Va venir el presidente mama?! —digo fingiendo estar alarmada.

Mi mama nomas rueda los ojos y sigue cocinando más muffins para mis hermanos.

—Bueno nunca se sabe. —dice algo pensativa —y ahora ¿Cuál es tu escusa jovencita?

—Jerry me ganó el baño y ya sabes cuánto dura allí. —digo y por fin muerdo mi muffin.

—Tenía que ser Jerry y ¿los demás?

—Creo que aún siguen dormidos.

—¡Lizbeth! ¡Carlos! ¡Ya levántense!

Mi madre siempre de gritona.

—Mama no son sordos, tal vez estén...

—¡Boo! —gritaron mis hermanos Lizbeth y Carlos (los menores de la familia) detrás de mí.

—Buen intento pero no lo lograron. —digo y es cierto, y creo que jamás lo lograran.

—¡Mama! Dile a Kayla que se asuste. —dice Carlos con su voz de ardilla.

—Carlos ¿hasta crees que la va obedecer aunque quisiera? ¡Es la mayor! —dice Lizbeth y para ser sincera es muy lista para tener 9 años de edad.

—Tu hermana tiene razón Carlos, ahora paren de intentar asustar a Kayla que no lo lograran y desayunen ya por favor. —dice mi madre seriamente y la obedecen.

Estos niños no tienen control, por más que intentan algo nunca se rinden. Lizbeth tiene 9 años como ya mencione y Carlos solo tiene 6 años así que ya se imaginan sus experimentos de diario o como yo los llamo "Travesuras". Lo bueno que mi hermano Jerry ya es un poco más maduro ellos. Un poco nomas. Él tiene 11 años y es el que sigue después de mí y yo tengo 15 años así que somos 4 insoportables hermanos que se pelean a las 24 horas al día y los 7 días de la semana.

—¡Ya está el baño Kayla! —grita Jerry de arriba bajando las escaleras.

—¡Hasta! Pero ya no lo ocupo. —respondo sin interés.

Baja las escaleras y se acerca a la mesa y se sentó en un asiento disponible ya con sus muffins frente de él.

—Mama ¿y mi papa? —pregunta Jerry.

—Ya se fue a trabajar hijo. —responde mi madre con un poco de rencor por mi padre que nunca está con nosotros en el desayuno.

—Oh —dice mi hermano también con algo de rencor.

Todos nos quedamos callados y empezamos a desayunar juntos.

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Estoy en mi cama leyendo uno de mis libros "Los juegos del hambre" después me harto un poco de el por qué ya lo he leído unos de miles de veces y mejor me pongo en la ventana donde tengo la vista de una habitación de la casa de al lado. Nadie ha vivido en esa casa por mucho tiempo y sinceramente si quisiera unos nuevos vecinos ya que en esta calle solo hay 3 casas con personas viviendo en él. La primera casa que es de un amigo mío y no sé por qué razón le dicen Chilin que es un año mayor que yo, el solo tiene un hermano que se llama Alberto, que es de la misma edad de mi hermana y por supuesto viven con sus padres. La segunda casa es de mis tíos, mis primas pequeñas Fany y Vanessa y mi primo Francisco que es de mi misma edad. Y en la tercera casa estamos nosotros que ya lo sabrán. Esta vecindad sí que es algo solitario.

Por un momento dejo de pensar y veo una camioneta de mudanza en frente de esa casa. ¿Sera verdad? ¿Por fin habrá nuevos vecinos? Observo un momento la camioneta y parece que ya llevan aquí todo el día porque ya bajaron la mayoría de las cosas de la camioneta sin que me diera cuenta. Que distraída soy. Pensé.

El camión de mudanza se va, de seguro que ya terminaron de bajar todo y ya empezaran a desempacar. Para mi suerte, los nuevos vecinos se metieron a su nuevo hogar y no logro ver a ningún integrante de la nueva familia del vecindario.

De repente escucho el timbre de la casa, me levanto y corro fuera de mi habitación hacia las escaleras para después llegar a la puerta principal de la casa pero al llegar al final de las escaleras vi que mi mamá ya había abierto la puerta y en la entrada estaba una señora como la misma edad de mi madre de cabello negro agarrado con un tono de piel blanco y a su lado una niña como de unos 10 años, cabello castaño y con el mismo tono de piel que al parecer que su madre.

Mi mamá las deja entrar y yo me quedo en las escaleras sin que me vean para ver mejor quienes son. Entran en la sala y toman asiento en el sofá y me quedo callada para poder escuchar su conversación. Nomas tengo algo de curiosidad.

Mientras hablaban animadamente, intentaba escuchar algo pero lo único que logre entender fue que habrá una fiesta. Después de un rato terminaron de hablar y se fueron. Espero un poco y después voy con mi mama.

—Mamá ¿Quiénes eran? —le pregunto con toda la curiosidad del mundo.

—Son las nuevas vecinas Kayla. —responde mi mamá —Y nos invitaron a una fiesta que harán mañana, más bien pequeña reunión para presentarse al vecindario.

—¡Genial! Y mamá ¿sabes quienes más hay en su familia o algo?

—Niña, que curiosidad tienes ¿para qué quieres saber?

—Como dijiste "curiosidad" y algo de emoción por que vamos ma, no es como si todos los días fuera haber nuevos vecinos por aquí.

—Está bien, bueno la señora Juana no me dijo muy bien, nomás me presento a su hija Jenny que vino con ella y dijo que mañana presentará a los demás de su familia así que vete preparando para mañana.

—¡Si! Ok mama, gracias —dije como una niña de 5 años.

Ahora sí, nuevos vecinos, por fin. He estado esperando esto.

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⏰ Last updated: Nov 21, 2016 ⏰

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