A Weird Love ♡ Un extraño amor

30 ~ ESCAPE A HOGWARTS

ESCAPE A HOGWARTS

POV Alex
Estaba sentada en el borde de la cama cuando alguien entró. Sentí la cama hundirse a mi lado, tuve que voltear mi cuerpo para descubrir que se trataba de Harry.

— Er... yo me preguntaba... quiero decir ¿es lindo?

Enarque una ceja sin entender de que hablaba, él jalaba de su manga cuando levantó la vista y continuó con... lo que sea que trataba de decir.

— Tener un hijo con la persona que —se aclaró la garganta, rascando la parte de atrás de su cuello— en tu caso serían dos pero...

— No entiendo a que va todo esto —expresé sincera.

— Quiero saber cómo se siente tener...

Y no lo entendería al parecer. George apareció por la puerta, llevándose neutra atención.

— Siento interrumpir pero Cedric y Draco no paran de llorar.

Así eran las cosas ahora, los bebés podían estar tranquilos con sus padres pero no tardaban en extrañar a su madre y viceversa. Eso me preocupaba, la vuelta a Hogwarts pero a pesar de las protestas de Sirius y Molly lograría hacer algo para que la familia recién formada no se separará.

*

Acomodando lo necesario en un bolso hechizado y colgandolo de mi hombro tomé a ambos bebés en brazos. En el trayecto recibí ayuda para cargarlos, pasando de brazo en brazo hasta llegar a King's Cross.

Debía ser rápida si quería lograr mi plan (organizado con días de anticipación), tomando en cuenta factores como procurar que los bebés no lloraran por la ausencia de sus padres. En cuanto a otro factor, tenía que esperar para adentrarme en el tren hasta el último momento porque sólo así no podrían hacer nada al respecto.

El plan casi se echa a perder cuando Draco comenzó a llorar, estirando sus manos hacia el tren mientras Cedric intentaba desesperadamente quedar libre de mis brazos. Al momento en que se aproximaba la señora Weasley para ayudarme sentí la desesperación inundar mi cuerpo e hice uso de la aparición. En segundos ya estaba en el tren y éste comenzó su camino hacía Hogwarts.

Fue incómodo recibir tantas miradas en mi búsqueda por Fred y George, al igual que lo había sido el curso anterior sólo que antes eran por mera curiosidad ante mi no muy notable panza de embarazo. Ahora seguramente muchos habían comprobado sus teorías.

¿Había sido buena idea? Los balbuceos de ambos bebés no me dejaron si quiera seguir cuestionandome aquello, ellos no venían tan distraídos y encontraron a sus papás.

La pronta sorpresa en los rostros de Fred y George fue rápidamente sustituida por alegría. Felicidad que se esfumó brevemente al aparecer alguien no muy deseado.

— ¡Fred! —exclamó emocionada Angelina, su quijada desalineandose al ver un bebé entre sus brazos— Creí que...

— ¿Qué te dejaría el camino libre y podrías hacerlo sucumbir ante tus engaños? O quizá hubieras usado una poción ya que tus habilidades no dan para más.

— Has venido tu también, ugh. —Johnson hizo una mueca antes de salir al pasillo y desaparecer.

Definitivamente había sido buena idea venir. Si quería mantener mi nueva familia unida debía empezar alejando a quienes intentaban separarnos.

— Este curso empezaremos a probar los artículos en los que hemos trabajado. ¡Serán un éxito!

Fred y George ahora si que lucían emocionados. Al despedirse antes de subir al tren se veían preocupados, algo poco usual pero supongo que ser padre cambia parte de nuestras reacciones. Lo difícil ahora sería llevar mi vida dentro del castillo sin que algún profesor me mandará de regreso a casa por 'mi situación'. No me hacía gracia ocultarse todo el tiempo así que encontraría la manera en que algunos de ellos lo aceptaran.

Aunque a veces hay cosas que no estaban previstas, como la llegada de una profesora que viene de parte del Ministerio. Era insoportable,  empezando por su voz y terminando en su vestuario. Las quejas siguieron cuando todos sé dirigían a sus dormitorios, destacando la intromisión del ministerio en el colegio.

En efecto, no podría quedarme mucho tiempo aquí. Tal vez las primeras semanas, revisando el terreno y si es que convenía mi estancia en el colegio con esta nueva profesora.

Llegando al dormitorio divise a Draco y Cedric jugando con unas varitas de pega, estaban riendo hasta que uno de ellos le pegó a su hermano por accidente y empezó a llorar. El llanto terminó cuando vio a Fred sacar una barra de dulce,  dejé de me verlo en mis brazos mientras Draco estiraba su manita y golpeaba el brazo de su padre en un intento desesperado de conseguir el dulce.

— Aún no puedes comer esto pequeño —Fred engullio el dulce de a una.

— Pero que hay de aquella vez que... —George se calló al recibir el impacto de una almohada en su cara.

Draco y Cedric balbuceando y sonriendo ante la acción de Fred.

— ¿Algo que quieran decirme? —cuestione.

— En nuestra defensa, no le hizo daño.

— ¡Sólo es un bebé! —exclame preocupada— No volveré a dejarlo a solas con ustedes.

— Oh no, ya te estás amargando —se lamentó George

— Sólo lo probó —continuó Fred— Alex, sabemos cuidar de la salud de nuestros hijos.

— Más vale que así sea.

Si algo tenía seguro es que vivir momentos de tensión, momentos en los que la vida de alguien a quien amas esta en juego, saca tu lado sobreprotector. Desde que me dijeron que uno de mis bebés tenía problemas para respirar no he podido parar de sentir que en cualquier momento me pueden arrebatar a... alguien, quien sea de mis seres queridos, y la intriga de no saber a quien me carcome el alma.

— Hey, relájate.

Sentí el cálido toque de George por sobre mi hombro y me incline hacía él. Besó mi cabeza logrando que me tranqulizara. Lo más probable es que mi cabello se tornara color verde, cada ocasión en que lograba sentirme feliz después de sentir que iba a colapsar eso ocurría y después el rosa tomaba su lugar.

Quería proteger a todos quienes amo pero a veces es imposible hacerlo, no sólo basta querer hacerlo sino saber cómo aplicarlo. Eso me daba miedo. Ciertamente esperaba que no fuese necesario aunque el peligro era constante e inesperado y apostaría a que todos estamos conscientes del hecho de que para librar la oscuridad que ha venido acechando al mundo mágico será indispensable pensar rápido y actuar conforme situaciones surgidas de repente.

Y nadie podría escapar. La única salida sería luchar, hacerlo para la supervivencia y preservación del equilibrio entre magos y muggles.

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