Pueblo.

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Los rayos del sol entraban por la ventana de aquella casa abandonada y JongIn admiraba a KyungSoo que estaba dormido cómodamente entre las mantas. Pasaba su mano por los cabellos oscuros del bajito y disfrutaba la sensación que le daba hacerle cariño a KyungSoo. Miraba las marcas moradas y rojas en la piel blanca, en especial en el cuello y los hombros del menor demostrando que era suyo. Miraba los labios acorazonados que tenían un rojo más intenso que el siempre por que no dejo de besarlos en toda la noche, sentía que esos labios eran hechos para que se posaran los suyos, eran como piezas que conectaban a la perfección. No se cansaba de ver el delicado cuerpo de KyungSoo que le provocaba abrazar y proteger de todo el mal que le estaban haciendo. Su corazón latía con más fuerza al lado de KyungSoo y era como si miles de pájaros estuvieran en su estómago.

— No se cansa de verme — Preguntó KyungSoo sin abrir los ojos y sonriendo.

— Sería un pecado no disfrutar de la vista maravillosa que tengo, Soy un hombre afortunado. No cualquiera puede disfrutar despertar con un ángel a su lado — JongIn acarició las mejillas que de empezaban a enrojecer y KyungSoo abrió los ojos para verlo.

Los dos se quedaron viéndose un rato a los ojos del otro, disfrutaban estar al lado del otro. KyungSoo no dudo y se pego al pecho de JongIn abrazándolo y luego se ocultó en su pecho.

— ¿JongIn? — dijó KyungSoo con una voz suave y abrazándolo con fuerza buscando aferrarse a él.

— Si — también le devolvió el abrazo.

— No me dejaras, ¿cierto? — la voz de KyungSoo sonaba triste — Mi padre me dejó, mi madre me dejó... No quiero que eso pase de nuevo. Si en realidad no me amas, vete y no vuelvas. — KyungSoo parecía que iba a llorar en cualquier momento — Vete... Vete antes que entres más a mi corazón de lo que ya lo hiciste — JongIn separó a KyungSoo de su pecho y beso sus labios.

— No puedo... No puedo dejarte ahora, yo quiero protegerte y estar contigo. No te voy a dejar — lo dijó abrazándolo y dando un pequeño beso en sus labios.

— Prometelo — exigió KyungSoo.
— No te dejare jamás, lo prometo.  Por mi amor por ti, lo prometo — Juró JongIn agarrando las manos de KyungSoo y besandolas.

Se sorprendió porqué eran delicadas. Todo en KyungSoo era bello ante los ojos de JongIn, desde la punta de sus pies, hasta la última la última hebra de su caballo. No entiendia porqué querían hacerle daño a alguien tan hermoso tanto como en el exterior, como en el interior.

— Ella tratará de separarnos y utilizará su belleza para confundirnos. Lo hizó con mi padre, lo hechizó con su belleza y él cayó redondo — KyungSoo acariciaba la mejilla de JongIn y había preocupación en sus ojos — No quiero que te alejé  de mi.

— No lo hará, para mi no hay nada más bello en este mundo que tú y por eso su falsa inocencia y sus encantos no funcionaran conmigo — le aseguró JongIn.

— Tengo miedo — confesó KyungSoo — Aunque ella me ha hecho mal, no quiero pagarle con la misma moneda, sólo quiero que sea llevada delante de la justicia; Sin embargo, si ella ha de hacerte daño no dudaré en atacarla.

— Que alma más pura posees — JongIn besó la frente del bajito y estaba admirando sus decisiones. Sentía que KyungSoo era una hermosa tela de seda blanca y pura que no podía ser manchada por nadie, él quería proteger de cualquier daño a KyungSoo.

— Vamos, tenemos que pararnos y ir al pueblo. Tenemos que ir a devolverte lo que te han quitado — JongIn se quitó la manta que tenia y busco su ropa por el piso.

KyungSoo se sentó y disfruto de la vista con una pequeña sonrisa en su rostro. Pronto tendría todo lo que perdió una vez y ahora tenía a JongIn a su lado, es más de lo que el soño una vez.

KyungSoo Y Blancanieves ›››››KaiSooWhere stories live. Discover now