-Camila, que te bajes de los muebles, he dicho, los estás ensuciando mujercita.
-Mami, mami, ¡lluvia!, ¡Mira, qué bonito!, ¡Quiero salir!
-Cami, no puedes, te vas a empapar y recién te he bañado, traes ropa nueva.
-¡Pero yo quiero! ¡Me gusta, mami!
-Vale, hija, pero deja que saque un imperneable.
Salimos ambas, Camila y yo, a presenciar nuestra obra favorita.
-Mami, me siento libre, me siento bien.
Desde que Camila me dijo eso, lo primero que hacemos ambas cuando llueve es salir y empaparnos todas. No hay discusión. Nuestros vecinos nos ven como si nos faltaran algunos tornillos (de hecho, nos faltan varios) pero no nos importa, somos nosotras por un instante. Somos Camila y yo. Madre e hija.
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La cortina de lluvia
RandomDe chica siempre amé la lluvia. Ver las gotas caer, las gotas que fueron de mi inspiración para escribir mis versos más tristes. Ahora, con veintiún años de edad, no tengo tiempo si quiera de sacar el paraguas y ni si quiera me doy cuenta si está ll...