27. Pequeño accidente

10.3K 647 73
                                    



—No le hagas caso—él me habló—. Ven vamos a limpiarte eso.

Yo obedeciendo las ordenes de Chris, me senté sobre las gradas, sin darme cuenta que a mi lado estaba sentado Paúl.

—Pobre cuñadita—me compadeció él—. Esa chica casi te mata. 

—Se nota que se muere de celos por Chris—yo jalé mi blusa hasta mi nariz. En serio que no paraba de sangrar.

—¿Tienes agua?—preguntó Chris a Paúl, poniéndose de puntillas frente a mi.

—Si, un poco—Paúl sacó de su mochila una pequeña botella, y se la dió a Chris. Luego pude ver como Chris se ponía a buscar algo a su alrededor. 

—¿Que buscas?—le pregunté.

—Un trapo o algo para limpiarte la nariz—él puso su mirada en su camisa a cuadros que estaba a mi lado, e inmediatamente la tomó para mojarla con la botella de agua. 

—No... tu camisa no—le dije apenada. 

—Claro que si, con algo tenemos que limpiarte todo eso— él empezó a pasarme la camisa por la nariz.

Pese a que estaba en la absoluta capacidad de yo mismo limpiarme, no lo hice. Decidí dejar que Chris cuidara de mi. Se sentía lindo sentirme como su protegida.

—Mi cara debe estar horrible—me lamenté mientras él daba toques con su camisa.

—No para nada, estas igual de linda—él me sonrió—Y debo decir que el que parezcas una chica mala te favorece mucho. 

—Todo esto fue por tu culpa—le recriminé en broma—. La tipa sí que te quiere, y creo que hasta más de lo que pensaba... auch— me quejé al sentir que me pasaba su camisa, por la parte más sensible de mi nariz.

—¿De verdad?—él se sorprendió.

—Pues tu querida Camila por poco y me manda al hospital por los celos que me tenía—yo lo miré con los ojos entrecerrados—. Y no te hagas el que no vio nada.

—Claro que me di cuenta—él se detuvo mirándome—. Por eso llamé a Ami para que siga insistiéndole a Alex—me informó—. Inclusive yo lo llamé, para también insistirse. Por suerte lo logramos convencer— él me clavó la vista fijamente—. Ya me estaba desesperando por tenerte en ese partido. 

¡Rayos, él se veía muy preocupado!

—¿Y porque?—yo pregunté atontada.

—Pues porque te dejabas maltratar como mensa— él se veía enojado—. Me desesperaba ver que no te defendías. Y no me refiero a que debías haberla agarrado de los cabellos, y arrastrarla por toda la cancha. Solo digo que al menos tú también debiste haberla empujado cuando ella te empujaba.

—No sirvo para pelear con nadie—sonreí apenada—. Es uno de mis grandes defectos, y créeme que lo odio. 

—Ya me di cuenta. Eres masoquista—él me sonrió negando con la cabeza—. Y pues para otra, te voy a prohibir jugar fútbol. 

—¿Ahora me das órdenes?—yo lo miré enarcando una ceja.

—Solo estoy viendo por tu bienestar—él paso por última vez su camisa y se puso a evaluar su trabajo en mi rostro—. Listo, ya está.

—¿Ya no parezco pandillera?—yo lo miré buscando una respuesta.

—No, yo te veo tan sexy como que siempre—él me dijo bromeando.

Tú, el recuerdo de mi futuro (Christopher Vélez) EDITANDOWhere stories live. Discover now