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Kayla

El sector demoniaco era uno de los peores, la calaña de todas sociedades terminaban ahí, ángeles malvados o caídos, híbrido de humano y demonio, algo así como mutantes y demás abominaciones. Ningún humano y ángel que apreciara su vida se atrevía a ir, al menos que estuviera en negocios sucios.

Avanzamos junto con Daniel, los demonios y los pocos mutantes que se encontraban por ahí, nos miraban mal o corrían a ocultarse, pues todos sabían quién era Daniell, el príncipe del infierno. Miguel se puso a mi costado y Sean al otro, sabía que ellos no querían que viniera, incluso Serguei quien, a propósito, se había negado a entrar al mercado negro, él se quedaría a cuidar la entrada por si algún demonio decidía seguirnos.

La misión era arriesgada, tal vez terminaríamos mal, dos humanos y un ángel en un lugar cerrado y lleno de demonios, todo pintaba mal, pero si no lo hacía... si no venía... mi conciencia no me iba a dejar en paz. Daniell se detuvo en medio del camino, agachándose apartó la tapa de una alcantarilla.

-Esta es la entrada. Nos dijo mientras me miraba, como indicando que yo fuera primero. Sus ojos violetas aún tenían motas de color rojo, eran terroríficos pero hermosos a la vez.

~Muchos le tendrán miedo, pero yo no, sus ojos reflejan amor cuando nos miramos, muchos dirán que un demonio, el hijo del caído, no puede amar, pero su padre fue un ángel que amo tanto que cayó, ¿porque su hijo no podría amarme?

Las palabras de Destiny vinieron a mi cabeza. Daniell nos había culpado por matarla, por matar a la única cosa que amaba y no podía tener más razón. Cuando Destiny más me necesitaba la deje sola.

-Yo voy a ir primero. Dije adelantándome a los dos hombres, Sean tomo mi brazo y asintió hacia Miguel.

Miguel entró seguido de Daniell, después fui yo y al final Sean. El lugar debía oler horrible, pero mi cascó evitaba que los olores llegaran a mi nariz. Esas alcantarilla no se utilizaban desde hace milenios, razón por la cual los demonios las utilizaban para hacer sus tratos o cosas peores. Daniell saco una linterna de la nada y se puso su cascó a la vez que señalaba la dirección con la linterna. Avanzamos en silenció.

~¡Eres una maldita!, sabias que yo lo quería. Grite en dirección de quien creí era mi mejor amiga, mientras ella apretaba una cobija a su alrededor.

~No es lo que piensas, Sean y yo no...

~¡No!, ¡callate!, eres una zorra, una fácil, ¡vete!

La cara de Destiny se tornó roja, miro hacia Sean y el asintió en su dirección. Tomo su ropa colgada en la ventana y se marchó, vistiéndose en el proceso.

Cuando se escuchó la puerta principal cerrarse me gire hacia Sean furiosa, teníamos un mes comprometidos y acaba de engañarme con nuestra mejor amiga.

~ Destiny llegó bajo una tormenta ayer, Daniell la dejo, él cree que es mejor que este con una persona de su raza... un humano, la dejo para que ella y yo estuviéramos juntos, pero ella lo ama a él y yo te amo.

A partir de ese día no había vuelo a verla, nadie la había vuelto a ver, después de una semana habíamos decidido ir a buscarla, quería disculparme por ser una mala amiga, creyendo lo peor y diciéndole cosas que jamás debí haber dicho; pero cuando llegamos a la sección 104, donde ella vivía solo nos encontramos con la puerta de su departamento abierta y un charco de sangre seca.

Sean y yo entramos buscándola como locos pero lo único que hallamos fue más sangre y una nota con una dirección. La presa de San Luís. Corrimos hacia el auto y estoy segura de que rompimos varias reglas vehiculares pero no nos importaba, queríamos llegar con nuestra amiga. Esa presa abastecía de agua a todas las secciones, los únicos que podían trabajar en ella eran los ángeles, por lo cual cualquier humano podía entrar, en los últimos años esa presa se había vuelto famosa para los suicidas, pues solo las personas que deseaban una muerte horrible; se aventaban desde lo más alto para caer dentro de una turbinas que destrozaban tus huesos mientras te ahogabas lentamente.

Llegamos justo a tiempo... Para ver como Destiny bañada en sangre se lanzaba hacia la turbina. Cuando despareció de nuestra vista y el agua se manchó de rojo, el cielo se tornó negro, la tierra tembló y el grito más horrendo y lleno de dolor se escuchó en toda la ciudad, Destiny había muerto y Daniell lo sabía...

-Kayla por aquí. La voz de Sean me trajo al presenté. Ellos habían girado a la derecha y yo seguía caminando en línea recta. Corrí para alcanzar su mano y seguir a los demás.

-¿Crees que alguien sepa algo de... Del cuerpo de Destiny?

Mi amiga después de suicidarse lanzándose a la turbina había desaparecido, nadie había encontrado su cuerpo, simplemente desapareció, los especialistas nos informaron que su cuerpo se había desechó entre los engranajes y toda la maquinaria, pero nunca había pasado algo así, jamás, alguien debió tomarla antes de que llamáramos a la policía y que Daniell llegará.

-Tienen que saberlo, hay lugares peores que mi antiguo hogar y estoy seguro que no querrán conocerlo. Hablo Daniell con tono molesto.

Me sorprendía mucho el príncipe del infierno. Cuando Destiny había muerto el casi se lanza a la turbinas, pedía la muerte mientras lloraba sangre y gritaba como animal herido, otros demonios lo detenían a medias pidiéndole que se tranquilizara, pero no fue hasta que una mujer cerca de mi edad o tal vez un poco más mayor, apareció de la nada y después de susurrarle unas palabras a Daniell, él se tranquilizó y la rodeo con los brazos buscando su consuelo. Nunca me entere de quien era esa mujer y su relación con el príncipe pero parecían muy cercanos. Lo que me sorprendió fue como un demonio pudo llorar de dolor y suplicar la muerte cuando se suponía que los de su clase provocaban eso a las personas...

Pero ahora Daniell parecía tranquilo, el mismo príncipe frío y despiadado que conocí, parecía que ya había olvidado a Destiny, aunque eso no era cierto, estábamos en una misión para recuperar el cuerpo de mi amiga, Daniell creía que podía devolverle la vida, había encontrado un hechizo que podía revivir a los muertos por un ciclo lunar, y antes de que acabará el hechizo la convertiría en su consorte y así poder darle vida eterna, debido a que cuando un humano se enlazaba con un demonio, este tenía que beber de la sangre del demonio creando una conexión tan intensa que si uno moría el otro también.

-Llegamos. Hablo Miguel delante de nosotros señalando una luz al final del túnel.

-No se alejen, si todo sale mal tendremos que capturar un rehén, debemos saber que paso con Destiny cueste lo que cueste.

Todos asentimos en dirección de Sean. Guarde mi arma en la funda y solté la mano de mi novio, avanzando detrás de Miguel solté un largo suspiró. Teníamos que encontrar lo que quedaba de Destiny.

Destiny Donde viven las historias. Descúbrelo ahora