Todavía sin entender bien lo que acababa de pasar, Val se fue a su casa.
Al llegar a la urbanización, vio a Marta (como de costumbre) sentada en uno de los bancos con un cigarro leyendo algún libro.
Marta alzó la vista y se levantó para ir con ella.
"Mierda" pensó Val, no quería que la viera así, tenia moratones y sangre por el cuerpo.
En cuanto Marta se acercó, su rostro de alegría cambió completamente, se puso seria, muy seria.
-¿Que te ha pasado?
-Nada.
Marta tensó los hombros y le puso una mano en el labio aún con sangre de Val.
-¿Quien te ha hecho esto?
Val nunca había visto a Marta así.
Le contó todo lo que había pasado.
-Será hija de.....
Dijo mirando hacia el suelo con odio y apretando los puños.
Marta levantó la cara, abrazó a Val y la besó, un beso con amor, suavidad, con cuidado de no hacerle daño.
A continuación le examinó todas las heridas y limpió la sangre del labio y la cara con agua de la fuente.
Se despidió en el portal de Val, le dijo un te quiero, la abrazó y le dijo que descansara y mañana se verían.
La única diferencia entre esa noche y las otras, es que Marta no fue a su casa directamente, tenía a unas personas que buscar....
