Hola, Tita

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En una  noche lluvioso, en un rancho en medio de la nada, se escuchaban los gritos de dolor; una mujer estaba a punto de dar a luz a su segundo bebé.
Estaba sola y asustada pues no sabía qué hacer o a quién acudir, como pudo llego a casa de su madre, mojada por la lluvia pero con las ganas de que su bebé naciera bien se fueron juntas al hospital y allí en la madrugada del 16 de septiembre de 1984 nació una pequeña niña negrita como el ébano pero con unos ojos resplandecientes como un par de luceros ya estaba en brazos de mami la pequeña Tita, indefensa y sin saber todo lo que le esperaba por luchar.
Ese día solo su madre y su abuela estaban con ella, pues era una decepción para su padre que fuera una niña y también negra por eso no le dio importancia a su nacimiento.
Tita llego a casa y su hermano mayor estaba allí esperándola pero creo que se decepciono al verla así Negrita como el decía y preguntaba porque era así; Tita en cambio le sonreía, y quería abrazarlo y tocarlo pero su hermano se alejaba. Los días de la pequeña transcurrían en una pequeña cuna donde amarrada se la pasaba casi todo el día, nadie quería cargarla y mama estaba ocupada atendiendo a papa y a su hermano, cuando por fin mama estaba libre para abrazarla, ella estaba tan cansada que apenas y le daba de comer y la limpiaba, cuando de repente se quedaba dormida; la pequeña sabía que no debía molestarla y se sentía feliz con al menos sentir el calor de su madre cerca.
Transcurrieron los años rápido Tita ya caminaba y corría por toda la casa, pero su hermano nunca quería jugar con ella; la hora de comer siempre era un poco triste para ella porque tenía que comer sola en la cocina, ella no tenía permiso para sentarse a la mesa con su papá y su hermano, era algo que aún no entendía porque tenía que comer sola y porque su hermano si podía sentarse al lado de papa y mama pero ella no decía nada para no molestar; un día escucho una pelea entre mama y papa y decían:
-yo ya no quería más hijos tú quisiste tenerla- dijo papa
- pero porque no le demuestras cariño es tu hija- dijo mama
- yo quería otro varón, las viejas no sirven- dijo papa
Ese día, Tita comprendió que para ganarse su lugar en la familia tenía que ser mejor que su hermano, tenía que ser mejor que un varón.

Carne blanca, carne oscura Where stories live. Discover now