Un cliché algo... Diferente. #WMDawards (EASM #1)

11. Familia.

Hola mis lectores, he vuelto al fin 👍👌👏
Bueno, no los molestó por ahora, continúen leyendo el capitulo.
Pd. Lean la nota al final 😂

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Kian.

Hoy era el día, hoy era el día. ¡Hoy era el dia! ¡HOY ERA EL DÍA!

-K, parece que te va a dar un ataque, Tranquilizate.- Hablo Dylan quien me observaba mientras daba vueltas por mi habitación.

-Lo siento, ¿bien? Es solo que jamás creí que este día se haría realidad.- Sonreí una vez más mientras me arreglaba el cabello.

Por milésima tercera vez.

Solo soy precavido ¿okay? No quiero que Shelby tenga una mala impresión de mi.

-Bien, ya que no necesitas más mi ayuda me retiro, tengo un ensayo que terminar.- Dylan se levanto de mi cama y camino a la puerta.- Y, ¿no deberías ir por Shelby?- Después de eso se fue haciendo que reaccionara.

-¡Demonios!

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-Por favor, por favor, por favor, por favoooooooor.- Hice la mueca más adorable que pude y junte mis manos en forma de suplica. Llevaba diez minutos intentando convencer a mi mamá de que me prestará mi auto.

Bien, les explico, mi madre es algo especial, ella no me deja usar el auto si no es para la escuela o con anticipación, y está situación no cumplía ninguno de los requisitos.

-Bien.- Corrí a abrazarla y besar su mejilla muchas veces.- Pero debes hacer el doble de deberes por dos semanas.

Si, sabía que esto no vendría gratis.

-Esta bien.- Conteste algo desganado.

En estos momentos no quería tener una lucha pues de por sí iba tarde, Shelby jamás pensé perdonaría que la dejarás plantada.

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Brielle

-No puedo creer que estés haciendo esto.- La voz de Verónica hizo que saltará.

-¿Y a ti que te importa?- Comenté molesta.

-Bri, ¿por que no podemos ser como las demás hermanas?- Entro y cerró la puerta.

¡¿Pero quien se cree?!

-Por que no.- Conteste mientras intentaba terminar de arreglarme.

-¿A donde vas?- Me observó de pies a cabeza.- Creí que el chico que te gusta era reservado.- Sonrío diveritda.

-No es de tu incumbencia.- Le corte.

-Brielle, ¡ya basta!- tomo mi cepillo y me obligó a observarla.

Debo admitir que me confundió lo que había visto, Verónica era la chica más calmada y callada que conocía, pero al parecer ella también explotaba.