Estaba acostada con mi hermana en la habitación conversando sobre cosas referentes al colegio y la universidad.
- ¿La profesora de inglés es una ogra? - Marisha jugaba con su cabello y yo sonreía.
- No, puedes estar tranquila, ella es más comprensiva de lo que imaginas.
- La universidad me pone algo nerviosa. - Confesó ella, aunque yo ya lo sabía.
- Pues no tienes porque, eres un cerebrito y lo sabes.
- Sí, pero imagínate, estudiaré con personas tres o cuatro años mayores que yo.
- ¿Cuál es el problema con eso? -No le veía la gravedad al asunto.
- Pues me da nervios.
- Es absurdo. -Dije poniéndome de pie, iría a darme una ducha.
- ¿Qué has sabido de Dmitrick? hoy será la cena en su honor. - Me recordó y enseguida me puse nerviosa.
- La verdad no hablamos desde ayer. -Eso me entristecía.
- No quise ser entrometida, pero ayer tuviste pesadillas. -Ella sujetó mi mano y la acarició con su dedo, observándome fijamente. - Tus gritos no me dejaron dormir bien anoche. - Sé que buscaba sacarme algo de información.
- Lo siento Mari, no volverá a ocurrir. -Traté de evadir el tema.
- Quiero pensar que la sangre con la que venias ayer era pintura, pero el olor que sentí es lo que no me termina de convencer. -Me detuve en la puerta del baño, ella y sus acertadas conclusiones.
- La verdad es que no quiero hablar al respecto. - No podía decirle.
- Sabes que puedes decirme todo, soy tu hermana. -Acarició mi hombro y me tensé.
- Hay cosas que es mejor no decir. -Me giré y la observé fijamente para convencerla de que todo estaba bien.
- ¿De quién era la sangre? - Insistió.
Pensé en una excusa creíble y lo conseguí.
- De un animal que dio a luz en la granja donde fui con Dmitrick. -Ella me observó no muy convencida.
- ¿Segura?
- Claro, no tengo porque mentirte Mari. -Me adentré en el baño y cerré la puerta.
-Confiaré en ti. -La escuché decir para luego salir de la habitación.
POVS Mónica.
- ¿Por qué no quieres que el chico venga Marcus? -Estaba realmente enfadada, él sabía algo y no quería decírmelo.
- No me agrada el hacer una cena en su honor Mónica, es absurdo, no le veo un motivo claro. - Lo noté algo frustrado al decir eso último.
- ¡Cuidó de nuestros hijos! -estaba molesta. -De Luka. -Le recordé, y sentí una opresión en el pecho, mis hijos lo eran todo en mi vida y él los había protegido, aunque no debía hacerlo. - ¿Acaso no te importan nuestros hijos? -Lo vi serio. -Te desconozco. -Estaba a punto de salir de la habitación, pero él me detuvo.
- No te molestes amor. -Me empujó sobre su pecho y me abrazó fuertemente.
- Entonces dime que sucede, no tenemos secretos. -Lo observé fijamente y acaricié su mejilla con delicadeza.
- Él y Samantha se traen algo. -Dice serio y sonrío, solo son sus celos enfermizos.
- Ella ya está grande Marcus, sabes perfectamente que podría ser un capricho de nuestra Samantha.
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La Hija De Un Mafioso
RomanceSegunda parte de la historia: La Elegida de un mafioso. Prohibida su copia o adaptación