ADN. (Niall Horan)

Salgo del coche y entro en el gran edificio.

Saludo a Karen con una sonrisa picara, ella me devuelve el saludo guiñandome un ojo.

Un guardia me para.

-Oh, vamos, Stock. ¿Te tengo que enseñar mi placa?.- Pregunte algo molesto.

- Obvio, amigo.- Sonrió amargamente.

Reí por lo bajo. Saque mi placa de mi bolsillo trasero del pantalón.

- ¿Contento?.- Pregunté enseñando mi placa.

Él asintió con una sonrisa victoriosa.-Mucho.- Rode los ojos.

Guarde mi placa y camine por el pasillo.

Llegue a la oficina y leí en la placa. ''Oficial Mr. Horan.''

Abri las puertas de la gran oficina.

- Hijo, llegaste-. Dijo colgando el telefono y guardando su arma en su chaqueta.

- Me obligaste a veni, papá..- Dije molesto.

- Lo se. ¿Te enteraste?.-

- ¿De qué debo enterarme?.- Pregunté apoyando mis puños en la gran mesa de cristal, dejando caer todo mi peso en ella.

- Luke Jonhson, al que le robaste el dinero hace varios meses.- Asentí.- No sabemos donde está. Pero, varios agentes de la CIA lo estan buscando. 

- Yo no robé ese dinero.- Dije seguro.

- Lo se hijo.

- ¿Y? ¿Que quieres que haga?.- Pregunté cruzandome de brazos.

- Tenemos varios sospechosos sobre quien robo el dinero.

- ¿Y cual es la lista?

- Tendrás que estudiar, hijo.

- Ni de coña

- El principal sospechoso es Ethan Molly, aunque luego de ver sus datos, pensamos que es William López .  

- oh...

- Si, oh. Lo conoces muy bien, ¿cierto?.-Asentí.

- Lo tendrás más fácil.

- No hablo con él desde hace 2 años, papá.

- Bueno, acercate a él. 

- ¿Como lo hago?

- Se que harás un buen plan. 

- La última vez que lo vi, le deje todo mi puño en su cara.

- Eso, no me importa.

- Bien.- Digo frío y dirigiendome a la puerta. 

- Recuerda que ahora eres policía, no un delincuente.

- Yo no puse la bomba, papá.- Me miró con el ceño fruncido.

- ¿No me crees?

- No es eso. 

- ¿Piensas que yo quise matarla?

Él agacho la cabeza. 

- Simplemente, no se que pensar de ti, hijo.- Dijo en un susurro. 

- Cambié.

- Si, eso lo veo. Pero no se el motivo.

Me di la vuelta para salir del despacho con unos grandes ventanales que dejaban ver toda Madrid.

- Hijo,...- Me volví hacia él.-...pasa desapercidido.

- No prometo nada, papá

Y diciendo eso, salí de aquel infierno.