Lauren POV
- Llegaremos tarde, Camila.
- Ya casi, dame un segundo.
Rodé los ojos por quinta vez, me había dicho que le diera un segundo hace media hora.
Saqué mi teléfono y revisé instagram mientras esperaba, impacientemente, que Camila estuviese lista para ir al veterinario con Hush, él estaba acostado junto a mis pies, era un imán con nosotras, donde estuviésemos alguna de las dos, él estaría ahí también. Era adorable.
- Listo, podemos irnos.
Hush elevó su cabeza en dirección a Camila y yo la busque con mi mirada también. Aquella mujer no podía ser más hermosa, ella no era real. Suspire y me puse de pie acercándome a ella. Y sus piernas... con aquellos shorts iba a volverme loca.
- Vamos, amigo, es hora de ir al médico.
El me siguió, obediente. Ni siquiera necesitábamos pornerle una cadena pero Camila insistía en que le pusieramos una por si acaso.
En el auto, por fin pude sentir sus labios sobre los míos, tan dulces y suaves. Maldita sea, como me encantaba besarla. Cómo adoraba acariciar su mejilla mientras ella besaba mis labios. Esto de besarla se había vuelto tan adictivo que cada noche antes de dormir, desde hace tres semanas que habíamos llegado de viaje, me metía en su habitación para besarla y dormir junto a ella, y por la mañana, antes de que Zayn despertara, me iba a mi habitación.
- O dejas de besarme así, o no llegaremos nunca. - comenté haciéndola reír.
Nos pusimos en marcha y Hush disfrutaba sacar su cabeza por la ventanilla y que el viento golpeara en él.
Estuvimos alrededor de una hora y media en aquel consultorio en donde llegaban más perros y otras clases de animales y luego de decirnos que todo iba bien con Hush, lo llevamos de vuelta al departamento porque Camila y yo iríamos a una cita.
No era algo del otro mundo, sólo iríamos al cine, comeriamos algo y luego iríamos a casa, quizás haríamos el amor al final de la noche.
Antes de bajarnos del coche, ella tomó mis mejillas y presionó sus labios contra los míos, besándome tan delicioso como sólo ella podía. Sentí su lengua entrar en mi boca sin permiso alguno, pero yo tampoco me quejaba. Besarla era la séptima maravilla.
- Andando.- dejó un pequeño beso y se retiró, acomodando su cabello mientras yo estaba idiota por ella en mi asiento.
Salí de mi trance, bajandome del auto y rodeándolo para abrirle la puerta. Camila adoraba eso y a mi no me molestaba en lo absoluto. Creo que ella había visto demasiadas películas de amor y si quería que yo fuese su caballero convertida en princesa, entonces lo sería.
- ¿Qué película veremos?
Estábamos frente a la cartelera y decidiamos por una, vimos a un par de chicas igual que nosotras sólo que ellas iban tomadas de la mano, sin importarles nada. Amaría ir así con Camila. Una de ellas volteó a mirarle y me sonrió, yo la imite cuando su novia también volteó a mirarnos.
- Hacen una linda pareja.- les dije.
- Vosotras también.
Camila se sorprendió que descubrieran que éramos algo, pero es que haber, nuestro radar nunca se equivoca.
Terminamos por elegir una película, pagué los tickets y hacíamos la cola detrás de dos pares de novios y un grupo de amigos. Camila se inclinó hacia mi y se recostó en mi pecho, envolvió sus manos en mi cintura y yo, sin dudarlo, la rodee por el cuello.
