Prólogo.

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Era un dia terrible. No culpa del clima. Si no. De la vida.

Un hombre yacía sentado en una silla. Observando las cámaras de seguridad. 

Habian pasado apenas dos años y unos cuantos meses. Pero eso basto para destrozar mucho mas a aquel hombre.

Se habia vuelto mas delgado. Apenas lo notaron sus amigos cuando volvio a la ciudad.

Tantas cargas emocionales lo obligaron a irse. Tratar de despejar su mente.

Su cuerpo estaba lleno de cicatrices por múltiples razones indescriptibles.

Pero eso no importaba.

Habia pasado apenas 2 semanas desde el entierro del menor.

Su hijo. Kenny. Que literal, no era suyo.

Lo que le obligo volver a la ciudad y destrozo mucho mas.

El hombre sostenía aun entre sus manos aquel viejo peluche que le habia hecho al menor. Con la mirada perdida en esos profundos y negros ojos.

Hasta que un sonido lo saco de sus pensamientos. Era aquel reloj que siempre colocaba para ver la hora.

Pues ya era la hora de salida del trabajo. 6 PM.

Se puso de pie con el peluche aun en manos. Tristemente lo miraba. Recordando tantas cosas.

Siguio y siguio. Sin saludar a alguien. Sin mirar al rededor. Sin mirar como era que los empleados poco a poco salian y dejaban sus puestos de trabajo.

Hasta que llego a la puerta.

Sintio como alguien lo detuvo.

Alzó la mirada un tanto. Para saber ya que era aquel hombre.

Su supuesto amigo. Dueño de Freddy's. Henry.

-Hey... Richard... quisiera hablar contigo. - dijo.

El hombre lo miro un poco. Sin ninguna expresion en su rostro. No asintio. No negó.

-Han... pasado ya 3 años... desde ese incidente... lamento no haber podido ir al entierro el sabado... pero quiero que sepas que tienes aun asi. Todo mi apoyo. Absolutamente todo. Se... supone que hoy es su cumpleaños otra vez... se supone que hoy es su dia. Queria saber... si... ibas a ir a verlo. Ya sabes. Visitarlo. Llevarle flores.- dijo Henry.

- Tu y yo no somos mas amigos. Muchos menos conocidos... Si sigo aca es por mis malditas y mugrosas razones. Asi que deja de tratarme con pena... por que no necesito eso de ti.- dijo haciendo a un lado a Henry.

-Y no eres mi amigo como para llamarme por ese nombre.- agrego.

[...]

Habia pasado ya un rato. El hombre caminaba hacia su casa nuevamente. Apenas a unos metros de la pizzeria.

Arrastrando los pies como si estuviese ya muerto en vida.

Llego a la puerta de su casa. Y alzó la mano para tocar. Pero se detuvo.

Con la mano a punto de tocar la madera. Recordó.

Bajo la mano y se dedico a buscar la llave.

Para asi abrir esta y entrar.

El polvo se sentia en el aire. Se sentia el olor de los platos acumulados en el fregadero. Se veia como la televisión estaba llena de telarañas.

Dejo las llaves en la mesa y se dedico a ir a su habitacion aun con el oso en la mano.

Tuvo que caminar la mitad de aquel largo pasillo.

Pero cuando llego a su habitacion se detubo. Era o no su imaginacion. Podia oir al niño jugar. Correr por los pasillos. Solo una mala broma de su mente.

Entro rapidamente y cerro la puerta.

En el suelo ya hacían a un lado algunas pastillas podridas y descompuesta por los años. Todas melosas. Llenas de puntos negros.

No se habia tomado la libertad de limpiar.

Nunca la tuvo.

[...]

Se habia cambiado la ropa. Iba a ir a visitar a su hijo. Despues de todo aun era su cumpleaños.

Llevaba en mano aquel oso. Se demoro en conseguirlo.

Pues lo tenia el mayor. Ethan.

Y para el hombre iba a ser muy dificil tener que verlo sin querer romperle la cara. Pero lo logro.

Recupero el oso de felpa.

Ya despues de un rato habia llegado al gran cementerio. No vio la ruta. Puesto que ya se la sabia de memoria.

Camino y camino hasta que llego.

Estaba empolvada con tan solo ya 1 semana de olvido. El hombre odio eso. Como la gente te daba el pésame por la muerte de algun familiar. Iba el dia del entierro. El dia siguiente... y el siguiente... luego iban tan solo unos pocos.

Para que luego no fuera ni uno. Dejando olvidado al familiar. Dejando olvidado a su hijo.

El hombre ya habia perdido a alguien antes.

Por eso prometio hacer mucho mejor a los animatronicos.

Para que los incidentes no vuelvan a pasar.

Creyo que esa fue la razon. La razon de que su esposa se fuera con otro hombre.

La perdida de un hijo no era nada lindo. Y era la segunda vez que experimentaba la sensación.  Ya años atras, habia perdido una niña. Hermana de Ethan. Por la culpa de unos animatronicos en mal funcionamiento.

Se dedicó a dejar el oso de felpa en la lapida, no sin antes haberla limpiado.

Miro a su pequeño un rato. Rezo por el. Y se sento al frente.

Aun mirandolo. Era su responsabilidad. El niño. Lo era.

Prometio no hacer con el lo que habia pasado con su pequeña. Pero la historia se volvio a repetir.

Fallecio.

El hombre miro hacia abajo. Y solo suspiro.

Tenia una idea pero nunca supo si llevarla o no a acabo.

Era complicada e inhumana.

Escucho unas palabras y miro al costado.

Fue para cuando se dio cuenta.

Un hombre y una niña llevaban flores a una lapida. El hombre siguio mirando. Se puso de pie disimuladamente y vio.

Lo vio. Era la madre de aquella niña.

No supo que decir o hacer.

Miro a su niño.

-Kenny... si... hago esto bien. Podre no solo hacerte volver... si no tambien... hacer que mas gente se vuelva a reunir con su familia.- dijo sonriendo ligeramente.

Se agachó y deposito un beso en la lapida.

-No te preocupes... te juntare de nuevo...-

1987Where stories live. Discover now