Light & Dark - (Albonia, Sweet California)

Capítulo 25

Alba's POV.

—Aún no me habéis dicho a dónde vamos a ir —dije mientras bajaba las escaleras para llegar junto a mis padres.

—Es una sorpresa, cariño... Me ha costado mucho convencer a tu padre —dijo mi madre guiñándome un ojo.

Fruncí el ceño y dirigí la mirada a mi padre, el cual estaba cruzado de brazos mientras miraba al techo. Se podía ver que estaba enfadado y de mala gana, así que me limité a asentir con la cabeza y esperar a que mi madre abriese la puerta para salir de casa.
Me había arreglado un poco para la ocasión, aunque no sabía a dónde íbamos a ir; llevaba puesto un simple vestido negro, unas botas del mismo color y me había puesto algo de brillo en los labios. A de día de hoy me agradezco a mí misma el hecho de haberme puesto aquel vestido y no llevar cualquier cosa como la mayoría de veces hacía cada vez que iba a una cena con mis padres.

—El coche está allí —dije señalando la otra punta de la calle, pero mi madre me extendió su mano para agarrarla y guiarme a algún sitio que desconocía.

—No nos va a hacer falta ir en coche —dijo mientras echaba a andar a la acera de enfrente, dirigiéndose a la puerta de casa de Sonia.

¿Qué? ¿Habían preparado una cena en casa de Sonia sin decirme nada? Por una parte estaba feliz, porque mi familia iba a conocer a la de mi novia, pero por otra parte estaba preocupada por la impresión que mis padres se pudiesen llevar de Sonia. Confiaba en ella, y esperaba que se comportase bien y sobre todo que me tratase bien delante de ellos, igual que hacía cuando estábamos solas.

En poco tiempo, mis madre ya estaba tocando el timbre de la casa de la morena mientras su sonrisa permanecía intacta. No sabía por qué estaba así, quizás solamente estaba feliz porque iba a conocer a la familia de la pareja de su hija... Sí, sería eso.

—¡Hola! —saludó la madre de Sonia, que nos esperaba detrás de la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Hola! ¿Qué tal? —preguntó alegremente mi madre.

—Muy bien, gracias —rió la mujer— Vamos, no os quedéis ahí, pasad —dijo haciéndose a un lado para dejarnos entrar a su casa.

Hicimos lo que nos dijo y yo busqué a Sonia con la mirada por todos sitios, pero no había rastro de ella. Supuse que estaba en su habitación terminando de arreglarse, así que simplemente lo dejé pasar. Entramos al comedor, donde estaba su hermano sentado en el sofá con el móvil, seguramente esperando a que llegásemos.

—¿Te ha gustado la sorpresa? —me preguntó la madre de mi novia a la vez que me guiñaba un ojo, a lo que yo reí y asentí con la cabeza.

—Sí, la verdad es que no me esperaba para nada esto —sonreí y ella me acarició la espalda riendo.

—Sonia está vistiéndose, ahora baja —me susurró al oído y yo asentí con la cabeza mientras me imaginaba cómo podría bajar aquella chica vestida.

¿Llevaría un vestido o simplemente iría en vaqueros como siempre hacía? No sé, pero seguramente de las dos formas se vería preciosa. A mí siempre me había gustado más con vaqueros y su chaqueta de cuero negra, la hacía ver muy sexy y me daban ganas de hacerle de todo, sin pensar mal... O sí, lo que queráis. Pero bueno, tampoco me importaba verla con un vestido.

—Os podéis ir sentando por ahí en lo que Sonia se termina de arreglar —dijo la mujer mientras señalaba el sofá y varios sillones que habían en la sala.

Mi padre y yo hicimos lo que nos dijo, mientras que mi madre la siguió hasta la cocina para hablar de cosas de mujeres, supongo. Me senté al lado del hermano de Sonia, en el sofá, mientras que mi padre se sentaba en un sillón y miraba al suelo fijamente.