Duodécima instalación

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~Pov Normal~

— ¡Len-sama! — gritaron todos los empleados que trabajan en la mansión, mientras corrían por todos lados.

— ¡Kagamine Len! — llamó su madre — ¡Sal de tu escondite ahora mismo! — gritó algo desesperada mientras caminaba por los pasillos buscando a su hijo.

— No puedo creer que él ha vuelto hacer lo mismo. — habló el padre sacando un suspiro de su boca.

— Bueno, ya es algo normal que haga eso, señor. —  Yuta se encontraba a su lado, también mirando alrededor.

— Eso es cierto, pero normalmente vuelve aparecer después de que haya pasado como máximo media hora, ¡pero ya han pasado casi dos horas y no aparece! — se despeinó la mujer sin importarle lo mal que estaba sus cabellos rubios y siguió buscando por las habitaciones.

Un rubio de ojos esmeralda se acercó hacia su cuñado, pasando de lado de su desesperada hermana mayor.

— ¿Aun no aparece? — preguntó Leon con una sonrisa a su cuñado de pelo castaño y ojos azules. Él solo negó con la cabeza. — Parece que Len le gusta mucho eh, tanto como para esconderse junto con el equipaje de Rin para que ella no se vaya. — rió mostrando sus blancos y alienados dientes.

— Leon-sama. — llamó al de ojos verdes y este se giró.

— Neru, te dije que no me llamarás de esa manera. — le regañó.

— Ah, es cierto, lo siento mucho Leon-sensei. — se disculpó y él solo sonrió.

— ¿Y que es lo que quieres? — le preguntó mientras se acomodaba su blanca bata de laboratorio.

— Solo quería decirle que todos los materiales necesarios ya están dentro del coche. 

— Ya veo, gracias. — le agradeció poniendo sus manos dentro del bolsillo de su bata — Cuando todo este pequeño problema termine, nos pondremos en marcha para volver a casa. Mientras tanto, ves ayudando a los demás a buscar al pequeño y travieso Len. — le ordenó y ella solo asintió y se fue hacia el largo y grande pasillo.

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El pequeño Len de 10 años se encontraba oculto en uno de las habitaciones de una pequeña casa que se encontraba algo apartada de su mansión. Estaba sentado detrás de la fría puerta y a su lado una bolsa.

La razón por la que estaba escondido es porque se había llevado consigo la bolsa de Rin.

¿Y por que lo hizo?

Por que él no quería que su cuidadora se fuera de nuevo. No quería estar solo.

Llevaba casi dos horas escondido en aquella habitación y nadie le había encontraba, cosa que esto le alegró al rubio. Len se abrigó un poco más con su corto y fino abrigo que traía. El invierno estaba por empezar, así que es normal que las temperaturas fueran algo bajas. El pequeño rubio abrazó sus piernas para así entrar un poco de calor en su frío cuerpo, tenía las manos congeladas y todo su cuerpo estaba templando.

No le importaba estar todo el día allí aun si se moría de frío, hasta se atrevía estar escondido todo el tiempo necesario para que sus padres y su tío le dijeran que no se llevarían a Rin.  

Pero de pronto, pudo escuchar pasos detrás de la puerta. De forma casi inconsciente agarro la bolsa y la abrazo, como si fuera la cosa mas importante de su vida. En silencio, acercó su oreja hacia la puerta, para poder escuchar mejor.

Las pisadas se acercaban poco a poco hacia donde estaba y el corazón de Len iba acelerando de forma super rápida, miedo de que sea algunos de los sirvientes o de su propia madre. Pero de pronto, aquellos pasos se detuvieron justo delante de la puerta dónde estaba Len.

Mi nombre es... ¿02?Where stories live. Discover now