CAPITULO 21

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EN LA ACTUALIDAD

NARRADOR OMNISCIENTE

Sidney abrió los ojos perezosamente cuando la alarma del despertador sonó. ¿Ya era la hora de ir al instituto?

Estiró los brazos y los pies para poder despertarse mejor.

Aún rondaba en su cabeza el día de ayer, después de que ella y su hermano presenciaran aquel ataque que le había dado a su madre, su padre les había resuelto todas las dudas que ellos les habían planteado.

EL DÍA ANTERIOR

-Cassy es la hermana mayor de vuestra madre. Tiene la misma edad que yo, por lo que primero la conocí a ella.

-¿Hermana mayor? ¿Tenemos otra tía?

-Si y no. Será la hermana de vuestra madre, pero no vuestra tía, Joe. Que quede claro.

-¿Eras su novio?

-Si. –Lonny suspiró. –Salía con ella y por eso conocí a Sidney. Era una niña algo tímida y asustadiza, pero encantadora y bella a la vez. –Sid se dió cuenta de como a su padre se le ponía una cara de tonto de solo recordarlo. –Me enamoré de ella desde el primer momento. Realmente solo estaba con Cassandra porque así podía verla a ella.

EN LA ACTUALIDAD

Se limpió la lágrima que sin querer se le había escapado.

Su padre no sólo les había respondido a sus preguntas, también les había contado su historia, la verdadera historia que les habían omitido cuando eran más pequeños.

Ojalá yo fuera tan querida y amada como lo es mamá por papá.

Entonces, Sidney recordó a su nuevo y primer novio Jude.

-¡Mierda! –Se levantó rápidamente de la cama para buscar su móvil y ver como este tenia varios mensajes y llamadas de Jude. –Mierda, mierda, mierda...

Con tanto escándalo, se le había olvidado llamarle o escribirle para saber como había llegado.

-Vamos, responde, por favor...

-¿Sid?

-¡Jude! –Gritó la chica mientras que sacaba la ropa para ir a la escuela. –Perdoname, por favor. Siento tanto no haberte llamado anoche.

-Tranquila, cariño. –Lo oyó reír y eso la tranquilizó. –Supuse que estarías ocupada porque tampoco me respondiste los mensajes...

-¡Si! Hubo un problema con... mi madre y no tuve cabeza para más nada. Lo siento.

-No te preocupes, Siddy, de verdad. Por cierto, ¿Ahí no son las...

-Si, las seis y media están siendo, pero te llamé en cuanto desperté. –Mintió un poco mientras que se subía los vaqueros ajustados. –¿Tú como estás?

-Bien, volviendo a casa de la universi...

-¡Ay!

-¿Sid? –Preguntó él al oír como algo caía al suelo. –¿Qué pasa?

-Joder... –Se quejó Sidney desde el suelo. Terminó de ponerse la blusa para recoger el móvil y llevárselo a la oreja. –Estoy bien. Solo tropecé con un zapato...

-¿Segura?

-Si, si, no te preocupes. –Murmuró sobandose la rodilla en la que se había dado. –Bueno, tengo que colgar, Jude. Aún tengo que peinarme y desayunar.

-Está bien, cariño.

-Hablamos luego. –Dijo sonriendo de oreja a oreja.

Que bien sonaba que me dijera cariño. Pensó mientras se amarraba los cordones de los zapatos antes de bajar a desayunar.

●●●

-¿Qué te pasa?

-Nada, de verdad...

-No digas nada cuando se nota que te pasa algo, Joe. –Murmuró la chica acariciando el cuello del chico.

-Es que... Es algo difícil de contar, Brooke.

-¿Algo familiar? –Asintió. –Entonces no tienes que decirme nada. Respeto mucho los temas familiares.

-Gracias. –Ahora la que asintió fue ella para darle un abrazo.

-Solo que no me gusta verte así. ¿Qué puedo hacer para que sonrias?

-No tienes que hacer nada para que lo haga. –La chica lo miró para verlo sonreír. –Con solo verte ya me haces sonreír.

-¿Qué es lo que tienes para que esté así? –Murmuró sintiendo sus mejillas arder.

-¿Así como?

-Así de tonta. –Joe rió para apretarle uno de los mofletes. –¿De qué te ríes? 

-De lo encantadora que te ves así.

-¡Si, claro! Debo de verme como un tomate...

-Un tomate encantador, Brooke... –La chica sintió más vergüenza aun.

-¡Joe! –El chico rió viendo como su enamorada intentaba ocultarse.

-Por cierto, Brooke... Creo que debo de pedirte algo.

-¿El qué?

-Mmm... –La campana que daba por finalizada la hora del recreo sonó interrumpiendolo. –Te lo digo luego que ahora hay que ir a clase.

-Jo... –Se quejó mientras que se ponían de pie para colgarse la maleta al hombro.

-No te quejes tanto, preciosa. Miralo por el lado bueno, esta tarde volvemos a vernos.

-Está bien, precioso. –Le respondió ella antes de que ambos comenzaran a reír.

Caminaron sin dejar de charlar durante el trayecto hacia la clase de la chica.

-Entonces nos vemos esta tarde.

-Si, ¿voy a buscarte a tú casa o...

-No, mejor nos encontramos donde siempre, que hoy papá está en casa y no tengo ganas de estar oyendolo.

-Vale, hasta después entonces.

-Adiós, guapo. –Joe sonrió para dejar un beso en sus labios antes de darse la vuelta e irse directamente hacia su clase.

-Uff... Menos mal que aun no ha llegado el profe.

-Por esta vez tuviste suerte... –Comentó Ethan mirándolo mal. –No puedes estar llegando tarde a clase, Joe.

-Eh, que no eres mi padre, Ethan.

-Pero soy tu mejor amigo y puedo opinar. –Joe resopló antes de que el profesor entrara a la clase y pronto comenzara a escribir en la pizarra.

Pero por desgracia, o por suerte, Joe solo tenia cabeza para pensar en lo que pretendía hacer esta tarde.

The Distance Love Where stories live. Discover now