Solamente... ¿Ladybug?

Gracias A Todos

-Adrien...

Su dulce voz, ¿hace cuánto tiempo que no la escuchaba en ese tono de tranquilidad? Cuando todo era felicidad junto a ella.

Estás cometiendo un error, lo sé

Ella ahora te odia, ¿después de todo lo que he hecho? Es comprensible

Aléjate antes de que la vuelvas a lastimar, no lo haré

¿Estás seguro? Más que nunca

Hazlo bien esta vez, lo prometo

Es tu última oportunidad, aprovéchala, lo haré

-Marinette... Yo...

Tomé con fuerza sus manos, sus dos pequeñas y niveas manos, tan cálidas y tersas, podía sentir como mis ojos se humedecían, ¿que haría ahora sin Marinette? Ella fue mi primera y una gran amiga, ¿por qué me dejé llevar por aquél rumor? ¿por qué obedecí a aquellos que querían lastimarla? ¿por qué me aferré tanto a algo imposible dejándola de lado? ¿cómo es que pude creer aquella maldita mentira? ¿por qué fuí un estúpido miserable?

-Adrien... Aléjate de mi

Sentí una punzada en mi corazón, forzaba sus manos para separarse de mí, no, no, no, no, no, ¡NO! ¡no puedo dejarla ir otra vez! ¡necesito su confianza de nuevo! ¡su amistad! ¡su...! Su... Amor...

-No quiero

Atiné a susurrar aún sosteniendo sus manos con fuerza, bajé mi mirada al suelo, apuesto a que me veo miserable.

Miserable, justo lo que eres

-Adrien, ¡suéltame! ¡por favor!

Jalaba cada vez más y más, no tengo duda alguna que logrará soltarse con por lo menos un rasguño, sus ojos, miré sus ojos y volvían a caer lágrimas ¿tan estúpido fuí? ¿yo causé eso?

-¡Adrien!

-¡NO! ¡No lo haré, Marinette!

Me levanté del suelo con ella, la envolví en un abrazo, un abrazo donde sería complicado que saliera de mis brazos, de un tirón, ella cayó al suelo, y sin duda, con rasguños a lo largo de sus brazos, las marcas rojizas de mis uñas estampadas en su nivea piel, mierda, ¿cuándo será el día en el que deje de lastimarla?

-¡¡M-Marinette!!- empecé a acercarme a ella, estaba llorando de nuevo, encogiéndose en el suelo sosteniendo sus brazos, sus delgados brazos con rasguños -¿e-estás bien?- Imbécil, imbécil, imbécil ¡imbécil! ¡¡Es obvio que no está bien!!

-¡A-Aléjate de mi, Adrien! ¡¡largo!!

Estaba retrocediendo aún en el suelo, alejándose de mí, aún cubriendo sus brazos para calmar el seguro dolor ¿más indefensa no la podía volver?

-Sólo déjame ayudarte- extendí mi mano -Te estás destruyendo

-Y lo único que hacen es reírse

Eso fué un golpe bajo, demasiado bajo a mi parecer.

-Si quisieras ayudarme, ya lo habrías hecho desde un principio, sabía que eras igual a los demás, desde que te conocí, siempre creí que eras igual a Chloé

Y eso fué mucho más bajo que el anterior, pero tiene razón, pude haberlo hecho, pero no lo hice.

-¿sabes?- se levantó con dificultad del suelo -yo nunca supe aquél rumor, esa mentira que arruinó mi vida por completo, mi vida social, mi vida diaria, ¡absolutamente todo! Asi que... Hagamos algo

Observé que se dirigió a un cajón de su escritorio, de donde sacó una cuchilla, espera ¿una cuchilla? ¿eso... Eso es con lo que se hace las cortadas que ví? ¿con ese maldito instrumento se arruina su hermosa piel?