Maxwell se movió para obsequiar más espacio al cuerpo de Jacob, y tras hacerlo bajó la mirada y observó cómo las piernas del asesino se separaban para él y cómo el pantalón se desprendía de ellas en un rápido tirón, permitiéndole ver a Jacob en su forma preferida: desnudo y dispuesto a recibir y entregar placer.
La mirada de Roth se perdió en la erección del asesino, que lucía, como siempre, firme y apetitosa, y descendió un poco más con toda la intención de explorar el punto que se encontraba más abajo; ese que tanto le gustaba estimular y que le permitía conectarse con Jacob de la manera más sublime y deliciosa.
Escuchó a Jacob reír suavemente, con esa risa tan varonil y repleta de confianza, y alzó la mirada hacia él para poder ver cómo las comisuras de sus labios se ensanchaban en una traviesa sonrisa y sugerente.
El cachorrito sumiso, hoy, era juguetón.-Adelante -le tentó Roth, relamiéndose los labios con lujuria, y Jacob acercó sus dedos hacia su boca para comenzar a saborear dos de ellos.
Sus ojos no se separaron de Roth; quería saberse observado mientras lamía, mientras jugaba en su mente que esos dígitos no pertenecían a él, sino al templario. Y ese juego Roth lo conocía y había aprendido a amarlo tanto como amaba a Jacob.
-Realmente eres hermoso -Incapaz de resistirse, Roth acortó la distancia entre el rostro de Jacob y sus labios y comenzó a besar la barba que nacía sobre sus mejillas y que delineaba el contorno de su cara. El asesino gimió en respuesta, aún con el par de dedos dentro de su boca, y continuó chupando hasta que la saliva comenzó a derramarse por sus comisuras.
-Tan bello, tan joven, tan sublime... -Maxwell continuó descendiendo hasta llegar al cuello, que lamió y besó con sonora lujuria, que succionó y mordió hasta hacer jadear a Jacob y hasta imprimir medias lunas carmines sobre toda la extensión de su cuello.
Y no se detendría. porque, aunque amaba cada centímetro del cuerpo de Jacob, había partes que llamaban a su feroz instinto y que le atraían como un magneto al metal.
Jacob había cerrado los ojos, y ahora mordía y jugaba con sus dedos suavemente, deleitándose con la fantasía que suponía imaginar los dedos de Roth.
Roth, por su lado, ahora tupía de besos los anchos hombros del asesino y frotaba su acerado abdomen, sintiendo la tensión que se acumulaba en tan tierna zona con tan sólo sentir la proximidad de sus dígitos.
-¿Estás hambriento, mi niño? -susurró el azabache a oído de Jacob, haciendo que un sendero de electricidad recorriera su vértebra.Jacob asintió, sumiso, y sacó los dedos de su boca para poder acercarlos a la de Roth.
Complaciente, el líder de los Blighters aceptó aquella húmeda invitación y absorbió los dedos del menor entre sus labios, mordiendo con suavidad las puntas antes de saborear la saliva de Jacob, quien le contemplaba ensimismado.
Cada segundo con Jacob era sublime. Roth estaba convencido de ello. Bastaba sentir la urgencia en la mirada del asesino para saberse dueño de su alma, de su cuerpo, de su devoción. Y, para Roth, no había sensación más sublime que la de poseer algo hermoso,
Con un chasquido húmedo, Maxwell liberó los dedos de Jacob y se inclinó hacia él para saborear sus labios, que le esperaban entreabiertos y siempre dispuestos.
El menor de los Frye correspondió con hambre, imprimiendo su lujuria en cada jadeo y suspiro. Estaba impaciente por Roth, quería más. Cada beso del mayor aumentaba su hambre y lo volvía más dependiente, más salvaje.Cada vez que sus lenguas se conectaban en una danza erótica, Jacob se olvidaba del tiempo y de la respiración. Cerró los ojos para perderse en la pasión del momento, permitiendo que Roth devorase su aliento, y gimoteó suavemente cuando sintió la mano del mayor envolver su pene y comenzar a bombear la carne lentamente.
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Hearts lurking in the darkness { Assassin's Creed YAOI }
RomanceJacob cedió ante el encanto de Maxwell Roth, el líder de los Blighters, y a su lado descubrió una faceta que jamás esperó tener. El asesino impetuoso, valiente e indómito se volvió un cachorrito complaciente bajo el dominio del temible templario. ¿L...