El granero

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El olor a sangre dentro de mis fosas nasales era lo único que podía percibir, estaba aturdida. Todo daba vueltas y el sonido de una alarma me taladraba la cabeza.

¿Qué había pasado?

Cuando intenté levantarme una fuerza me tiró de nuevo a la silla donde estaba sentada. Recién en ese momento me di cuenta que me encontraba atada a ésta. Intenté inútilmente librarme de lo que me sostenía, esto hizo que cayera hacia la derecha, golpeando mi sien contra el suelo. Sin dudas eso dejaría una marca.

Mi cara estaba cubierta con sangre seca, y se encontraba llena de moretones.

Era un desastre.

Sentía un dolor punzante que recorría mi sien y terminaba en mi mandíbula, ésta me dolía mucho, pero se intensificó cuando mi cabeza estableció contacto con la fría y dura superficie del suelo. Solté un agudo pero breve grito, las punzadas eran el equivalente a un shock eléctrico, o al menos así lo sentía.

Un nuevo sonido se hizo presente, pero no podía distinguirlo, sólo escuchaba un eco. Mi visión tampoco ayudaba, estaba nublada y veía las cosas dobles. El sonido se repitió, y esta vez logré distinguir dos sílabas. Volvió a aparecer. Y una vez más. No lo lograba comprender del todo, pero logré distinguir el tono de las sílabas

Karen.

Bárbara, mierda.

Mi memoria comenzaba a aclararse, nos encontrábamos en la entrada a la pasarela que conducía a la incineradora y algo nos golpeó.

—¡Karen!

—Aaagh—Intenté hablar pero no lo conseguí, el intenso dolor de cabeza y el molesto sonido de la alarma junto con su luz roja intermitente me aturdían.

Las cosas se aclararon un poco, los sonidos ahora se escuchaban de una forma más lúcida, pero mi visión seguía nublada, en lugar de Bárbara veía un manchón azul.

—Mier... da.

—Te diste un fuerte golpe recién.

Solté un suspiro, todavía seguía demasiado perdida como para darle una respuesta completa.

—Veo que también te ató.

Pestañeé un par de veces para que mi visión se aclarara, y efectivamente lo hizo. Bárbara se encontraba sentada a una silla de metal con sus brazos detrás del respaldo, supuse que sus muñecas estaban atadas con un precinto al igual que lo estaban sus pies a sus respectivas patas de la silla. De la misma forma que yo.

—B-Bar— Cada vez que hablaba las punzadas se hacían presentes.— ¿Estás bien?

—Mi nariz está destrozada y el dolor de cabeza me mata, además creo que estoy medio sorda del oído derecho, ¿Tú cómo lo llevas?

—No estoy muy lejos de eso, siento que mi mandíbula explotará en cualquier momento.

—Ese hijo de puta...

—¿Qué hijo de puta?

—No recuerdas nada, ¿No?

En el momento que Bárbara terminó la oración levanté mi cabeza en una expresión de sorpresa, logré recordar lo más esencial, un soldado nos había secuestrado. Solté un suspiro y volví a reposar mi cabeza sobre el suelo.

—No no no no, ¡Maldición!— Sentía cómo mi sangre hervía de la rabia, al parecer el destino estaba decidido a verme sufrir.

Primero Evan, luego Gordon y ahora Bárbara, ¿Por qué a todas las personas que quiero les pasa algo horrible?



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⏰ Last updated: Oct 13, 2023 ⏰

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