Capitulo 23

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Me levante de golpe, con la respiración agitada y lagrimas en mis ojos. Era la segunda pesadilla que tenía en la misma noche. En sueños, más bien pesadillas, se repetía una y otra vez la escena donde Negan le rompía el cráneo a mi padre. Cuando lo hacía ahí me despertaba. Mi mente no dejaba de repetir la escena y era horrible. Quería dejar de pensar en ello pero no podía. Trataba de callar mis sollozos o hacerlos más bajos pero tampoco podía. El dolor que sentía en este momento nunca antes lo había sentido. Yo toda mi vida fui muy unida con mi padre, teníamos esa relación padre e hija. Éramos muy parecidos en  el aspecto mental, quiero decir, pensamos igual, teníamos las misma ideas, siempre nos poníamos de acuerdo y teníamos gustos similares. Sinceramente no sé cómo haré para superar su pérdida.

De lo único que estaba segura en este momento era de que Negan pagaría por lo que había hecho. Como dijo Rick, no hoy, no mañana pero lo hará. Me aseguraré de ello.

Me calme un poco y deje de llorar, me limpie el rostro con mis manos y respire profundamente. Por la puerta de mi habitación apareció Carl. Entro y se sentó en la cama, delante mío.

- ¿Una pesadilla?

- La segunda de la noche.

- ¿Estás bien?

- No quiero ser mala pero ¿de verdad me estás preguntando eso?

- Lo siento. Soy estupido, lo sé.

- Solo abrázame.

Así como le pedí, lo hizo. Me abrazo fuerte, muy fuerte. Me sentía mejor en sus brazos pero  no me recomponía del todo.

- ¿Quieres que me quede?

- Si.

Me acosté en la cama y le hice un lugar para que él hiciera lo mismo. Recosté mi cabeza en su pecho y el me beso la cabeza.

- Las cosas mejorarán, confía en mi - me dijo.

Sin más cerré mis ojos y trate de dormir en lo que restaba de la noche.

Habían pasado cinco días de lo sucedido con Negan. Estaba despierta hacia ya unos minutos. La luz ya ingresaba por las ventanas. Mire el reloj sobre la mesita de luz, marcaban las nueve treinta de la mañana. Me incorpore en la cama y pase mis manos por mi rostro. Volví mi vista a la mesita de luz y vi los guantes de mi padre sobre ella. Los tome, los observe y sin darme cuenta una lagrima resbaló por mi mejilla. La limpie rápidamente, tenía que dejar de llorar. Aún lidiaba con la pérdida, no se me estaba haciendo nada fácil superarla. Me coloque los guantes y me cambie de ropa, luego baje a la cocina.

La casa se escuchaba muy silenciosa, al parecer no había nadie. Pase por el living y vi a Stanley acostado en el sofá. Al verme se levanto y vino hasta mi moviendo la cola y con la lengua afuera. Me agaché y lo acaricie en la cabeza. Hacía mucho tiempo que no pasaba tiempo con él. Ya lo extrañaba.

- Hola, chico. ¿Cómo estás?

Sabía que no me iba a contestar pero igual hablarle a los perros era algo que me encantaba hacer desde pequeña.

- Vamos a darte algo de comer.

Fui hasta la cocina, saque su tazón y coloque la comida de perro en él. Coloque el tazón en el suelo y Stanley fue a comer. Abrí la alacena y saque una caja de cereales, me serví en un tazón pequeño y comencé a comer.

Nuevamente estaba metida en mis pensamientos, hasta que la puerta de la casa se abrió haciéndome sobresaltar.
Carl apareció por la entrada de la cocina.

- Hey, despertaste. ¿Cómo te sientes hoy?

- Un poco mejor... Creo.

Se sentó al lado mío y se quedo observándome sin ningún tipo de disimulo.

Kill or be killed (Carl Grimes y tu) // 2° Temporada. TERMINADA. Where stories live. Discover now