Capitulo 3: Las horas pasan lentamente

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Draco Malfoy un hombre adulto, responsable y de una estirpe pura se encontraba en el despacho de su casa revisando una vez más los papeles de los negocios familiares de los que tuvo que hacerse cargo despues del juicio del ministerio, él y su madre se habían salvado gracias al testimonio de Harry Potter, pero su padre había sido condenado a Azcaban a pesar de su arrepentimiento, porque era mucho el daño que había hecho.

Sin embargo, a pesar de librarse de las riendas de su padre, hubo cosas que nunca cambiaron y una de esas era su matrimonio pactado con la menor de los Grengrass, si bien no era una mala mujer, entre ellos simplemente no había quimica, la relación era tranquila, simple y tediosa, no discutian y las pocas veces que habían estado juntos fue solo para concebir al primogenito, quien actualmente estaba a punto de cumplir once años y entraría a Hogwarts.

Su hijo Scorpius a pesar de tener todo en la vida, era un chico tranquilo y humilde, emanaba esa arrogancia natural de su padre, pero si en realidad lo conocias no era así, ya que Draco intentaba no cometer los mismos errores de su padre.

- Maldición - Grito el hombre tirando los papeles que tenía sobre su escritorio

Y es que no era capaz de concentrarse en nada, se la pasaba solo recordando su reencuentro con la castaña, jamás pensó que despues de años ella reaccionaría de esa forma, en el fondo tenía la esperanza de poder entablar una conversación civilizada con ella, en realidad para que engañarse, tenía la esperanza de aún tener una oportunidad y un espacio en su corazón, pero todo había salido mal, todavía la veía desmayandose en la cena, nadie podría imaginar lo nervioso que estaba Draco, se tuvo que contener para no salir corriendo y tomarla en sus brazos y lo peor de todo fue ver a Weasley no haciendo nada, él no se la merecía, "en realidad nadie merece a mi Hermione" se decía para si mismo y no pudo evitar caer de nuevo enfrascado en los recuerdos.

PASADO

Draco se maldecía asi mismo por haber besado a Hermione una vez más, se repetía mil veces a si mismo que no debía acercarse a ella, pero cada vez que la veía sola era inevitable, de hecho esperaba los momentos para encontrarla a solas, ultimamente parecía un psicopata detrás de los pasos de esa castaña, todo había cambiado desde el día que había vuelto a Hogwarts para comenzar su quinto año, estaba en la estación cuando de pronto a lo lejos vio a una chica que lleno todo su espacio, al principio pensó que era una chica nueva y se fue acercando lentamente acechando a su nueva presa, pero justo antes de que dijera algo la chica se dio vuelta y vaya su sorpresa al ver que era Granger, casi se atraganta ahi mismo sino fuera porque la castaña lo increpó.

- Primer día y ya andas molestando - Le dijo con cara de odio

Pero el solo pudo observar como habían cambiado sus facciones, si había quedado sorprendido el año anterior cuando la vio aparecer del brazo de Victor Krum, ahora realmente no podía definir lo que sucedia.

- Vaya los ratones te comieron la lengua este año, eso es excelente - Dijo la castaña dandose media vuelta y subiendose al tren, dejando al chico aún alucinado.

Despues de unos segundos Draco reaccionó y se maldijo a si mismo por su estupidez y desde ese día nunca más pudo quitar la vista de la castaña, la seguía a todas partes solo para esperar el momento que estuviera sola, para él era el paraiso cuando se peleaba con sus amigos y por fin se alejaba de ellos aunque sea solo un momento y desde entonces él aprovechaba todas las oportunidades, a pesar, de que para él estaba prohibido, luchaba contra ello, pero le era imposible y ahora todavía podía sentir el sabor de los labios de Hermione en sus labios.

Al principio pensó que solo eso sería necesario, pero ahora cada vez quería más de ella y eso lo estaba volviendo completamente loco, si sus padres se enteraban o sus amigos, estaría en graves problemas, sabía de lo que eran capaces, más ahora que había vuelto el señor tenebroso.

Amor oculto: Draco y HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora