Kenny x Butters

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Era la mañana de Navidad y la familia McCormick seguía guardando silencio. Las risas y las burlas de costumbre se habían ido, ya que Kenny no estaba ahí. Butters se encontraba sentado en la sala mirando fijamente los regalos debajo del árbol, los cuales son los que él había comprado y envuelto, en su mayoría eran para Kenny.


Sin embargo, el niño del anorak naranja no estaba ahí.


Había tratado de llamarlo y sólo consiguía el correo de voz, incluso oyendo la cinta de grabación de la voz de Kenny era una pequeña recompensa en sí mismo, diciéndole que dejara un mensaje o intentara llamar de nuevo más tarde.

Butters siempre le dejaba un mensaje diciéndole cuánto lo quería y lo mucho que quería que volviera a casa.

Acción de Gracias transcurrió sin él, montones de sobras ocupaba la mitad del espacio en la nevera durante semanas hasta que finalmente Butters hizo el esfuerzo para tirarlo. La única razón por la que el lugar estaba decorado para la Navidad es porque a Butters siempre le había gustado, y tal vez sentía que eso alegraría a Kenny cuando lo viera.


Pero Kenny no estaba ahí.


Butters encendió la chimenea, lo que hacía un lugar acogedor para sí mismo en el sofá mirando al árbol que había sido decorado por él y los hermanos McCormick el día después de Acción de Gracias. Kevin y Karen se habían reunido con Butters quienes pasaron la noche para ayudarlo a decorar y tratar de animarlo. Butters tenía puesta una sonrisa falsa, porque aún estaba muerto por dentro.

Es eso lo que sentía.

Butters le escribió cartas al igual que los regalos, la mayoría de ellos hechos en casa, porque eso es lo que a Butters siempre le había gustado. Él abrió su corazón en el papel, diciéndole sus más profundos sentimientos y de lo mucho que lo extrañaba.

Se preguntaba si realmente leería absolutamente todo lo que había escrito.

Consideró brevemente llamarlo de nuevo, al final decidió que no. Varias lágrimas caían de su rostro, estaba a medio camino hacia la cocina cuando escuchó una débil voz llamar a la puerta delantera.


-Butters.


Salió corriendo hacia la puerta de entrada tan rápido que se podría pensar que era una situación de vida o muerte.


Abriendo la puerta, se dio cuenta de que no era la persona a quien estaba esperando.

-Butters, tus padres nos han enviado, ellos quieren que regreses a casa. - Dijo Stan sin ánimo.

-Amigo, ¿no crees que ya has estado el suficiente tiempo aquí? - Kyle colocó su mano sobre el hombro de Butters.

- Es más fácil soportar la muerte sin pensar en ello. - Interrumpió Cartman

-Butters, debes de aceptarlo ya. - Trató de aguantar las lágrimas Stan.

- Nunca nadie me dijo que el dolor se sentía como se siente el miedo... - Los ojos de Butters se cristalizaron. - La misma tensión en el estómago, el mismo desasosiego.

- Nadie puede explicarnos el dolor, su ilimitado alcance ni sus profundidades enigmáticas. Nadie nos puede descubrir el vacío que deja en el mismo centro de nuestro ser. - Suspiró Stan.

-Un vacío que nada lo llena. - Susurró Butters.

-Como dijo Woody Allen "Morir es como dormir, pero sin levantarse a hacer pis." - Trató de bromear Cartman.

-¡Esto es serio Cartman! - Exclamó Kyle.

-Pero Kenny volverá, yo sé que sí. - Butters se limpiaba las lágrimas - Así que, ¿Por qué no pasamos adelante a esperar que vuelva? - Butters empezó a caminar por el pasillo.

-Butters... - Se formó un nudo en la garganta de Kyle. - Tú sabes muy bien que Kenny no volverá.

-No, el tiene que volver, le he dejado varios mensajes, el tiene que escucharlos y volverá a casa. - Comenzó a temblar. - Además aquí están todos sus regalos, el va a volver.

-Sé que no es fácil, nosotros tampoco no lo hemos aceptado del todo, pero - Stan tomó de la muñeca a Butters. -Tenemos que seguir adelante.

Cartman, Kyle y Stan se juntaron para abrazar al pequeño Butters.

-Lo siento. - Comenzó a llorar, dejando que sus emociones libres - Lo extraño tanto. - Su nivel se llanto era incontrolable.

-Y nosotros a él. - Dijo Cartman.

- Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos. - Le dijo Stan

-Gracias amigos. - Sollozó Butters.

-¿Por qué no vamos a verlo? - Kyle pasó su mano por su cara para limpiarse las lágrimas. - A él le alegraría vernos, más en este día.

-¿Puedo llevarle los regalos y cartas que le hice? - Preguntó Butters algo entusiasmado, aún con lágrimas en sus mejillas.

-Por supuesto que sí. - Le dijo Stan.


-Eric, ¿Podrías ayudarme a cargar algunos regalos? - Le preguntó Butters.

-Ah, está bien. - Respondió resignado Cartman.


Los dos fueron a traer las cosas.


-¿Crees que este bien? - Le preguntó Kyle

-No lo sé. - Suspiró Stan. - El duelo no es un camino fácil pero... si no lo fuera... dejaría de tener sentido toda nuestra existencia.




Era una fría mañana de Navidad, cuando los cuatro chicos salieron de la casa para dirigirse al cementerio.




"Amar al otro es renunciar a poseerlo, incluso muerto; renunciar a que vuelva, descubrir que sigue estando ahí, en un silencio que ya no nos causa pavor, en un desierto que se hace acogedor de lo más valioso que tenemos, lo esencial de lo que permanece cuando ya no se puede nada."

JEAN-YVES LELOUP.

South Park - One Shots NavideñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora