¿Habrá sido mi culpa?.
Pensé, debí estar con ella. Eso me daba vueltas a la cabeza toda la semana. Desde el velorio, al funeral.
-eres débil acaso? Supéralo sola, es solo un hombre.- Fue lo último que le dije antes de salir de esa habitación, con sus ojos vidriosos atravesando mi alma. Tal vez, si sabia que no la podía dejar sola. Ella lo amaba de verdad, estaba completamente enamorada, pero el era malo, y ella débil.
-No pasara a mayores, en días lo olvidaras.- le dije por teléfono en la tarde. Ella me dijo lo que haría, pero no lo tome en cuenta. No pensé que llegaría a hacerlo.
Pero si, lo hizo.
No estuve ahí, no estuve para ella, cuando ella estuvo en todas mis caídas.
Todo por un hombre, solo uno, que no valió la pena.
Ese día viernes la deje, con el corazón en la mano, lágrimas por todas partes y yo, me fui al cine con un chico, un estúpido chico, de esos que terminan queriendo tener sexo después de la primera cita.
Hablé con ella mientras iba al cine, por teléfono, en el carro de él.
-No quiero vivir, no lo merezco, ya no tengo razones. Todo se fue, soy estépida al pensar que alguien como yo merece a alguien como él.- Me dijo antes de que le colgara, con la voz quebrada.
-Supéralo Nena, los hombres se van. No son para siempre, te dije que era malo, nueve meses y el te engaño siempre, pues te lo advertí, supéralo! Al fin y al cabo, te lo dije.
Corte, en cierto modo, no la conocía tanto como creí, tanto como esperaba conocerla. Aunque fueran 10 años de amistad, recuerdos desde que éramos muy pequeñas, creciendo juntas, conociendo el mundo, nunca pensé perderla de esa manera.
Ni tampoco, tan temprano. Nos faltaba mucho por recorrer JUNTAS.
-Llegue Mamá!
-Hija hablemos....
-Es muy importante? Voy donde Laura. Está triste termino con Gabriel ayer y tu....,-Me interrumpió, se le pusieron brillante los ojos y se sentó indicándome que yo también lo hiciera.
-Siéntate hija.
Eso fue todo, no entendí nada, me hablo de pastillas, cortes, cuchillas, cartas, etc.
No llore, no entendí, pero cuando fui a su casa y vi todos esos camiones de ambulancias y policías, no pude. Me tiré al piso. Entendí todo lo que ocurría a mi alrededor.
Mi mejor amiga, alguien a la que había conocido años. Murió. Se quito la vida y no estuve allí para ella.
Llego su mamá, llorando, estaba prácticamente destrozada. Me abrazó y me preguntó. -por qué lo hizo?- con voz de confundida, Laura era la mas feliz, siempre nos subía el animo a todos, nunca lloraba, pero esos meses había cambiado, no le prestaba atención pues le atribuía la razón a Gabriel, el imbécil de Gabriel.
No tuve mas remedio que decirle.
-fue mi culpa señora, no estuve allí no la escuché.
Al escuchar las palabras que salieron de mi boca se largo a llorar y me dijo -Nunca creas que fue tu culpa, lo abría hecho, estado tu o no, si estaba tan decidida, nadie la hubiera podido ayudar. Te amaba mas que a nadie.-
Me pare, y me fui.
No pude verla, no me sentía fuerte. Y pensé, "quien es débil ahora eh?"
Esa semana, ese lunes no fue lo mismo, tenia los ojos hinchado por llorar toda la noche, todos los profesores me abrazaban y daban condolencias, los compañeros de aula le hicieron algo en su casillero, típico. En el almuerzo nunca me sentí tan sola, nunca sentí el mundo tan apagado. Como si estuviera sorda. Como si a todos les hubieran quitado la voz. No comí nada. El día paso tan lento. Y yo solo quería llegar a mi casa a dormir. Hacer como si todo hubiera sido parte de una pesadilla.
Cuando caminaba hacia mi ultima clase lo ví. A Gabriel. Ese imbécil despertó todo mi instinto de mejor amiga y transformó mi tristeza en ira en tres segundos.
Me acerqué decidida a exigirle explicaciones de que había pasado con Laura.
-¿Que le hiciste? La mataste. ¿Que le hiciste ah? Respóndeme. -Se me quebró la voz.-
-La Amaba. Jenna la amaba.
Gabriel tenia los ojos hinchados también. Un tipo así como él sufriendo? No me cierra. Aquí hay gato encerrado. Todo mundo en este colegio sabe que Gabriel Andrews es un mujeriego. Pero siendo franca. Nunca lo vi con otra chica que no sea la que estuviera saliendo. Tal vez yo lo juzgué mal.
Pero díganme capitán de el equipo de fútbol, ultimo año, increíblemente atractivo. Quién no creería esos chismes?
-Ella me dijo que terminaste con ella. ¿Quien le hace eso a alguien que ama?
-Estoy seguro Jenna seguro. De que ella te dijo que terminamos. Yo la amaba. Ella dijo que yo merecía alguien mejor. Ni yo lo entiendo. Solo vino ese día llorando y terminó conmigo. Jamás lo entendí.
Por favor era su mejor amiga. Ella era hermosa. Claramente juntos se veían bonitos, la chica popular con el chico popular. Pero, ¿Qué pasó hace tres meses que le hizo tanto daño para querer terminar con su vida perfecta?
