Capítulo único.

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Cuando sus amigos lo habían invitado a su súper fiesta de Navidad, él sabía que no debería haber aceptado. Cada uno de sus grandes y preciados amigos no hacía más que mirar a sus respectivas parejas con amor, olvidándose de su propia existencia y no podía estar más que enojado por ello. Especialmente con Hoseok y Namjoon que fueron los que le insistieron en ir.


La fiesta estaba siendo un éxito, no iba a mentir; además la ambientación era muy linda, con rojos, blancos y verdes decorando toda la casa del mayor de su grupo de amigos, Seokjin. Había guirnaldas por toda la instancia, estrellas colgadas, luces navideñas, y el maravilloso árbol en todo su esplendor en medio de la sala. Era bellísimo, todo, pero eso lo hacía sentir completamente triste.

Odiaba estar triste, y no es que fuera de esas personas que por no tener pareja se sintiera menos o estuviera frenético buscando un novio o una novia para hacerle compañía en las fiestas; simplemente quería alguien que lo cuidara como Jungkook a Jimin en todo momento. Alguien que lo celara tanto como Hoseok a Taehyung y alguien que lo mirara con esa mirada llena de amor que tenía Namjoon cuando miraba a Seokjin. Quería amor, sólo eso.

Ya estaba en sus 23 años y nunca había experimentado lo que era amar. Era bastante deprimente, porque a pesar de ser tan gruñón y decir que estar enamorado era de tontos, él lo deseaba desde el fondo de su corazón, porque sabía que era un sentimiento bello, aunque muchas veces doloroso, pero que completamente valía la pena.

Con los ojos un poco aguados, salió a la terraza de la casa de Jin, que estaba cerrada para los demás invitados, pero a él no le importaba; si le molestaba, luego de la fiesta le pediría disculpas o algo así. Vio el paisaje nocturno y se quedó embelesado. Luces navideñas había por todas las casas, muchos bellos carteles luminosos con los famosos "¡Felices Fiestas!" o "Happy Holidays!!" y eso le sacó una pequeña sonrisa.

Las fiestas siempre fueron unas lindas fechas que le encantaba festejar; cuando era pequeño sus padres la mayoría del tiempo no estaban en casa por trabajar, pero de igual manera festejaba esos días con una sonrisa inocente y mega feliz, con sus amigos, o en la casa de alguien más. Y realmente no le molestaba, pero le hubiese gustado en algún momento sentir el amor familiar en la víspera de Navidad, donde todo siempre era felicidad. Sabía que sus padres lo querían y se sentían mal por no poder estar con él en esas fechas importantes, pero lo compensaban con estar en su cumpleaños y a él le bastaba y sobraba.

Nunca fue aficionado de quejarse con sus padres por no estar allí junto a su persona porque sabía que aunque no estuvieran físicamente, videollamadas, llamadas, mensajes, regalos por correo eran llegados, y eso venía acompañado de todo el sentimiento de verdadero amor que tenían sus padres por él.

Dejó de divagar por sus pensamientos y miró todo el paisaje, pensando que sería bonito poder sacarle una foto. Agarró su celular del bolsillo y de paso revisó la hora, faltaba 15 minutos exactos para que sea 25 de diciembre y el pecho se le apretó al saberse solo, como los demás años. Abrió la cámara, enfocó y apretó la pantalla. Suspiró. En eso se dio cuenta que arriba de su cabeza había un muérdago que lo hizo gruñir.

—¿Realmente era necesario, Jin? —Murmuró con un suspiro.

La puerta corrediza de la terraza se abrió y él miró hacia atrás un poco confundido; faltaba tan poco para que sean las 12 de la noche y no podía entender qué hacía alguien queriendo ir afuera de la fiesta que ya debería estar en su punto más bello. Namjoon le había contado que cuando faltara poco para Navidad, prenderían la televisión y harían la cuenta de los minutos. Todos deberían estar preparándose pero él no quería bajar.

—Hola Yoongi. —Le dijo el chico que acababa de salir a la terraza, con una sonrisa.

—Hola Zico. —Devolvió el saludo, con una sonrisa un tanto forzada; realmente no estaba de humor pero no quería tirarle toda la mierda a Jiho.

Woo Jiho, o como él quería que lo llamaran, Zico, era un gran amigo de Namjoon; lo conocía bastante bien, se podría decir que hasta eran amigos. Cuando hacía salidas con su grupo de siete, siempre estaba Zico incluído. Realmente a nadie le molestaba, era un gran chico. Le encantaba rapear y era bastante entusiasta en cualquier cosa que hicieran. Era como un perrito moviendo la cola de felicidad constantemente.

—¿Qué haces aquí? —Volvió a hablar Yoongi, siendo bastante tosco. Se reprendió mentalmente; no estaba en sus planes ser tan malo con Zico.

—Tomo un poco de aire. ¿Tú qué haces aquí? —El pelinegro hizo una mueca.

—Me alejo de esa fiesta y de mis bellos amigos que se andan besuqueando. —Le contestó dándole la espalda, mirando otra vez el lindo paisaje. Jiho se puso a su lado en la barandilla.— Te sugiero que te vayas, hay un muérdago encima de nuestras cabezas. —Susurró, hablando una vez más, mientras lo miraba de reojo.

—Lo sé. —Le dijo simplemente, y con eso Yoongi se giró hacia su compañero, confuso. Zico repitió la acción.

Entonces se quedaron mirando por minutos, que se le hicieron extremadamente largos al chico más bajo. Parpadeó extrañado cuando el rubio acomodó un mechón de cabello suyo detrás de la oreja, y sintió un calor desconocido en la mejilla cuando se la acarició con el dedo pulgar. La piel de sus manos era bastante rasposa pero no molesta, y se extrañó con el pensamiento de que no le molestaría seguir sintiéndola. El rostro de Jiho se acercó cada vez más al suyo, hasta que se paró, muy cerca de sus labios, susurrando algo tan simple y tan significativo como:

—Me gustas, me gustas mucho Yoongi.

Y juntó sus labios por fin, en un contacto suave, bellísimo, que le hizo sentir esas desconocidas mariposas en el estómago que Jimin no paraba de decirle que eran algo lindísimo que no se cansaría de sentir con Jungkook. O Jin, deciéndole que sentía eso cada vez que podía ver la hermosa sonrisa de su Namjoon, con los hoyuelos que tanto amaba; o que Taehyung sentía una estampida en su estómago cuando simplemente rozaba la mano de Hoseok.

Era la primera vez que sentía algo tan hermoso y sus ojos se llenaron de lágrimas inevitablemente, correspondiendo el beso con la misma intensidad y dulzura que Jiho utilizaba. Los conocidos fuegos artificiales se escuchaban de fondo, iluminando el oscuro cielo, haciendo el momento lo más perfecto posible; Yoongi realmente no quería abandonar los labios esponjaditos y suaves de Zico, pero sus pulmones no podían seguir.

Se separaron con una sonrisa boba en el rostro.

—Feliz Navidad, Yoongi. —Habló el rubio, sonriendo con sus hermosos y blancos dientes.

—Feliz Navidad, Jiho. —Contestó, con una sonrisa tan sincera, que se le cerraron un poco los ojos, todavía con lágrimas de felicidad corriendo por su bello rostro.

Sus labios se juntaron una vez más, sin decir nada, porque todo ya fue dicho sin palabras. Con el simple tacto de sus labios era más que suficiente, y Yoongi sonrió en medio del beso, porque creía que no volvería a estar triste en las fiestas si tenía a Jiho a su lado.













¿cómo pasaron/están pasando navidad? espero que perfecto, porque es un perfecto día para pasarlo en familia; y en tal caso de que no les guste esta fecha, no se amarguen y festejen igual, que cuando la familia se vaya no hay nadie que la reemplace.
este os era solamente porque me gusta mucho la navidad y asjfasjfahks, se me ocurrió escribirlo, qué decirles.
y bueno, nada, espero que les haya gustado

¡feliz navidad! ◇ ziga (bts/block b)Where stories live. Discover now