Capítulo 9

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—No tengo ni la menor idea de qué fue exactamente lo que pedí, pero estaba realmente delicioso —digo, dejando los cubiertos en el plato.

—Comimos lo mismo, no tienes que decirme —me ve— El primer platillo fue Fondue de Queso, con los trozos de pan —relame sus labios y después los limpia con su servilleta— y esto —señala los platos vacíos—Fue Coq au vin. Que es principalmente gallo al vino.

— ¿De verdad es gallo? —me alarmo, nunca había comido gallo.

—No, nada de eso, es carne. Pero siempre dicen gallo al vino —se encoje de hombros—Ahora el postre —llega un mesero y se lleva los platos vacíos, no tarda en llegar otro con dos platos que deja frente a nosotros.

Los platos son chicos, parecen una bandeja de agua.

—Farz de bretón —dice viéndome— mejor conocido como el nombre de far. Puedes ver que parece un pudin o un flan consistente. Está relleno de ciruelas pasas.

Agarro una pequeña cuchara que hay junto a mi plato, ya que al principio nos han dejado un juego completo de cubiertos. Según me explica, es un cubierto dependiendo de lo que comas. Y la última es esta.

Corto un trozo de este postre y lo introdujo en mi boca, cierro los ojos en cuanto su sabor se esparce en mi boca, sabe delicioso.

Imita mi acto y ambos terminamos de comer en total silencio. Según nos dijo Zoe, los gastos están pagados. Por los padres de Damon.

En cuanto terminamos de comer, nos levantamos de nuestros lugares y nos dirigimos hacia el auto, en el que está recargado Joe.

*****

— ¿Viste el correo que enviaron? —le digo a Damon, viendo mi laptop.

Despega su vista de su celular, ya que ha estado pegado al aparato desde hace ya veinte minutos.

—Sí, lo he visto, ya me encargo —abre su laptop y se vuelve a enfocar en ella.

Abro Skype y le hablo a mamá. Contesta enseguida y me pongo los audífonos para que no él no oiga lo que diga mi madre.

—Hola mamá —sonrío y ella me imita.

— ¿Cómo la pasas?

—Bien mamá, es muy bonito por aquí. Aún no puedo creer que no hayamos venido aquí antes.

—Ya sabes que decía tu padre —reímos las dos y escucha como grita Adam—Vamos a sorprenderle —camina con la tableta en la mano escaleras arriba hacia la habitación de mi hermano—Cariño —toca la puerta y entra en el cuarto—Alguien quiere hablar contigo —se sienta en la cama y el niño de 5 años se sienta junto a ella.

— ¡Adam! —Sonrío ampliamente— ¿Cómo estás pequeño?

—He salido de vacaciones —me sonríe y los pequeños dientes se asoman en su boca—Mira qué bonitos dientes

—Ness —me quito un audífono y veo a Damon, que me ha hablado— Recuerda que tenemos que ir a la cena.

—Ya voy, solo unos minutos más.

—Hermanita —vuelvo mi atención a la computadora— ¿Cuándo vuelves? Tenemos que ir a la casa del lago

—Lo sé pequeño, mamá me ha contado que quieres ir. Y como te ha ido bien en la escuela, te prometo que iremos. Aunque no creo poder quedarme mucho tiempo, tengo que ir a trabajar.

—No, debes de acompañarnos.

—Adam, tu hermana tiene que trabajar, lo hemos hablado. Hija, no te quitamos más tiempo, he escuchado que deben salir.

Tu firma en mi pielWhere stories live. Discover now