❈ Dos ❈

3.5K 428 213
                                    

El pelirrojo dejó la última maleta en el portaequipajes y cerró la puerta de éste. Se giró a ver a su novio, se encontraba con la cabeza gacha viendo sus zapatos. Tomó su barbilla para hacer que lo viera.

—¿Estás bien?— Preguntó intranquilo.

—¡S-Sí, estoy bien!- Shiota sonrió nervioso.— Sólo... estoy cansado. Son la seis de la mañana, al fin de cuentas.— Se abrazó a sí mismo por el frío, ni siquiera la chaqueta y bufanda puestas le protegían por completo del frío.

—Te dije que podías quedarte durmiendo.— Karma acarició los cabellos celestes del más bajo.

—Pero no podría despedirme de ti.— Rebatió él. Se aferró a la cintura de Akabane y escondió su rostro en el pecho ajeno.— Que tengas suerte.

Ante ese lindo acto, Karma se enterneció y correspondió el abrazo. Se separó un poco para besar el cabello de su pareja.

—¿En serio estarás bien?—Volvió a preguntarle.

—Lo estaré, no te preocupes.— Musitó— Es mejor que te vayas, o se te hará tarde.

—Sí, es cierto.— Besó con ternura a Nagisa.— Nos vemos en tres días. Te quiero.

—Y yo a ti.—Vio como Karma se adentró en el auto y cerró la puerta, aun con la ventanilla abajo.— Cuídate.

—Te llamaré.— Al escuchar un "de acuerdo" como respuesta por parte de Nagisa, arrancó el auto y comenzó a alejarse.

Al perder de vista el auto, decidió entrar al edificio; subió las escaleras a paso lento y entró en su departamento. El silencio era rotundo, no había ruido alguno fuera ni dentro, pues aun era muy temprano. Para la mala suerte de Shiota, el sueño lo había abandonado por completo. Se quitó la bufanda y la gruesa chaqueta y las colgó en el perchero, se quitó los zapatos y se dirigió a la cocina; sacó todos los ingredientes que había comprado días atrás.

—Bueno... supongo que más para mí.—Suspiró con desgano y se puso un delantal de cocina

❅ ❈ ❅

❅Dos jóvenes caminaban entre la nieve a paso lento, disfrutando del frío clima que se les presentaba. El pelirrojo tuvo la idea de ir a dar una vuelta para no aburrirse en casa, también llamó a Shiota para preguntarle si quería juntarse con él, para su suerte este último aceptó. Ahora se entretenía observando como su amigo veía maravillado a unos niños haciendo un muñeco de nieve; era bastante increíble la verdad, estaba muy bien hecho para ser obra de esos pequeños. Una idea pasó por su mente, una algo maliciosa; se agachó para tomar un poco de nieve entre sus manos y la hizo una bola, aprovechó la distracción del mayor y le lanzó la bola de nieve a la nuca.

Nagisa dio unos pasos hacia adelante para no perder el equilibrio y, en cuanto salió de su aturdimiento, se dio vuelta para encarar al responsable de aquel ataque, quien se limitó a deshacerse en carcajadas. "Tú no cambias" le recriminó Nagisa. Siguieron su camino hasta llegar a un pequeño mirador, desde donde podían ver la ciudad cubierta de un manto blanco.

Es increíble, todo es tan lindo.—   Vociferó lleno de ilusión, se podía notar en el brillo de sus orbes.—   Gracias por invitarme, Karma.

No es nada. Exhaló con fuerza para ver el vapor salir por su boca. Definitivamente hacía un frío increíble, para suerte de ambos estaban bien preparados. ¿Qué harás esta navidad?

Estaré con mis padres.—   Dijo Hace mucho tiempo que no la pasábamos los tres juntos. Estoy muy feliz.

Me alegra. Se recargó de brazos en la baranda.—  Debió ser difícil para ti estos años con tus padres separados.

Santa idiota ||Karmagisa|| (Two-shot)Where stories live. Discover now