Mente Siniestra

Su mirada

Sus ojos llenos de angustia,desesperación e intriga de no saber qué es lo que iba a ocurrir en ese momento.
Ese sentimiento es lo que alimenta el demonio en mi interior. Tener el control de la situación y elegir en qué momento se termina el dolor, la angustia y esa luz a la que le llaman vida...
Fue un 23 de abril del año 1998, aún lo recuerdo como si hubiese sido ayer, El viento rozó su cabello y deslizó ese aroma perfecto hacia dónde yo me encontraba bebiendo una limonada, ladridos y risas de niños se escuchaban como música de fondo,como si el tiempo se hubiese detenido por completo. El sol que iluminaba ese verde  del césped en el  parque se tomo el atrevimiento de iluminar su rostro por un instante. Fue todo lo que hizo falta para que me diera cuenta que ella sería mi primer trofeo.
En ese preciso momento comencé a seguirla sin que ella se diera cuenta durante casi una hora hasta llegar a su departamento en puerto madero. Simplemente la mire entrar y me quedé frente a su edifico observando que luz se encendía para poder ver dónde vivía. Aguarde en ese lugar hasta que el sol cayó por completo y a las 23:00hs. exactamente forcé la puerta principal del edificio y subí corriendo las escaleras al igual que lo haría un león persiguiendo a su presa. Entré en su departamento sigilosamente y me quedé observando como ella dormía durante toda la noche.
Al día siguiente siendo las 5:21 de la mañana ella despertó y al verme a los pies de su cama no dudó en intentar gritar,cosa que le resultó imposible porque ya se encontraba atada y amordazada. Recuerdo haberle acomodado el cabello con un hermoso peinado igual al que usaba mi madre en mi infancia. Al cabo de dos horas llegamos a un acuerdo y ella prometió no gritar,entonces le quite la mordaza y le prepare un abundante y delicioso desayuno,recuerdo cómo lloraba y no puedo ocultar mi sonrisa mientras escribo estas líneas. Lloraba y me preguntaba: porque lo haces?
Quien sos? Llévate todo pero no me hagas nada!! Por favor déjame ir!! Y por cada pregunta o suplica que salía de su ser a mí más ganas de seguir haciéndolo me daban. En ningún momento se me ocurrió ultrajar su cuerpo ya que eso no me interesaba, solamente quería escuchar sus súplicas y ver esa mirada llena de preguntas sin respuesta de mi parte. Llegando a las 17:00 sonó el teléfono de su casa y supe que ya era el momento de hacer lo que vine a hacer. Me paré detrás de la silla donde ella se encontraba sentada y con suavidad y fuerza a la vez le tome su cabello con mi mano izquierda, le tire la cabeza hacia atrás para luego con mi mano derecha deslizar su cuchilla por su suave cuello desde debajo de su oreja izquierda hacia la otra punta mientras sus ojos me miraban como preguntando por qué? Solo atiné a darle un beso en la frente mientras su cabeza estaba echada hacia atrás y me quedé mirando como se desangraba lentamente y la luz de esos ojos verdes se apagaba por completo. Aún guardo ese cuchillo y su perfume para recordarla cada vez que asesino a alguien.