Capítulo 5

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No iba a mentir: estaba nerviosa. Esos días había tenido algunos acercamientos con Lexa, y el alivio interior que había sentido cuando vio que el temor que siempre observaba en aquellos increíbles ojos verdes se había esfumado casi por completo no lo podía definir con palabras. Cuando la vio en el gran comedor aquel día, leyendo un libro, con aquellas gafas que le hacían adorable, no pudo evitar acercarse, y casi se chocó los cinco a si misma cuando gracias a aquello pudo jugar al ajedrez con ella y ver aquella sonrisa que en escasas ocasiones observaba, y fue la primera ocasión en la que se la dedicó a ella.

Juraría que era la primera vez que se quedaba en Hogwarts durante las navidades, y no podía dejar escapar esa oportunidad para hablar más con ella, y dejarle descubrir un poco más de ella misma. Porque sí, estaba cansada de esa fachada de hielo que había construido a su alrededor y estaba cansada de ver a esa chica Gryffindor atemorizada cada vez que estaba cerca. Esas navidades quería que fuesen distintas y a juzgar por lo que había estado ocurriendo, lo estaba consiguiendo bastante bien.

Aquel día se iban de excursión a Hogsmeade, algo que ella odiaba, y de hecho, no pensaba ir, ya que no había entregado la autorización que sus familiares le habían firmado para asistir. Prefería mil veces quedarse viendo la nieve caer a través del ventanal de su dormitorio que pisar una vez más aquel pueblucho. Claro que, ¿quién le iba a decir a ella que Lexa Woods le diría de tomarse la revancha en aquellas partidas de ajedrez? Lo primero que se le ocurrió fue decirle que en Hogsmeade podrían hacerlo, ya que era lo más pronto que se le ocurría. Y tal cual le dijo que sí, le faltó tiempo para ir a por aquella autorización que se encontraba en algún lugar entre sus pertenencias y entregársela a McGonagall. Por suerte aún estaba a tiempo, se habría rebanado la cabeza contra algún muro de la escuela si le hubiese dicho que ya no podía ir.

Así que allí estaba, en Las tres escobas, sentada en una mesa situada al lado de una ventana y con un tablero de ajedrez mágico y sus piezas frente a ella, esperando a que los demás alumnos terminasen de corretear por aquel pueblo, yendo de tienda en tienda y llenándose los bolsillos de caramelos comprados en Honeyducks, o de artículos de broma en Zonko, y fueran a aquel pub donde ella se encontraba. No tenía interés ninguno en ir a aquellas tiendas por enésima vez en seis años, y más aun cuando su razón de estar allí era muy distinta a la de los demás que habían ido. No podía evitar que el corazón se le acelerase un poco cada vez que oía la puerta del sitio abrirse, para luego caer decepcionada en su asiento cuando veía entrar a cualquier persona excepto la que ella quería ver.

Estaba ya casi quedándose dormida del aburrimiento cuando vio entrar a algunos alumnos de otras casas, puesto que ella era la única Slytherin que había ido a aquella excursión esa vez. No tuvo que esperar mucho más hasta que vio aquel cabello recogido hacia atrás con algunas trenzas y aquellas gafas que escondían unos ojos verdes que podían dejarla sin aliento perfectamente. Lexa entraba sola, con una bolsa en sus manos, y enseguida la vio mirar hacia ella, observando la pequeña sonrisa que se instauró en su rostro. Ya por eso solo, la tortura que le suponía aquella soporífera excursión merecía la pena. La vio dudar, y le instó con un leve movimiento de cabeza a que se acercase a ella, pero en lugar de eso, se giró hacia la barra, y la vio pedir algo, antes de volver a girarse, esta vez con dos cervezas de mantequilla.

-¿Qué haces aquí sola? -le preguntó cuando llegó frente a donde ella estaba sentada.

-Habíamos quedado para que te diese una paliza de nuevo, ¿o ya no te acordabas? -la morena asintió con una sonrisa y podía jurar que su corazón se derretía observando aquel gesto. Dios, quería verlo a cada segundo.

-Sí, pero... no te he visto por el pueblo, ni en ninguna de las tiendas -se sentó en la silla que quedaba frente a Clarke y dejó las cervezas en la mesa, una frente a casa una.

The Reckless and the Brave (I). The light behind your eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora