Cuarenta y cuatro

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"Sorpresa"


Me doy vuelta por octava vez desde que me acosté. No había pasado ni media hora y yo ya había acomodado las sabanas cinco veces. Estaba incomoda, y mas aún sabiendo que Harry no vino a la cama conmigo.

Puedo divisar por fin, su sombra venir por el pasillo. Sus pasos, aunque lo intenta, no son para nada silenciosos. Ni siquiera me molesto en fingir que estoy durmiendo. Se queda mirándome desde el comienzo de la cama. Su boca hace una mueca en mi dirección y mis ojos lagrimean un poco.

Pero no lloro, solo es una lagrima vieja que quedó luego de la película. Harry se prepara y luego se introduce en la cama. Sus ojos se ven un poco irritados y sé que es porque se estuvo resistiendo a las lágrimas. 

Si bien no habíamos llegado a discutir como en otras ocasiones, sé por demás que detesta pelear conmigo. Sé que en ocasiones se siente mal debido a mi culpa.

-Discúlpame -habla, su tono todavía conserva un poco de esa dureza con la que me habló en el living.- Nunca te escucho, y me vuelve loco porque se supone que estoy enamorado de ti, pero no pienso en ti, ni siquiera puedo escucharte. 

Sus manos suben y bajan por su rostro. Está frustrado con nuestras discusiones. Lo noto. Me acerco unos centímetros a él y quito sus manos de su rostro. Esta vez me encargo de depositar un beso en su mejilla. Hacia tiempo no lo hacia, un recuerdo de nuestro comienzos como pareja viene a mi, haciéndome fantasear. 

-Te estoy obligando a hacer algo que no te gusta. Te estoy presionando y eso en verdad no me hace feliz en absoluto. No me hagas caso. Yo sé que los cuatro vamos a pasar una navidad única -beso sus labios. Él solo trata de sonreír y me tapa con las sábanas.

-Nunca me dijiste el por qué te emocionan tantos las fiestas.

-¿Por qué no iba a emocionarme? Significan mucho para mi. No recuerdo lo que era pasar las fiestas con una sonrisa -admito ante él.

-¿Puedo preguntarte cómo era antes? -su voz susurra cada palabra lentamente, haciéndome estremecer.

-Eran... No eran nada, solo un día normal como el resto. Un calvario más. 

Recuerdo perfectamente cada navidad, cada fin de año que pasé bajo el mismo techo que Eric. Un escalofrío recorre mi cuerpo ante la idea de estar confesándole está parte de mi a Harry.

-Estas fechas era cuando más se llenaba la casa -mi voz se corta y busco desesperadamente la mano de Harry. No puedo seguir sin estar en contacto con él.- Cada navidad, cada año nuevo, me la pasaba llorando por las noches. Le pedía a Dios que él próximo año no fuera un infierno también. 

-Ali... No tienes que seguir -sus largos dedos recorren mi brazo de arriba hacia abajo, repartiendo dulces carias en él. Harry está preocupado, sus facciones hablan por él.

-Creo que esa es la causa de que ahora me emocionen tanto. Por fin tengo lo que he pasado tanto tiempo buscando. Tengo una familia. 

-Lo siento.

-Deja de sentirlo. No nos conocíamos, no había manera de que detuvieras todo lo que he vivido -mis ojos arden, debido a las lagrimas que se acumulan tras de ellos.

-Cada vez que te miro, veo a una pequeña heroína en ti -Harry deposita un pequeño beso en mi frente.- Estoy muy orgulloso de ti Alika. Eres la persona más extraordinaria que conocí. 

{...}

No habíamos vuelto a tocar el tema de las fiestas en toda la semana. Gracias a Dios, no tuve tanto tiempo para pensar en ello. Desde luego me sentaba fatal la idea de no ver a Fede, mi amigo se había convertido en una persona muy importante en mi vida. Admito que lo juzgué demasiado mal la primera vez que lo vi. Pobre Federico, terminó siendo una persona dulce y agradable, me entendió desde el primer momento. Y a diferencia de lo que yo creía, nunca me juzgó.

Anne había llegado hace dos días, trayendo con ella regalos de todas partes del mundo. En especial para Noah. 

Fue mi salvación tenerla acá debido a que me recomendó ciertas infusiones para controlar el malestar que me ha estado persiguiendo estos días. Le he pedido que no le cuente nada a Harry, simplemente porque creo que no es grave y no quiero preocuparlo. Este por su parte, me vio mal solo un dia y bastó para que se pusiera como loco. 

Hoy es veinticuatro de diciembre, estamos en presencia de la víspera de navidad. Anne me ha regalado un vestido con estilo indio para que luzca hoy, de color rosa pastel decorado con detalles rojo vino y pequeños listones dorados cayendo por todos lados. Ella comenta que no hay mejores colores que el rosa y el rojo para recibir la navidad. Harry se ha burlado constantemente por el dicho de su madre. 

Me ocupo de la cocina un poco para ayudar a Anne con la comida, se ha puesto a cocinar en cantidad como si viniera un ejército a pasar con nosotros. No he tenido ánimos para reprocharle nada. Me daba miedo abrir mi boca, y que de ella saliera mi desayuno, en lugar de palabras. 

Cuando termino un poco con la comida me dedico a buscar a Noah por todo el establecimiento, me preocupo un poco al no verlo de inmediato. Pero la inquietud se esfuma cuando encuentro a Harry y Noah en la ducha. Mi novio me mira con una sonrisa cuando me detengo en el marco de la puerta a observarlos. Noah juega con la espuma que se forma en el agua y aprovecha los momentos de distracción de Harry para arrojarle dicha espuma en todo el rostro. Yo no hago más que reírme ante los esfuerzos de Harry por parecer enfadado.

-Gracias -le digo directamente, ya que me hubiera llevado más tiempo del disponible bañar a Noah y seguir ayudando a Anne.

-Sabes que no es nada, luego me lo recompensas -guiña un ojo en mi dirección y decido alejarme de aquí. Una sonrisa tonta me asalta en tan solo pensar como quiere que se lo recompense. 

Luego de eso me decido por alistarme yo, el vestido que Anne eligió para mi me queda perfecto al cuerpo. No es ni muy corto ni muy largo y eso me encanta. Llega perfectamente a mis rodillas, haciéndome sentir cómoda La telas es demasiado liviana y me encanta el rose que deja cuando toca mi piel. Combino con esmero mis zapatos con tacón medio, me encantaban lo cómodos que eran, y lo mejor era que combinaban con todo. Completo mi outfit poniendo sobre mis hombros una campera de cuero fina, de color negro.

-Alika ¿Puedes fijarte quien toca timbre? -Harry dice quitándome los platos de las manos y me empuja un poco para que camine hacia la puerta.- Vamos ve, yo me encargo de la mesa.

Un poco extrañada por su prisa, me encamino hacia la puerta. Dudosa abro y mis ojos miran atenta a la persona que tengo en frente. Mis manos tiemblan ante tan inesperada sorpresa y mis ojos no dudan en reaccionar, llenándose de lágrimas a la vez.

-¿Qué haces aquí? -mi voz en un susurro tembloroso.



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Hola, gracias por leer. Pueden escribirme cuando deseen, siempre los leo y respondo.


Aquí [Harry Styles]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz